Capítulo 35 "La batalla final"

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El perdedor
Capítulo XXXV “La batalla final”
Bulma quedó impactada. Yo sentí un alivio, al fin le había dicho la verdad de mis planes.
- Pero… ¿Por qué? – me preguntó, con la voz entrecortada
- Porque es lo que tengo que hacer – contesté – no puedo seguir más tiempo aquí en la tierra
- ¿y Trunks? Es tu hijo ¿Qué pasará con él? – habló, con lágrimas asomando de sus ojos
- Pues, si quieres, puedo venir por él dentro de un par de años y llevármelo para entrenarlo y que sea un digno descendiente…
- ¡No me interesa el entrenamiento! – gritó como loca, envolviéndose con una sábana
Se puso de pie. Definitivamente se estaba tomando la noticia peor de lo que yo hubiese querido.
- Yo te abrí mi corazón – agregó – de verdad pensé que esto que teníamos era real
- Lo es – interrumpí
- Vas a dejarnos… me prometiste que no volverías a abandonarme
- Ahora es diferente – dije
- ¿Qué tiene de diferente?
- Bulma… necesito que entiendas que tengo buenas razones para irme
- Entonces dímelas – me desafió – quiero saber cuáles son tus tan buenas razones para abandonar a tu familia
- Te amo – confesé  - yo no sabía qué era lo que me sucedía contigo, pero ahora sé que es amor. Pero yo no puedo permitirme tener esa clase de sentimientos. Soy un asesino, lo sabes perfectamente, no esperas que me asiente en este planeta y formemos una familia feliz. Eso no va a ocurrir, nunca.
Bulma caminó hasta la salida. Se volteó para hablarme una vez más.
- No me amas – dijo decidida – si me amaras como dices, lucharías por estar y quedarte a mi lado. Eres un cobarde, que huye cuando cree que se está involucrando demasiado. Tienes miedo, es obvio, porque estás acostumbrado a la soledad y el odio, y no al amor. Trunks y yo podríamos haberte ayudado, pero tú ya hiciste tu elección. Suerte en tu viaje.
De un portazo la terrícola cerró la puerta. Yo me quedé ahí, estupefacto ante sus palabras. 
********** 
Estaba devastada.
Me metí a la ducha. Una vez con el agua corriendo, pude sacar mi llanto. Cómo era posible, hace apenas unos momentos estábamos haciendo el amor, como una pareja feliz, y de pronto y como si nada me soltaba la bomba de que se iba a marchar.
Me dolía el corazón, pero ya no había nada que pudiese hacer; él, sin siquiera consultarme, había tomado esa dura decisión. ¿De qué me servía saber que me amaba, si aun así se iría para siempre?
Bajé al jardín, y vi a mis hijos – que eran la misma persona – jugar y reír felices. Sonreí, y recordé esos meses de mi embarazo, cuando estuve sola y creí que moriría de tristeza. Ahora tenía a Trunks, de poco más de un año, así que no estaría tan sola.
Aunque definitivamente Vegeta se llevaría un trozo de mi corazón.
***********
Bulma y yo no volvimos a hablar en el par de días antes del torneo.

El día de la gran batalla llegó y nada salió como yo esperaba.
Kakarotto, mi mayor rival, se rindió ante Cell. Creí que estaba loco al lanzar a su hijo, un mocoso de once años, a pelear, pero poco a poco vimos el poder que poseía.
Pero las cosas dieron un vuelco extremo cuando Cell amenazó con auto destruirse y de paso hacer explotar la Tierra. Kakarotto, siempre comportándose como un estúpido héroe, se despidió de su hijo y se tele transportó al planeta de Kaio Sama, donde murió.
Quedé impactado ¿Kakarotto había muerto? ¡Eso no era posible! ¡Yo debía asesinarlo, no él morir de esa forma tan estúpida! Pero hubo otro hecho que me impacto aún más. Cell regresó, ante nuestra total sorpresa, y con un rayo de poder acabó con la vida de mi hijo Trunks. El muchacho que vino del futuro a alertarnos de la desgracia que ocurriría, cayó al suelo escupiendo sangre, para segundos más tarde dejar de respirar.
Sentí una ira completamente nueva en mi interior. El chico estaba muerto, y yo no había podido hacer nada para impedirlo. Era mi hijo, ese cadáver en la tierra era el de mi hijo.
Quería matar a ese monstruo, aniquilarlo, vengarme por el daño que le hizo a mi hijo, pero no pude, porque mi poder no resultó ser tanto como yo esperaba.
Finalmente fue el hijo de Kakarotto quien acabó con Cell.
Abandoné el campo de batalla, derrotado. No había logrado vencer a Cell, no podría combatir y asesinar a Kakarotto y mi hijo estaba muerto.
Me fui al bosque, a pensar. Llovía, y apenas unas horas después, volví a sentir el ki de Trunks. Seguramente esas sabandijas lo habían revivido con las esferas del dragón. Me sentí un poco más tranquilo, pero no lo suficiente. Tenía demasiadas dudas.
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Trunks regresó a casa luego de la pelea y me contó lo que había sucedido. Me lancé sobre él a llorar cuando supe de su muerte, pero era inmensamente feliz de que ya estuviera conmigo.
Sin embargo, seguía preocupada, ya que Vegeta no volvía.
Esa noche nos fuimos a dormir temprano, ya que había sido un día difícil. Y, sobre todo, porque sabía que vendría un momento mucho más complicado que la pelea misma, ese momento cuando Vegeta se marcharía de la Tierra y de mi lado, para siempre. 

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Hola!
Ya terminé de escribir los 36 capítulos de este fic.
Ya no queda nada :'(
Mañana salgo de la ciudad,me voy a mil kilómetros de mi casa de vacaciones, pero sigo conectada en la tablet y el teléfono, asi que si me necesitan, no lo duden :3
Seguramente hay quienes se entristecen con el inminente fin de esta historia, pero como consuelo les puedo decir que ya hay ideas merodeando mi cabeza para futuros fics. Igual si quieren contribuir con cosas, me avisan y vamos armando.
Los adoro
Besos
Miki

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