My little boy [KaiHun]

Parte única.

JongIn toma las piernas de SeHun con suavidad y las apoya sobre sus hombros, besando sus muslos internos y disfrutando de los preciosos jadeos que de sus pequeños labios salían, amándolos cada vez más. Acaricia la parte externa de arriba hacia abajo cuando se inclina, recibiendo como respuesta un diminuto gemido que de no ser por la cercanía seguramente no lo hubiese escuchado.

Uno, dos, tres..., sus caderas se mueven de adelante hacia atrás, obteniendo un exquisito roce de sus partes íntimas ahora descubiertas. No hay ropa de por medio; papi había llegado del trabajo demasiado ansioso y lo que más deseaba era tomar a su bebé al natural, sin sus hermosas medias rosas o la enorme sudadera que ahora mismo se encontraba desparramada en algún lugar de la habitación. JongIn sonríe radiante cuando la espalda de su ángel se arquea, reconociendo sus caricias como lo más placentero del mundo.

Papi nunca era rudo cuando de ese tipo de situaciones se trataba por mucho que el deseo quemara su pecho, cosa que agradecía con el alma porque definitivamente ser tomado de esa manera era perfecto.

SeHun se muerde el labio y baja las manos hasta alcanzar las rodillas de JongIn —las cuales estaban sirviendo de soporte para mantener su culo bien levantado— y así rasguñarlas lo más que sus cortas uñas le permitiesen.

—Papi... —Jadea, demasiado perdido en su nube del placer como para poder hablar coherentemente—. Más, por favor.

JongIn ríe bajito y deja las piernas contrarias nuevamente en la cama, inclinándose para tomar sus labios en un apasionado beso que les roba el aliento. SeHun suspira en medio del mismo, toma la cara de JongIn con cariño y hace un recorrido lento desde su perfecta mandíbula hasta el húmedo cabello de la nuca, haciendo las manos puño para afianzar el agarre y obtener un poco más de cercania. Ama con locura los labios gruesos contra los suyos, ambos moviéndose a un ritmo delicado para disfrutar muchísimo más.

La fuerte pelvis del moreno da otra estocada seca, logrando que sus miembros entrasen en contacto y arrebatándole un gemido alto. Necesita más, eso no era suficiente.

Rompen el beso cuando SeHun no puede parar de jadear por el movimiento enloquecedor de las caderas contrarias, mismas que tomaron un ritmo constante.

— ¿Ya estás listo, mi amor? —Susurra, besando con pasimonia todo el rostro de su pequeño y atesorando como sus pestañas largas acariciaban el inicio de sus mejillas, como su labio inferior agarraba un color más oscuro de tanto abuso, y como sus cejas se curvaban hacia arriba cada que recibía una nueva embestida—. ¿Puedo entrar ya? —Porque sí, dentro de la habitación de SeHun todo se hacía bajo sus reglas.

El menor asiente ansioso y besa nuevamente los labios de su papi, expresándole a través de ahí cuanto lo ama.

💖🎀💖

La habitación pronto se vuelve caliente cuando JongIn embiste a su pequeño una y otra vez, lento para que éste sintiera toda su longitud. Los gemidos de SeHun son desesperos, los jadeos entrecortados y su expresión es tan preciosa que JongIn no puede resistirse a mirarlo todo el tiempo para no perderse de ningún detalle.

Adora cuando aquellos pequeños labios forman una adorable "o" cada que entra con lentitud; su ceño se relaja al salir y se muerde el labio inferior al entrar nuevamente. Sus manos descansan a la altura de su cabeza y arquea la espalda al sentir como su punto dulce es suavemente abusado.

Pero la delicadeza se va cuando el orgasmo se acerca a pasos apresurados, obligando a que las caderas de JongIn se moviesen más rápido y tomase con una mano el miembro del contrario para acariciarlo, degustando cada gemido continuo de SeHun porque no puede con las sensaciones que se acumulan en su pecho y bajan rápidamente a su pelvis.