Sonrisa de muñeca adolescente

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Mi madre había decidido que estas vacaciones serían diferentes, unas que unirian a la familia principalmente a mi hermana y a mi que como cualquier par de hermanas vivian de discuciones.Cuando escuchas la palabra "Vacaciones" no pensas estar las semanas de vacaciones en una vieja quinta. No tenia tiempo para lamentarme. Cuando llegamos, mi hermana y yo decimos abrirnos entre los largos pastos que ahogaban los pasos. Naranjos podridos; duraznos rajados; membrillos con aspectos de mimbres, y a lo lejos una casa sometida a las fuerzas de abandono que ofrecía el lugar, ademas de un extraño pozo que llamaba nuestra atención.

Nosotras no estábamos muy cómodas con esa vista; pero igual pasamos el día entero explorando por la quinta, bien que la gran cantidad de árboles, demasiado tupidos al pie, nos inquietaran un poco. Nos dirigímos al pozo. El pozo desataba nuestros miedos, cual típica pelicula de terror con aire sombrío e inquietante, millonadas de cosas pasaron por nuestras cabezas antes de acercarnos por completo  y ver que era un simple viejo pozo inconcluso, con doce metros de profundo sobre un fondo de piedra, y que se desaparecía entre los arbustos y hojas caidas de los árboles. Con mi hermana se nos iso imposible retener las ganas de explorarlo por dentro, logramos con infinitos esfuerzos llevar hasta su borde una gran piedra para identificar su ubicación luego. Como el pozo quedaba muy lejos de la casa oculto entre las cañas, nos fue fácil ocultarlo de nuestra madre. Pasabamos dias enteros cerca del pozo dibujando, cantando y escribiendo; para gran sorpresa nuestra nos era de gran fuente de inspiración ese sucio pozo.

Finalizando el verano, exactamentente una semana antes de irnos una gran lluvia se desato durando dos largos días. El pozo se había llenado por completo de agua. Decidimos con mi hermana pasar los días que quedaban husmeando en el ático de la casa en busca de algo que llamara nuestra atención y así convertirnos en una especie de investigadoras. Mi madre no nos dejaba salir de la casa desde que pasamos la noche obserbando el pozo ya que nuestra obseción con él nos había llevado a eso, nos iso bien que nuestra madre y padre nos prohibieran salir. En aquel ático encontramos objetos y muebles que pertenecian a los antiguos dueños de aquella quinta, a decir verdad nada interesante y fuera de lo común. Ir de un lado de la casa a otro bien juntas y mudas en la semioscuridad, se nos había hecho ya costumbre, gozamos horas enteras el orgullo de no sentir miedo. Para nuestro alivio aquel pozo había  desaparesido entre la maleza como si núnca ubiera estado. había llegado el punto en el cual drisfrutabamos la vista desde la ventana superior de nuestra habitación hacia aquel lugar monstruosamente poseido por toda clase de plantas, arbustos y hongos, ya nos paresia raro. Al día siguiente, nuestro padre nos levanto a mi hermana y a mi bien temprano, pues había llegado el día de abandonar esa quinta nauseabunda. Decidimos dar un último vistaso a la quinta entera y eso nos llevó horas interminables, mi hermana encontró otra vez el pozo que tanta importacia tubo para nosotras esos días, y que por alguna extraña razón nos probocó felicidad. Estaba igual que el primer día que lo vimos. Mire a mi hermana e ise un brusco movimiento que la asustó y la iso desapareser por un segundo; y dije:

- Volveré sola.

Tome del pasto unas florcitas amarillas, las lanse al pozo representando por decirlo de alguna manera una deja de culpa.Me fui a sentar al auto ya lista para marcharme de aquella madriguera. Estaba ya anocheciendo cuando se acerco mi madre y me preguntó por mi hermana, lo unico que dije fue:

- En el pozo.

Madre no entendió hasta que mi padre le explicó que nuestras "desapariciones" tan repentinas durante esos días se debían a que pasabamos gran parte de nuestro tiempo cerca del pozo sin terminar al final de la quinta. Me sorprendió como mi padre sabia de aquel lugar que tanto nos esforzamos por ocultar con mi hermana. Me asustaba la idea de que descubrieran lo que habia hecho, jamas me perdonaria, no soportarian la idea de saber que  yo la habia matado. Aunque si yo me les hacercaba en ese momento y les decia que no la habia matado no me creerían, así que decidi esperas a que lo vieran con sus propios ojos. Madre me miró friamente, y con lagrimas en los ojos corrió al fondo de la quinta sospechando lo peor. Mi padre pusó en marcha el carro y yo me coloque los auriculares sumerguiendome en un mundo donde podia repetir una y otra ves "YO NO LA MATE" sabiendo que nadie desconfiaria de mi, como era común de parte de mis padres. Luego de una hora apareció mi madre con mi hermana. Cerraron la tranquera, Subieron al auto; en ese momento mi madre me miro por el retrovisor del auto y dijo:

-¿Estan listas? volvemos a casa.

-Si.

Con mi hermana sonreimos con una de esas sonrisas de muñeca que expresan un "Lo que ha pasado aquí nadie nunca lo sabra".

Nadie supo nunca hasta ahora que mi hermana unos días antes me había pedido que la deje recorer sola el tramo del pozo a la tranquera que tanto miedo le daba, al principio me negue pero ante su incesante insistencia cedí. No queria tenerle miedo a todo eso segun recuerdo dijo y yo estaba dispuesta probar esa confianza que durante muchos años mis padres habían jurado que me tenía. Como era de esperarse la desconfianza y la imaginación de mis padres me habían convertido en una acecina.

                        FIN.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2014 ⏰

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