9 de abril

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Todo empezó un nueve de abril, ese día mi soledad en la escuela se acabó, el chico alto, con lentes, rubio e inteligente al cual todos odiaban por sus calificaciones encontró su lugar en la clase, un lugar que le cambiaría la vida.

Ese día llegó un alumno nuevo, era un chico un poco extraño, tenía el pelo y los ojos negros cómo la misma oscuridad, a demás lucia como si no tuviera expresiones en la cara, nuestra maestra nos lo presentó; se llamava Seiichiro Kobayashi, ese nombre no era muy común cosa que hizo que algunos de mis compañeros se burlasen de él, a pesar de que estos eran de origen japonés, él no tenía ningún rasgo oriental.

En ese instante supe que quizás podríamos ser amigos, el se acercaba hacia el pupitre vacío de mi lado, yo me sentaba en el lado izquierdo al fondo de la clase, justo al lado de la ventana. Cuándo se sentó a mi lado me dedicó una sonrisa encantadora, después de eso me miró con sus ojos oscuros y me dijo una cosa que me pareció bastante extraña.

-Hola, nos volvemos a ver, Kishibe Natsuki.
-Hhh... ho... hola, ¿Como es que sabes mi nombre si nisiquiera me he presentado?
-Emmmm... Bueno... Pues... -dijo tímidamente-
-No importa, ya que sabes mi nombre nos ahorramos las prestaciones -dije un poco confundido desde haber escuchado aquella frase-

《Hola, nos volvemos a ver, Kishibe Natsuki》

Esta frase retunvava en mi cabeza todo el tiempo.

- Lo siento mucho si te he incomodado antes -dijo Seiichiro después de estar unos minutos en silencio.

No pude evitar observarlo durante toda la clase, había algo en el que atraía mi mirada, ¿Quizás sus ojos? ¿Ese canvio de expresiones en la cara cuando me hablaba? Algo no me cuadraba, parecía como si ya lo conociese de antes, como si fuera alguien especial para mi.

Al día siguiente el llegó muy temprano, cuando entre en el aula me lo encontré que estava dibujando, estábamos solos, nadie más había llegado aún. Su dibujo era misterioso pero muy bonito, eran una especie de ángeles, uno de alas negras y el otro de blancas que se sujetavan de la mano, uno en cada lado del papel, las miradas de esos ángeles eran unas miradas llenas de calor y muchos sentimientos.

-¿Quienes son? -le pregunté con curiosidad-
Sobtadamente él cerró el cuaderno y con una amplia sonrrisa respondió;
- No lo se, supongo que dos ángeles ¿no?
-Sabes, dibujas muy bien -dije un poco sonrojado-
-Gracias, nadie me había dicho algo así de mis dibujos antes

Esas palabras me sorprendieron ¿Cómo era que nadie le había dicho nada acerca de sus dibujos antes?

Tenía muchas dudas sobre él ¿Como podía ser tan misterioso? ¿Porqué era tan anti-sociable con los demás y conmigo siempre sonreía?

Los días pasaron bastante rápidos, ya hacia un mes desde que Seiichiro ingresó en el Instituto, era nueve de mayo, ese día él no vino a clase, todo fue más aburrido si el, las horas se pasaron muy lentas a diferencia de cuando el estava que todo passava a una velocidad grandísima.

Al acabar las clases me lo encontré en la puerta de afuera, en verme sonrió y me agarró fuertemente de la mano y con una fuerza sobrehumana me llevó consigo hacia detrás de el edificio, allí, se paró y me dijo "Tenemos que hablar, hablar sobre ti y de mi"

《Tenemos que hablar, hablar sobre ti y de mi》

Esa frase me inquietó hasta el punto de quedarse grabada en mi memoria para siempre.

--CONTINUARÁ--

Ángeles blancos y negros [En Pausa] {Corrijiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora