UN CUENTO DE ANTHONY EDWARD STARK
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel cómics
Pareja: Stony entre otras.
Derechos: sí, ajá.
Advertencias: esta historia es un obsequio aunque me permito regalarme la presencia de mi amado Silver Fox (Tony de cabellos blancos) y jugar con otras variantes. Basado en la fabulosa y muy conocida historia de Charles Dickens.
Con cariño, para Carolina Aranibar como parte del #StonyChristmasTime
Gracias por leerme.
Víspera de Navidad.
Jarvis estaba muerto, no era que el Señor Stark lo negara, simplemente que el pensamiento venía a él con bastante frecuencia cuando usaba sus tarjetas de presentación o respondía al apellido de su amado amigo como si fuese éste mismo. Habían estado juntos por tanto tiempo que prácticamente se convirtieron en hermanos gemelos aunque fuesen tan diferentes físicamente hablando. Mientras que Edwin Jarvis había sido un hombre muy alto, de sonrisa generosa con cabellos cortos rubios y unos ojos llenos de vigor, el Señor Stark era más bajo que su difunto amigo, cabellos castaños que ya iban cambiando al color plata propio de su edad, ojos color azul y una barba alrededor del mentón de la que se sentía profundamente orgulloso. De eso y de tener la firma de contadores más respetada en la ciudad, Stark&Jarvis, cuyo nombre no cambió pese a que el segundo había partido discreto como lo había sido en vida, no hacía un par de meses.
Y mientras el Señor Stark bajaba de su carruaje, frunciendo su ceño por la ligera nevada que caía, ocultando las húmedas baldosas que fungían de carretera, todo a su alrededor era brillo y color porque se aproximaba Navidad. Cosa que tenía sin cuidado al adinerado hombre apoyándose en un bastón elegante que había conseguido a módico precio, no lo necesitaba pero sabía que el instrumento le daba porte y estilo, cosa importante al momento de cerrar negocios o cobrar ganancias, no como aquella tonta celebración que le ponía de malas con sus escandalosas risas de chiquillos gritando por las calles que Papá Noel estaba por llegar a sus casas, lo cual dudaba mucho si sus padres eran los pobres jornaleros de las fábricas trabajando de sol a sol. Lo único que esos mocosos iban a recibir al despertar eran decepciones que bien merecidas las tenían, se dijo el Señor Stark, sacando las llaves para abrir la puerta de madera sobre la cual colgaba el letrero en letras blancas de Stark&Jarvis Contadores.
Bufó antes de casi azotar la puerta tras sus espaldas, callando toda la rezongería proveniente de las calles, gente vendiendo caramelos, carniceros ofreciendo gansos, mujeres cantando villancicos. Todos se volvían locos en Navidad. Se quitó su bufanda y sombrero que colgó del perchero, acomodándose el cuello de su abrigo que caía hasta sus rodillas, sacudiendo sobre el tapete la nieve que sus zapatos hubieran tocado al caminar. Ajustándose su monóculo en el ojo derecho, sacó su reloj de bolsillo tirando de la fina cadena colgando en U del bolsillo de su rojo chaleco para ver la hora. El tiempo era importante para los negocios, un minuto significaban monedas perdidas si no se aprovechaba. Así se dirigió a su oficina, ubicado al fondo del despacho contable atiborrado de libros de contabilidad que parecían muebles por sí mismos, algunos con aroma a rancio. La campanilla sonó minutos después, a punto de mejorar su buen humor al pensar en un cliente necesitado en Víspera de Navidad. Simplemente se trataba del Coronel Rhodes con una amplia sonrisa.
-¡Anthony!
-Oh, James. ¿Ha muerto alguien?
El militar condecorado negó, sin dejarse abatir por la expresión amarga en su amigo, acercándose a zancadas hacia su oficina con rastros de lodo en el piso que hicieron al Señor Stark fruncir la nariz. Tendría que gastar para limpiar el pulcro piso.
ESTÁS LEYENDO
Un Cuento de Anthony Edward Stark
FanfictionEl Señor Stark no cree en la Navidad, ni en las personas ni mucho menos en el amor. ¿Será acaso que tenga una última oportunidad antes de perderlo todo? Historia inspirada en "Un cuento de Navidad" de Charles Dickens, obsequio de temporada como pa...