Capítulo 35

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—¿Qué vamos a hacer ahora, chicos? —preguntó Hoseok dos horas después de haber ocurrido la desgracia.

—No tengo ni puta idea, Hoseok. Llevamos preguntándonos lo mismo durante días. —contestó Yoongi, pasándose las manos por el rostro para despejarse.

Miré el reloj de una mesita situada en una esquina del salón: 5.09 a.m.

Las cinco de la mañana, genial...

—Chicos, es tarde. Deberíamos dormir. —me moví en el sofá, buscando la comodidad. Aunque era incapaz de encontrarla.

—¿Tú puedes dormir, Haneul? Porque yo no. —soltó Yoongi de mala gana.

Me quedé mirándole a los ojos, pero este simplemente apartó su mirada, resoplando bruscamente para abandonar el salón.

Dirigí mi vista a Hoseok, el cual se encogió de hombros. Se acercó moviéndose por el sofá hasta quedar a mi lado.

—Haneul, es normal que esté de los nervios... Lo conoces tanto como yo, esta situación lo supera. —susurró en mi oído para que solo yo pudiera escucharle.

—Lo sé, pero... Lo menos que quiero es enfadarme con él ahora.

Hoseok asintió haciendo una mueca, mientras pasaba su brazo por mis hombros para darme un abrazo.

Unos segundos más tarde oímos un ruído proveniente de una habitación.

Miré asustada a Hoseok, con los ojos casi saliéndose de mis órbitas.

—¡¡Yoongi!! —chillé asustada.

Pegué un salto, levantándome del sofá lo más rápido que pude, y corrí por el pasillo hasta entrar en la única habitación que tenía la puerta medio cerrada.

Empujé esta con mi mano con fuerza, haciendo que retumbara al pegar contra la pared. Esto fue lo que ví según la puerta se abrió:

 Yoongi se asustó, mirando hacia la puerta, viéndome allí, con el corazón en la garganta, las mejillas sonrosadas y la boca entreabierta buscando el aire que me faltaba

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Yoongi se asustó, mirando hacia la puerta, viéndome allí, con el corazón en la garganta, las mejillas sonrosadas y la boca entreabierta buscando el aire que me faltaba.

Y yo por mi parte le ví a él, con una silla en la mano y el espejo de su habitación roto.

—¿Por qué lo has hecho? —me acerqué a él a paso acelerado—. ¡Pensaba que te había pasado algo, idiota!

No dijo nada, simplemente cogió esta vez una lámpara de mesa y la estrelló contra el suelo.

—¡¡Yoongi!! —me abalancé sobre él para detenerlo de romper algo más, pero solo conseguí que este me apartara con fuerza, tirándome al suelo.

Hoseok llegó en ese momento.

—¡He oído dos golpes! ¡¿Estáis todos bien?! —nos miró a ambos una y otra vez, comprobando efectivamente que estábamos bien.

Prodigies. ➳Min Yoongi.Where stories live. Discover now