La Ecuación de mi Vida

1.- Trabajo nuevo

Como mi profesora dijo, al día siguiente recibí la llamada que me ofrecía el trabajo. La señora en el teléfono sonaba muy feliz y entusiasta con el hecho de que pueda pasar el tiempo con sus hijos. No me dio muy buena impresión y toda la situación me parece un poco extraña... osea, si acabas de perder a tu esposo lo que menos quieres es estar sola, ¿y ella manda a sus hijos lejos todo el verano? 

Puede que esté exagerando, pero me parece como si ella quisiera deshacerse de sus hijos, pero eso no es posible, ¿verdad? ¿Qué madre querría deshacerse de sus hijos? 

Recuerdo que cuando papá murió, mamá no me dejaba salir de la casa. Falté muchos días a la escuela ese año porque le daba miedo quedarse sola y yo tenía que hacerle compañía. Ser su pañuelo de lagrimas y escucharla llorar mientras me gritaba que quería irse con su esposo y dejar de sufrir. Ese animo le duró un par de meses, luego se puso mejor, pero cuando se cumplió un año desde la muerte de mi papá, ella volvió a ser la misma. Yo ya no estaba de humor como para soportar su llanto y sus lamentos. Lo que menos quería en esos momentos era estar con ella.

No fui una buena hija por mucho tiempo... ahora intento arreglarlo, pero la relación entre mi mamá y yo jamás fue la misma.

En fin, tomando como experiencia lo que vivió mamá, esa señora no se escuchaba como si hubiera perdido a su esposo hace un año. Bueno, menos de un año por lo que me contaba por teléfono.

Dude en tomar el trabajo cuando me dijo que me tenía que ir a vivir todo el verano a la casa que ella compró para sus hijos. ¿Vivir con unos chicos que no conozco en absoluto por todo un verano? No me parecía muy buena idea. Le dije que lo iba a pensar y que la llamaba cuando supiera. Hablé con mi mamá y me dijo que tomara el trabajo. Lo que más quiere ella es que yo pueda estudiar. Se siente un poco culpable porque ella no puede pagar mis estudios, pero tampoco esperé alguna vez que lo hiciera. Siempre supe como es nuestra situación económica y no es buena. 

Al final llamé de vuelta a la señora Claire Walk, así se llama ella, y le dije que iba a tomar el trabajo.

Así que aquí estoy ahora haciendo una maleta con un poco de mi ropa. No quiero estar yendo y viniendo de mi casa a la de ellos porque igual es al otro lado del pueblo. Siempre digo que es un pequeño pueblo, pero eso no significa que sea un terreno pequeño. Vivimos poca gente, pero tenemos mucho espacio para vivir, así que la casa en la que estaré viviendo igual me queda un poco lejos de mi casa.

No estoy muy emocionada por esto. No suelo llevarme muy bien con las personas. Tiendo a encerrarme en mí misma la mayoría de las veces. Supongo que es como un método de defensa que me he auto impuesto. Puedo compartir con las otras personas, pero no me siento muy cómoda haciéndolo. 

¿Qué pasa si esos chicos me odian? Fácilmente podrían hacerme la vida imposible. Me da miedo no poder soportar tanto tiempo y renunciar. Una de las cosas que más odio es renunciar a las cosas. Sentir que no puedo hacer algo es una de las cosas que más me estresan y me causan ansiedad.

¿Qué pasa si no soporto?

-Tranquilízate, Thalia- me ordeno en voz alta- Son solo unos chicos. ¿Qué tan difícil puede ser?

Cierro la maleta y escucho el auto que me viene a buscar. Me despediría de mi mamá, pero ella está trabajando, como siempre. 

A veces me gustaría que ella estuviera aquí, pero de la misma manera que yo me refugio en mi propio mundo, ella también lo hace, solo que su mundo es su trabajo.

Todos cambiamos cuando perdemos a alguien a quien amamos tan intensamente como nosotras amábamos a mi papá y es muy difícil volver a ser la misma persona después de aquello.