Cap 1. Las Bachacas

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   La vida en Barrio Bendito ha comenzado hace horas para muchos aunque apenas fueran las 5:20 de la mañana. En la planta de arriba de la casa de la familia Castillo; Darmelys hace rato que lavó y limpió la casa aprovechando que llegó el agua, ahora monta las arepas para que Wilker su marido
desayunara como un rey tiene lista la ensalada de sardina con cebolla,
tomate y aguacate.

  Le pasaría llevando dos arepas a la lambusia de Mantuana - su suegra- para que no dijera que era tan maluca.

   Pensaba mientras lavaba los platos que por lo menos ahora tenia algo de privacidad y un poco de paz. Pasó seis años viviendo en la planta de
abajo con la bruja de Mantuana, lo mejor de todo es que ya no tenía que
esperar en las mañanas a que su cuñada Wilseymi le diera la gana de salir del baño.

    Puso en tres y dos al Wilker que construía una pieza o ella lo dejaba. Wilker preocupado y dándose cuenta que la amenaza de Darmelys era real porque los fines de semana comenzó a quedarse en la casa de la suegra. No lo atendía, ni le lavaba la ropa, el cuarto vivía hecho un desastre, el mercado no duraba ni dos días en manos de Mantuana, la hermana y el cuñado
de turno.

   Cansado de comer pan con mortadela de Mercal y sin los cariñitos de su "diagla" que era lo que más le hacia falta. Decidió ponerse serio y cumplirle a Darmelys trabajó duro en la obra de la Misión Vivienda consiguió materiales de construcción que su jefe le regalaba por las horas
extras, más lo que se robaba transportando en la moto de su llave el Jose.

  Por poco una vez cachan a Wilker, pero se salvo gracias al manto sagrado del Jesús de Nazaret del que es devoto y fue así que hizo su humilde ático con cocina y todo. Le
faltaba la cerámica de la sala, pero ahí iban.

  Darmelys sintió que los brazotes de Wilker que la encarcelaban contra el mesón.

  -Nos días diaglita. ¿Haciendo arepitas?- ronronea Darmelys afirmando- bájale la llama a la cocina y incendamos la nuestra- dejando un beso en el cuello y metiendo mano por el baby doll que se compró hace unas semanas
en el Palacio del Blumer que suavizó a fuerza de Soflan que le consiguió su amiga Andreivys "la bachaquera" eso fue lo que le quito la picazón que le producía la del encaje.

—Te compro esa labia - Wilker se ríe dando un mordisco en la nuca de Darme.

—Noo. No puedo Wilke deja de hace eso que tengo que pirarme temprano de la casa de los enchufaos para ir hacele las uñas y pies a Doña Lucía y la hija - dice sin poner mucha resistencia a Wilker. Sonó el celular con el tono de los "ojitos chiquiticos"

—Nos días doña Celia ¿Como amanece? No se preocupe. Dígame. ¿Harina de trigo? ... ¿Una torta? .. ¿Para Deivid? - ahí al Wilker se le bajo todo y paso de 40 grados de calentura por querer un mañanero con Darmelys haglando con expresiones sifrinas y esa batica
sexi a -0 con nieve.

  Escucharle hablar del sifrino inepto hijo de la jefa de su mujer que últimamente andaba rondando mucho. Es que si ese fresita se metía con Darmelys le iba a dibujar los ojitos de Chiabe en el pecho a punta de plomo.

  Darmelys sale como alma que lleva el diablo de la casa porque se le ha hecho tarde después que Wilker la convenció de un rapidito. Tenía que dejarle un recuerdo a Darme
para que cuando pensara en él durante el día ella pusiera la sonrisota que tiene.

—Darmelys Sofía - una chica curvilínea con todo el sufijo aumentativo que terminaba en Ona: nalgona, piernona... Vestida de jeans y blusa verde claro y unas
sandalias planas que se compro en calzado total.

— Si me entero que el wircho ese hijo de tu jefa te anda calentando la oreja. No respondo. Lo baño e' plomo.

—Wilker Aleisander no me amenaces. No hago mas que partirme el lomo trabajando en esa casa. No soy como tú o se te olvida cuando te zamureaste a la zorra de Mileidys - le grita enfurecida.

Las BachacasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora