Youngjae caminaba lentamente por las frías calles de Seúl. La noche se había apoderado del cielo y la fuerte ventisca helaba hasta los huesos. El ambiente iba perfectamente con su estado de ánimo.
Acomodó su abrigo, arreglando también la bufanda que traía puesta, cubriéndose hasta la nariz. Sus ojos se hallaban rojos y la garganta le ardía.
¿Cómo es que había llegado hasta ese punto? Estaba destrozado.
Sentía que algo en el pecho se le estrujaba y dolía, dolía demasiado. Las lágrimas pedían escapar nuevamente a cada paso que daba, pero no podía permitírselo, ya no más. Había sido suficiente con todo lo que había sufrido.
Sus pasos le llevaron hasta un parque, uno cercano a su hogar, aquel que le traía tantos recuerdos. Se sentó en una de las bancas que había, cerca al centro del parque donde habían varios juegos para niños. Una sonrisa nostálgica se posó en sus labios, irónico que en aquellos días ese lugar hubiera estado tan iluminado, lleno de niños y alegría. Y ahora se encontraba vacío, solitario, tan lúgubre.
Y de pronto varios recuerdos llegaron a su mente. Él y Jaebum, juntos, caminando por el parque tomados de la mano, riendo, jugueteando, observando juntos a los niños corretear por todos lados mientras compartían un helado, llegar a planear el tener una familia juntos. ¿Dónde habían quedado todos esos planes?
En la basura, muy, muy en el fondo de la mierda misma. Y todo por culpa de Jaebum, por su culpa.
Lo que sentía Youngjae era incontrolable. Quería gritar, maldecir, golpear todo lo que estuviera a su paso hasta calmarse, pero en cambio, no hacía más que hacerse bolita y llorar despacio, con el corazón hecho trizas entre sus manos, preguntándose una y otra vez. ¿Es todo culpa de Jaebum? O ¿Él hizo algo malo para que acabara así?
No recordaba cuándo fue la última noche que pasó con tranquilidad sin que esos pensamientos le atormentaran.
Y es que, no lo iba a olvidar, aquella imagen estaba impregnada en su memoria y no existía nada en este mundo que pudiera borrarla.
Aquel día había llegado temprano a su departamento, aquel que compartía con Jaebum, lo cual le hacía feliz, tendría más tiempo para poder descansar junto al mayor. Aun así, toda esa felicidad fue destruida al momento en que ingresó al lugar, llegando a escuchar varios gemidos provenientes de su habitación, aquella que compartía con su pareja.
Pensó que se estaba volviendo loco, o tal vez que eran los vecinos, hasta que un claro ''Anh... Jaebum ...'' se oyó por todo el lugar.
Sintió el corazón atorarse en su garganta, e intentando no flaquear, se dirigió a paso lento en busca de alguna respuesta. Tal vez fue una mala idea, o eso pensó en aquel momento, pues al abrir la puerta lo único que pudo ver fue a su pareja y a Jinyoung, el mejor amigo de esta, follando en su cama.
Se sintió mareado, sin poder articular palabra alguna mientras unas finas lágrimas se empezaban a formar en sus ojos. Oía a la lejanía un ''No es lo que piensas'' de Jaebum, pero Youngjae no era siquiera capaz de pensar algo coherente.
No recordaba qué pasó después, sólo sabía que al día siguiente ya se encontraba en casa de sus padres con una montaña de cajas que contenían todas sus pertenencias. Desde ese momento no supo más del mayor, aunque suponía que este seguiría follando con Jinyoung.
Le repugnaba recordar aquel nombre.
Y aún así llegaba a sentirse culpable, porque en algo el debió fallar, porque en algún aspecto no fue suficiente para Jaebum, porque no pudo cumplir sus expectativas, porque tal vez no servía para nada. Había perdido la confianza en sí mismo, no se sentía capaz de ser amado por alguien, y no había noche en que no llorara, en que no maldijera. Intentaba culpar a Jaebum con todas sus fuerzas, pero siempre acababa en lo mismo, siendo él la mierda de la historia.
No sabía qué hacer, y es que a causa de la depresión que le había embargado perdió su trabajo, dejó los estudios, y aunque sus amigos intentaban de todo por poder animarle, nada lo conseguía. A cada día que pasaba, la idea de morir se hacía más presente, porque ¿Qué importaba? Era un inútil que ya no servía para nada,
Se levantó de aquella banca, ocultando sus manos en los bolsillos de su abrigo para poder retomar su camino. Un camino sin destino, pues aún no tenía ganas de volver a casa.
Empezó a caminar, a paso lento y cansado. Jaebum le había dejado un trauma, un dolor, una maldición. Jaebum había dejado a un Youngjae totalmente roto, destrozado, incurable.
El momento de cruzar la calle llegó, y al estar concentrado en sus pensamientos no se fijó en nada. Tan sólo una luz le advirtió de un auto que se acercaba a toda velocidad hacia él.
De pronto el tiempo se detuvo, Youngjae giró la vista para observarlo y todo pasaba a cámara lenta, centímetro a centímetro. Pensó en todo lo que había hecho en su vida.
Recordó cuando era niño y junto a su madre salían a comer helados los domingos en el verano, recordó sus clases de música en la escuela que tanto le gustaban. Recordó el momento de su graduación, cuando entró a la universidad, su fiesta de cumpleaños número veinte donde todos sus amigos se reunieron a tomar, reír y comer como desquiciados y lo bien que se la había pasado. Recordó el momento en que conoció a Jaebum, en su clase de Arreglos Musicales, recordó el momento en que este se le declaró, su primer beso, su primera vez. Los recuerdos de aquella noche de infidelidad también se apoderaron de su mente, y estos permanecieron más tiempo allí.
Sus lágrimas se volvieron a formar de manera rápida, se le nubló la vista y pensó ¿Qué más daba morir ahora? ¿Qué motivo tenía para seguir luchando por su vida?
Ninguno.
Todo se hizo oscuro, y el fuerte ruido que en un momento le aturdió se volvió en un silencio sepulcral.
Por fin estaría libre de la pesadilla que se volvió Jaebum para él.
⚫⚫⚫
Holi.
Esta cosa emo nació la primera vez que escuché Trauma de Youngjae, me llegó al cora, lloré sin siquiera saber qué decía y las ganas de escribir algo me consumieron, no pude evitarlo.
Eso, lamento la tristeza, una vez al año no hace daño(?).
Gracias por leer y espero les haya gustado♡.
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Trauma [2Jae]
Short Story''Para mi, sólo caminar por las calles, incluso sólo respirar es tan difícil. Por el trauma, el trauma que dejaste en mi.'' - Trauma, Ars.