Durante el trascurrir de ese día nos llevaron de paseo por la cuidad y también a casa de algunos parientes bastante ancianos que no paraban de repetir que era igual a mi padre biológico; la cara de Dante era para pagarla, parecía un niño pequeño tratando de llamar la atención... supongo que ser el nieto único durante tanto tiempo le estaba haciendo difícil las cosas en ese momento.
Lo tomé del brazo en varias ocasiones para sumarlo a nuestra charla y él sonrió con autenticidad todas la veces, quizás dándose cuenta la actitud que estaba teniendo.
Esa noche fuimos a cenar a un restaurante caro donde los dueños nos dieron la bienvenida personalmente, parecían buenos amigos de mis... de mis... dios, costaba tanto decirlo: parecían buenos amigos de mis abuelos. Al parecer ellos también conocían a mi padre porque se acercaron a mí de manera exagerada resaltando lo parecida que era a él; me limité a sonreír y disculparme por no poder confirmarlo porque nunca lo había conocido, no que yo tuviera memoria.
Al regresar a casa la mujer me mostró una foto de Agustín, mi padre biológico. Me llamó la atención que la tuviera en un cajón, oculta de los ojos de todos, pero no lo mencioné, supongo que ver a tu hijo muerto todos los días no es una buena manera de recordarlo. Efectivamente él y yo nos parecíamos bastante... sus ojos, su nariz y nuestros labios eran idénticos, incluso más que lo que se parecía a Dante. Claro que, gracias al cielo, a mi hermano esto no parecía molestarse porque hasta me hizo burla diciendo que él por lo menos tenía una hermosa nariz y unos labios carnosos. Nos reímos buen rato y luego partimos a dormir, al día siguiente tendríamos un largo viaje.
La despedida no fue para nada emotiva, ni cerca de lo que había sido la llegada al lugar, y eso fue porque ambos ancianos habían prometido ir en unas semanas más a visitarnos y en caso contrario nosotros podríamos venir.
Tengo que admitir que nada de lo que pasó ese fin de semana era lo que yo me había imaginado. Pensé que me llenarían de información de mi padre biológico, que me hablarían barbaridades de mamá, que me contarían un poco de sus vidas... pero no, ellos sólo me querían conocer y eso era lo que habían hecho. También me tranquilizo que no indagaran demasiado en mi vida aunque estaba segura que todo eso vendría después, en los próximos encuentros, cuando el vínculo fuera más fuerte y la confianza estuviera más instalada.
–No sé que les diré si preguntan por mi relación con mis hermanos... especialmente con Fidel –confieso a Dante a apenas unas horas de arribar a casa. –¿Tú no les adelantaste nada no?
–No es algo que me corresponda pero de todas maneras no podría encontrar la manera de decírselos... –suspira apenas mirándome de reojo. –Ellos saben que tú no tenías idea que eras hija de otro hombre, por lo que creen que la relación que tienes con los muchachos es la de una hermana biológica ¿Entiendes?
–Lo sé, sé que no lo comprenderán fácilmente pero no es algo en lo que quiero mentirles, ellos son mi familia, no quiero empezar una relación con mis abuelos basándome en mentiras.
–Tienes razón, pero debes estar preparada para una charla bastante larga y tediosa. Estoy seguro que trataran de disuadirte Piera, ellos suelen ser bastante anticuados con respecto a esas cuestiones amorosas –vuelve a suspirar y larga una carcajada. –Conmigo por ejemplo, no les gusta para nada Dana porque dicen que todo fue muy rápido, piensan que debí cortejarla un poco más.
–¿Cortejarla?
–Sí, ellos usaron esa palabra... –reímos a la par por varios segundos porque si ellos se habían espantado porla rapidez en que se dieron las cosas entre Dante y Dana, no me quería imaginar lo que pasaría si supieran lo que había entre Fidel y yo. Aunque claro, contarle la verdad era algo que no estaba en discusión, les gustara o no, ellos lo escucharían y lo harían de mi boca.
Durante el resto del viaje Dante me explicó el por qué no me habían abrumado con información. Dijo que en principio los ancianos sólo se conformaban con verme, querían ver que estuviera bien, querían comprobar que efectivamente era parecida a mi padre y no sólo en el aspecto físico, sino también en mi manera de ser y de expresarme. Sólo querían mirarme a los ojos y escuchar mi voz. Pero sí me dijo que me preparara porque a ellos les gustaba hablar de Agustín, y les gustaba mucho.
Cuando le pregunté por las fotos su semblante cambió y tardó un poco en explicarme el porqué de las ausencias de estas. En principio la casa estaba bastante poblada de estas pero fueron desapareciendo de a poco hasta no quedar ni una de ellas; eso había sido decisión de nuestro abuelo dado que cada vez que su mujer miraba a su hijo muerto se ponía tan triste que terminaba llorando por días enteros y hasta había tenido un intento de suicidio. Ahora sólo las miraban de vez en cuando y siempre con el consentimiento del hombre y la autorización del psicólogo con el que se estaba atendiendo.
No quise preguntar mucho más, el ánimo de Dante había cambiado drásticamente tras mi pregunta y no era de sorprender, después de todo esos dos ancianos era lo único que él tenía en ese mundo.
Al llegar al lugar me despedí de mi hermano distraídamente, pero él no me reclamó mi falta de interés porque sus ojos miraban lo mismo que los míos: una gran fiesta se desarrollaba dentro de mi casa y eso que apenas eran las 8 de la tarde.
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Trilogía Imposible: 3. Pide un deseo
Teen FictionPrecuela: 1. Imposible 2. Queda Prohibido Cuando todo parece que está perdido ¿Podrá el deseo cambiar el rumbo del destino de este amor imposible? ¿O quedará prohibido para siempre? Advertencia de contenido. Todos los d...