Capitulo 3

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Emmet bajo la guardia al ver a Paul y Jacob salir en forma humana. Parecían cansados, del carro baje una botella de agua que portábamos por imprevistos.

—Jacob, dime que no era un neófito...preferiría un millón de veces a un nómada que tener que lidiar con esas cosas de nuevo — dijo Rosalie.

—Lo siento Rubia, pero es una de esas alimañas. Embry acabo con el según lo ultimo que oi antes de salir de fase...— Jacob se sentó en el asfalto.

— Nosotros no tenemos que hacer su trabajo, se supone que son ustedes quienes deben de cuidar su zona. En cambio de eso están jugando a la ''casita'' —Respondió Paul. — No puedo arriesgar a mis muchachos por ustedes chupasangres.

Emmett bajo la cabeza y la subió para mirar a Paul, y saludarlo para darle un rápido abrazo.

—Tienes razón, debemos de ponernos alerta. Gracias muchachos. Se las debemos.

''Como siempre'' espeteeo entre diente Paul para después perderse en el bosque.

—Que quede claro, no lo hago por ustedes, lo hacemos por Renesmee. Díganselo a Edward... —Contestó Jacob antes de irse tras de Paul.

Atónitos nos subimos al jeep para regresar a casa lo antes posible.

Al llegar a casa el volvo de Edward estaba en la entrada. Bajamos esperando que todos supieran lo que acabábamos de presenciar, entramos y Edward nos jalo a la cocina inmediatamente.

Su semblante era rígido como el de una roca, como cuando Bella era humana y se preocupaba constantemente por ella. El habia escuchado mis pensamientos.

— No aquí, no ahora...—Empezó Edward. — Renesmee esta aquí, no quiero preocupar a Bella. Lo que sea, nos encargaremos mas tarde.

Miro a Emmett fijamente, el asintió.

—No estoy de acuerdo Edward, Renesmee tiene que saber del peligro que corre y como evitarlo. No la puedes cegar todo el tiempo

Esta vez Rosalie fue la que hablo. Estaba de acuerdo con ella, Ness siempre ha sido una niña lista, pronto dejara de serlo en unos meses será una adolecente, y con la pelea que hay entre Jacob y sus padres, no podrán estar encima de ella todo el tiempo.

—¡Diije que no! — Al gritar, Edward azotó la barra de mármol, por consecuente la quebró. Rosalie salió molesta hacia arriba y Emmett al bosque. Supongo que el estaba mas preocupado por lo que dijo Paul.

Bella entro al instante, pregunto lo que había sucedido, Edward se rio, afligido y salió del lugar. Isabella me llamo por mi nombre en busca de una respuesta solo negué con la cabeza. Jasper y Carlisle aun no llegaban del hospital, tenia unas horas sin mandarle un texto pues no quise preocupar. Esme, Bella y Ness miraban la televisión, salí a hacerle compañía a Emmett.

El grandulón sobre una rama, mirando hacia todos lados, poco después se aburrió y se sentó en una roca llena de musgo, mientras lanzaba piedras a un riachuelo. Parecía triste.

Con Emmett no llevaba una relación como la llevaba con Edward, por la afinidad de nuestros dones, nos hacía mantener una especie de vinculo secreto. Emmett siempre hacia bromas y reía, nunca ha perdido el interés por ser feliz, pero mucha veces quien más ríe es quien más llora.

—¿De pequeña no te enseñaron a no espiar a las personas?. —Dijo Emmett mientras reía. —Carajo Alice pude haber pensado que eras el neófito y haberte matado ¿No te da miedo?...

Me senté a su lado.

—¡Vale! Así que tenemos un valiente protector. — Reí y pase mi mano por sus hombros, en forma de abrazo, o eso intente.

—Aunque me cueste aceptar las palabras del perro, tiene razón. ¿sabes? Desde hace un tiempo tratamos de re-hacer nuestras vidas, de jugar como dijo el ''a la casita'', dejamos de pensar que hay peligro para nosotros y empezamos a sentirnos humanos— bajo la cabeza. — Edward ahora es padre no puede pensar solo en el, tiene a alguien que no se puede proteger de cosas como nosotros. Estoy decidido a cuidar a mi familia, cuidar a mi Rose.

Baje la mirada, el musgo ensuciaba mis zapatos, el viento revolvía mi cabello. Las palabras de Emmett eran certeras, cada uno se habia preocupado tanto por sus intereses que no habíamos olvidado de protegernos entre nosotros mismo, habíamos olvidado que éramos una familia. Sentí culpa de irme, de dejarlos.

Me rodeo con sus brazos y me abrazo. A lo lejos escuchamos unas ramas quebrarse, instantáneamente nos pusimos a la defensiva... salieron un par de ciervos tranquilamente alimentándose, Emmett me miro divertido y yo le devolví la mirada. Era tiempo de cazar.

Al tiempo que sentí la sangre caliente recorrer mi garganta y saciar mi sed, tuve una visión. Emmett era sorprendido por la espalda y destrozado, primero cabeza, brazos y piernas.

—Tenemos que irnos Emmett rápido.

Al segundo de terminar la frase ya habíamos tomado camino hacia el sur, para alejar lo mas posible a esa bestia de la familia. Explique a Emmett lo que sucedía. El iba a la izquierda, corriendo mientras me suplicaba que regresáramos que solos no podríamos.

Estábamos cerca del filo de la reserva, de la zona de los lobos. Cuando voltee a mirar a Emmett y decirle que fuéramos al oeste mire una sombra tras suyo. Se percato, tomo al hombre por los hombros y de un solo movimiento lo sometió en el suelo.

—Creí que los perros habían acabado contigo...

Este se rió mientras negaba con la cabeza.

Mientras Emmett luchaba por mantenerlo en el suelo, me arrodille, su cabeza entra mis rodillas, mis manos en su cabeza a punto de arrancarla.

—¿Quién te creo? —grite sacando mis colmillos.

Volvió a reír. Tire un poco.

— No lo repetiré una vez más...¿Quién te creo?. —Esta vez grite más fuerte.

Ahora asustado, el hombre de unos 30 y tantos viendo su fin aproximarse, suplico.

—No lo sé, juro que no lo sé...Solo termino de cazar y juro que me ire, solo vine por ciervos.

Mentía, sus ojos eran color carmesí, tan rojos que denotaban que acababa de merendar. Mire a Emmett y el asintió. De un solo tirón arranque la cabeza del hombre.

Emmett lo hizo pedazos y con el una fogata, esperamos a que se consumiera y la apagamos. Estábamos cansados y con ganas de regresar a casa.

Miles de dudas volaban en mi cabeza, estaba preocupada y distraída tanto que cuando menos lo pensé alguien de frente me tomo del cuello y me tiro al suelo...

Memorias perdidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora