Capitulo 6: La confesión de Harry.

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En el viejo vestuario los chicos seguían besándose apasionadamente, sus labios se unían y sus lenguas se acariciaban suavemente, cuando pudieron despegarse, él le habló:

—No sabes cuanto deseaba besarte.

La chica lo miró con ternura, ella deseaba ese beso tanto como él. En un ataque de felicidad desconocida ella lo abrazó rodeándolo con sus brazos, para el pelirrojo era maravilloso y perturbador, no quería salir de ahí, pero como un caballero se detuvo.

—Debemos irnos.-Dijo Ron.

—¿Quieres irte?-Preguntó Hermione.

—No, pero debemos salir de aquí.

El chico se puso su camiseta y juntos salieron del viejo vestuario, acordaron no decir nada de lo sucedido, de momento era lo mejor, todavía estaba todo muy fresco y ellos se debían una conversación profunda.

Durante la cena en el gran comedor, Ginny y Harry que estaban sentados uno al lado del otro, no dejaron de darse la mano por debajo de la mesa, Harry se moría por contarle al mundo lo feliz que era de tener a su pelirroja con él, sabía que de momento no podía decir nada, era la única manera de protegerla de Voldemort, o por lo menos eso pensaba el ojiverde.

Ron y Hermione estaban sentados juntos, el pelirrojo a diferencia de su amigo no se animaba a tomarle la mano a la castaña, deseaba estar a solas con ella, tenía mucho para decirle. Luego de la cena, todos los estudiantes partieron hacia sus respectivos dormitorios, el pelirrojo aguardó a que los demás no lo miraran y con cautela se acercó a Hermione, tomó un libro de pociones y simuló que le quería preguntar algo.

—Te espero aquí a las doce en punto.-Le dijo.

La chica le sonrió y salió corriendo a su dormitorio. Harry estaba en una punta de la sala y Ginny en la otra, cada tanto el ojiverde miraba de reojo a la pelirroja, era desesperante tenerla tan lejos y tan cerca a la vez.

Ron pareció notar que algo le pasaba a su amigo, lo llamó con la mano y le hizo señas para que subieran al dormitorio, una vez en el cuarto Harry se tiró en la cama mirando el techo de ésta, Ron se sentó en el borde de su cama y con mucha curiosidad le preguntó a su amigo qué le pasaba.

—¿Por qué no me cuentas que te pasa? No dejas de mirar a mi hermana.-Dijo Ron.

—¿Cómo? Yo…Pues no me he dado cuenta.

—Vamos, Harry, yo te he contado lo que me pasaba con Hermione, te dicho cosas que me ruborizan de solo pensarlo ¿y tú no me puedes contar qué te pasa?

Harry se sintió mal, sabía que su amigo tenía razón, el pelirrojo era su mejor amigo, ¿pero cómo le podía contar lo que le pasaba? Si bien su amigo había aceptado su relación con Ginny, ahora las cosas eran diferentes, antes él solo se moría por besarla y caminar junto a ella tomado de la mano, ahora no bastaba con eso, quería estar a solas con la pelirroja, la deseaba, quería expresarle su amor teniéndola entre sus brazos, cómo le podría explicar eso a Ron sin que éste se molestara al punto de querer matarlo, mientras Ron lo miraba expectante, el ojiverde se imaginó que si decía algo, Ron saltaría sobre él y lo agarraría de cuello hasta ahorcarlo.

—Vamos Harry, sé que algo te pasa.

—No puedo decírtelo amigo, lo siento.

—Hoy en el vestuario me pasó algo increíble, si me cuentas te lo diré todo.

Harry recordó que su amiga había ido hasta el vestuario por los guantes, se imaginó lo que Ron tenía para decirle, su curiosidad fue más grande.

—Oh, pero cuéntame hombre, dime.

—Primero tú.

—No puedo...

—¿Por qué?

El chico bajó la vista y respondió:

—Porque vas a matarme.

—No te mataré, lo prometo.

Harry lo miró con recelo, finalmente tomó aire y confesó.

—Ginny y yo hemos regresado.

—¡Pero es una gran noticia!

—Es un poco más que eso, hemos…Oh, no sé cómo decirlo. Estoy consternado, ella y yo hemos…

—¿Qué?

—Bueno, lo hemos hecho, pero te juro que no lo planeamos así, solo se dio, nada más.

El pelirrojo se quedó mirándolo con los ojos abiertos, por un momento pensó que había escuchado mal, luego vio la cara de su amigo y comprendió que Harry se refería exactamente a eso.

—Voy a matarte.

—Ron, por favor, comprende, yo estoy enamorado de tu hermana, la amo, te lo juro, por favor amigo, necesito que me comprendas y no que te enfades...

El chico se paró de la cama y caminó por la habitación circular.

—¡Oh, Harry! ¿cómo pudiste?

—¿Es que no escuchas? Te estoy diciendo que la quiero, no pudimos evitarlo. ¿Tú evitarías tener así a Hermione?

El pelirrojo se quedó muy quieto meditando lo último que había dicho su amigo.

—No, no lo evitaría.

—¿Ves?, no tiene nada de malo.

—¿Que no tiene nada de malo? Lo dices porque Hermione no es tu hermana.

—Es como si lo fuera.

—Pero no lo es.

Dejó a su amigo solo en la habitación y bajó a la sala común, estaba furioso con su amigo y con su hermana, no podía soportarlo, lo que pasaba es que ese imaginaba que su mejor amigo sentía lo mismo que él por la castaña, él sabía perfectamente como sentían los chicos, no podía tolerar que su amigo deseara de esa forma a su hermana.

Se sentó de brazos cruzados envuelto en sus pensamientos, la sala se fue vaciando y las doce en punto apareció Hermione vistiendo su pijama.

—¡Hola!-Dijo la castaña desde atrás.

Para Ron fue una gran alegría verla pero su ceño seguía fruncido.

—¿Qué te sucede?

—¿Tú sabías que Harry y Ginny andan juntos?

La chica se quedó de piedra, no esperaba esa pregunta, pensó que el pelirrojo la había citado ahí a esa hora para estar a solas con ella y no para hablar de Ginny.

—¿Para eso me citaste aquí?

—No, es que…Bueno, Harry me lo ha dicho y …Quería saber si tú lo sabías...

La chica asintió con la cabeza y Ron explotó de ira.

—¿Por qué soy el último en enterarme de todo?, ¿por qué tú lo sabías y yo no?

—Bueno, a mí me lo contó Ginny, ya sabes, somos muy amigas...

—¿Y por qué no me lo dijiste?

—Porque ella no quería, oye, Ron, ¿para esto me hiciste venir?

—Pues deberías habérmelo dicho. Sabes que ellos… Que ellos…Oh, por Dios, se acostó con mi hermana, ¿cómo pudo?

La castaña lo miró con tristeza.

—Porque se quieren, Ron, es algo que tú nunca comprenderías.

Se dio la vuelta y dejó al chico solo en la sala común, ella llegó a su cuarto y se tumbó en la cama.

—Fue un gran error besarlo.-Se dijo.

El placer del amor.| Romione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora