Cogí el bolígrafo y firmé donde había que firmar. Sonreí cuando terminé de firmar.
—Es una alegría tenerte —habló el director.
Sonreí y bajé la mirada.
—Yo ya me puedo ir —habló mi jefe, ex-jefe ahora. Me miró—. Espero que lo hagas muy bien.
—Gracias —agradecí.
Se fue y miré al director.
—Bien, ahora vamos a aclarar los horarios. Tienes que estar los jueves y viernes a las cuatro y media hasta las cinco y media para practicar el guion.
—Vale
—Te mandaré por email todo. De momento, eso es lo que debes saber —dijo. Asentí—. Espero que te lo pases bien pero recuerda que siempre debe haber seriedad.
—Por supuesto —asentí decidida.
Asintió.
—Pues ya está, ya se puede ir.
—Muchas gracias por esta oportunidad.
—No es nada. Sé que tienes algo para estar en la televisión.
Sonreí y me fui. Conduje hasta mi casa y suspiré. ¿Y ahora que hago? Cogí mi móvil y escribí al grupo que tenía con Charlotte y Cristina.
Charlotte (que así no se llamaba en realidad) era española pero sus padres son de Ecuador. Ella era más baja que yo y era guapa. Su piel era morena y la verdad, era suave. Sus ojos eran color marrón y su nariz perfilada. Sus labios eran finos.
De personalidad, era muy pervertida. Pero después de eso, muy amable.
Por último, estaba Cristina. Ella medía lo mismo que yo y su piel era blanca, en la cara tenía varias pecas. Tenía un bonito pelo pelirrojo y un ondulado natural. Sus ojos grises y preciosos. Sus labios eran gruesos y su piel era blanca. La verdad es que era muy guapa.
De personalidad: ella era más tranquila que Charlotte, pero también tenía su punto pervertido. Ella era la típica amiga que si se meten contigo, va a por él o ella a saco. Pues eso, ella era así.
Escribí un mensaje al grupo:
Laura: ¿Queréis quedar?
A los minutos, contestaron:
Charlotte: Vale, os tengo que contar una cosa triste.
Laura: ¿Qué pasa?
Charlotte: Me ha despedido del trabajo.
Charlotte trabajaba en una tienda de libros de manga y todo ese rollo. A mí no me gustaba, pero lo respetaba.
Laura: ¿Por qué? El trabajo era perfecto para ti.
Charlotte: Dicen que no valía para el trabajo, y eso que llevaba como un mes trabajando ahí.
Cristina: Lo siento chicas por no contestar. Y sí, puedo quedar. ¿Y cómo es lo tuyo, Charlotte?
Charlotte: Pues eso, pero buscaré otro.
Laura: Lo encontrarás pronto.
Cristina: Ya verás que sí.
Laura: Entonces, ¿quedamos?
Cristina: ¿La Vaguada, a las seis menos cuarto?
Miré la hora y eran las cinco y cuarto.
Laura: Yo ya estoy preparada.
Charlotte: Yo no estoy preparada, me parece perfecta esa hora.
ESTÁS LEYENDO
¿No quieres o no puedes? ➡ Antoine Griezmann ⬅
FanfictionElla no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas. Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...