Prólogo.

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—en serio... Ya no lo soporto —expreso la chica de pelo azul mirando su plato lleno de frituras.

—Tu familia te crítica por ser una solterona —expreso con una sonrisa traviesa —que desastre, pobre de ti... Solterona —tomo una papa y antes de llevarla a su boca la chica de la quitó y también sonrió.

—Eres un tonto Agreste —le golpeó el brazo sin fuerza.

—Lo que digas, dame mi papá —le advirtió mirándola divertido.

—No quiero —su voz era la de una niña pequeña, la llevo a su boca y la comió.

—Eso es maldad —tomo otra papa y la comió apresuradamente.

—ya hablando en serio... ¡no sé qué hacer! —rio —llevo años sin salir con nadie.

—Desde el desastre con Nathaniel, te abandono por Juleka.

—Vieja historia.

—Y... ¿por que tú familia no aceptas que eres una diseñadora famosísima sola, quieres triunfar sola?

—Quieren que tenga a alguien a mi lado...

—Bueno todas tus amigas están casadas.

—Tu no.

—Yo soy un amigo tuyo.

—no estás casada amiga mía —río y le dio un trago a su bebida.

—Muy graciosa —los dos sonrieron con complacidad.

Se quedaron en silencio hasta que Adrien pensó algo extraño para decir rompiendo el hielo. 

—Sabes... deberíamos fingir casarnos, yo alejaré a Lila y Chloé... y tu callaras a esas personas —lo dijo con tono de sarcasmo pero se dio cuenta de que su amiga planeaba algo al ver su rostro iluminado y con una sonrisa traviesa.

—Te amo Adrien —dijo para después lanzarse a sus brazos y abrazarlo con fuerza.

—Espera... ¿que? —pregunto el rubio correspondiendo al abrazo con confusion.

—Nos casaremos —dijo la chica riendo un poco.

Se alejó de el y lo miro, el también lo hizo con confusión total.

—Sera algo así como "la gran estafa" engañarmos a todos —comenzo a decir mientras se sentaba formalmente otra vez —pense que lo pensabas Adrien, sería algo como un trato...

—¿hablas en serio? —pregunto alzado la ceja.

—Si, es una buena idea, piénsalo, engañaremos a todos —rio un poco —¿no crees? Fingiremos casarnos, fingiremos amarnos... Hasta que alguno de los dos encuentre a esa persona...

—Con la que quiera pasar toda mi vida...

—Exactamente ¿Qué dices? —habló neutral.

—gastaremos mucho dinero.

—Adrien querido, si tú quieres comprarías toda esta calle —sonrio.

—Podría ser...

—Si yo quisiera me podría llevar a todos los que estan aquí en un viaje todo pagado a donde quieran.

—Tenemos mucho dinero, está claro... Me gusta tu idea le llamaremos "la gran estafa".

—¿Como la película?

—Como la película, solo hay un problema...

—¿Cuál?

—¿Cómo crearemos nuestra historia?

—Pues... Nos conocimos en el Collège, poco después entramos a la universidad y estábamos en la misma, desde ese momento, con pequeños encuentros inesperados fueron causando que te enamoraras de mi y yo de ti, por lo que nuestra "relación" puede causar decidimos mantenerlo en secreto, yo por ese motivo no salía con nadie y tú tampoco, hasta ahora, tu me pedirás "matrimonio" y bueno yo aceptare y te advierto Agreste, tiene que ser una linda forma, me conoces y sabes que me gusta y que no.

—Mmm vale —sonrio —esto sería como una broma, una excelente mentira, estafa y broma, entonces fingiremos divorciarnos cuando encontremos a esa persona.

—Me leíste la mente o si te cansas de mi, yo de ti también nos "divorciamos"

—Ok —tomo otra papa y la comió —¿En serio te pediré matrimonio de una forma diferente?

—Se verá mas real.

—Aja, tu solo me estafas.

—es porque eres mi amigo, te quiero mucho, por eso lo hago —sonrio y miro a otra parte.

—Yo comenzaré a estafarte, otra pregunta ¿algun día tú y yo...?

—No —se apresuró a decir —no es obligatorio —termino mientras se ruborizaba.

El rubio no evitó reír a causa de su reacción, ella tomó unas papas y se la lanzó, también comenzó a reír al ver como intentaba atraparlas con la boca.

—Somos un desastre —expreso Marinette observando todas las papas en el piso.

—Un desastre y mentes maestras, perfecto.

—Quedariamos para que crearan un programa de las estafas más geniales y buenas del mundo.

—Ganariamos el Nobel.

—El Oscar cariño.

—Nos darán premios de por vida por la estafa del siglo, todos enloquecerian, muchos intentarían imitarnos o más bien copiar nuestra idea.

—Pondran estatuas de nosotros para no olvidarnos.

—Al estar viejos pasarán en todas las televisiones del mundo un vídeo en nuestro honor y podrán a personas gritando "la mejor estafa" —los dos rieron ante el comentario.

—¿Qué nos ocurre?

—Bueno, desde la preparatoria yo decía que consumias droga.

—¿y tu?

—Tambien... Sabes, he considerado que es un atentado contra mi, osea yo no la consumo pero alguien la a de poner en mi comida, la consumo y no me entero ¡es un atentado!

La chica de cabello azul río hasta que el aire le hizo falta y involuntariamente comenzaba a golpear la mesa a causa de la risa, contagiando al rubio de esta.

¿Qué podría salir con una mentira piadosa?

De Una Mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora