Capitulo uno.

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"...La batalla se tornaba incierta, el Rey Oscuro era un oponente formidable. Pero a pesar de las dificultades el Héroe no se dejaría vencer. Aquel ser se dirigía al valiente joven empuñando su espada para darle fin a su joven vida. Ágilmente el héroe lo evade rodando sobre su cuerpo logrando algo de distancia entre su vida y la mortifera arma, pero el Rey del mal iba a un paso delante de él, sin que el joven se diera cuenta aquel ser malvado se coloca a su espalda con la determinación de terminar con su existencia. La princesa, quien se dio cuenta de las intenciones de aquel hombre, grito en forma de advertencia. Pero era demasiado tarde. Aquel de mirada malvada estaba a punto de darle fin al joven cuando..."

Un agudo dolor en el pecho hace que la joven escritora detenga sus dedos sobre el teclado. Curiosamente aquel último párrafo era doloroso para ella. Desde que había iniciado su saga de libros se sentía particularmente feliz, pero al avanzar en su trabajo esa felicidad se tornaba en un pesar que inundaba su corazón. Y este último trabajo era especialmente doloroso. Lo cual no entendía, eran simples historias que su mente maquinaba en crear representándolas en forma de sueños, dándoles vida y sentido en esto maravillosos libros. Los cuales curiosamente eran muy populares hasta ser los "Best Seller" de ese año. Muchos de sus fans se aseguraban de enviarle cartas o correos electrónicos felicitándola o demostrando su amor por sus historias y expresando lo ansiosos que estaban por su próxima entrega.

Apartando la mirada de su ordenador, mira la hora en su reloj de mesa Tiffany dándose cuenta de algo muy increíble.

-Son las siete de la mañana. No puedo creer que me pase toda la noche escribiendo- Susurro para sí misma la joven.

Con somnolencia la joven se levanta de aquel asiento que mas que hacerla sentir cómoda se aseguraba de darle fuertes dolores de espalda. Estirando todo su ser con la gracia de un gato la pelinegra va a la ventana de su estudio para apartar las cortinas y darle la bienvenida a los rayos del sol matutino, los cuales inundaron aquella habitación revelando la verdadera naturaleza de aquel lugar donde daba rienda suelta a su creatividad como escritora.

-Qué asco de lugar- Dijo la pelinegra.

Envases de fideos instantáneos, latas de bebidas Red Bull y cartones de pizza eran la principal decoración de la habitación. Eran tantas las horas que pasaba la joven en aquella cueva que era normal pedir algo para comer que preparar algo ella misma. Haciendo acrobacias la joven logra pasar por encima de aquella montaña de desastre sin desencadenar alguna tragedia. Adel suspira con tranquilidad al ver que nada habia ocurrido, pero unas estruendosas pisadas daban aviso de que alguien se habia invitado a su casa. Los pasos se hacian mas sonoros dandole a enterder a la pelinegra que se dirigia a su estudio.

-¡¡ADEEEEEEEEEEEL!!- Grito una rubia quien entraba de manera exagerada al estudio de la recién nombrada.

De la impresión Adel salta hacia atrás evitando que la puerta la golpeara, pero para su desgracia cae sobre aquel monumental desastre provocando uno mayor.

-Qué asco de lugar, voy a llamar a una agencia de limpieza para que hagan algo con todo esto- Dijo la rubia marcando el numero de dichosa agencia en su celular.

-Déjalo así, yo lo limpiare tan pronto termine de escribir- Dijo Adel levantándose de aquel mar de basura y para sorpresa de muchos, pero no para la rubia, Adel no estaba enojada ni mucho menos. Estaba como de costumbre. Inexpresiva.

-Pensé que con esto lograría hacer que afloraran tus emociones, aun corriendo el riesgo de que quieras matarme- Dijo la joven muy aburrida de la falta de expresión de su amiga.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2017 ⏰

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