Jungkook no pudo evitar que una sonrisa se extendiera por su rostro cuando cerró la puerta de la casa tras su espalda y el olor a comida le golpeó de forma sumamente agradable. Luego de una agotadora jornada en la universidad y su trabajo de medio tiempo lo único que quería hacer era ver a su pequeño novio, ese que siempre le esperaba con la comida como una esposa en años pasados haría. Debía admitir que le encantaba esa sensación hogareña que el rubio le transmitía con pequeños gestos, y esta, claramente, no era la excepción.
Dejó su ya vieja mochila tirada sobre el sofá que se encontraba situado casi en el centro de la sala principal y trotó con alegría en dirección a la cocina, donde la angelical voz de Jimin le llamaba con una alegre canción, el chico aún no había notado su llegada y que mejor que sorprenderlo con un abrazo y un par de besos. Cuando atravesó la puerta de la cocina lo primero que le recibió fue la imagen del pequeño rubio con un delantal de color rosa, removiendo el contenido de una olla y cantando una canción en conjunto con la música de la radio, y mierda, mentiría si dijera que su corazón no latió con emoción cuando lo vio ahí, tan feliz, tan vivo.
No era un secreto para nadie que estaba perdidamente enamorado de todo lo que significaba Park Jimin.
Una adorable risa rebotó en las paredes cuando Jungkook rodeó al mayor con sus brazos por detrás y depósito cortos besos en la piel de su cuello, provocándole cosquillas en el proceso.
— ¡Bobo, me asustaste! — Respondió Jimin, chillando mientras dejaba un par de golpes en los brazos de Jungkook, golpes que para este se sentían más como caricias. Le encantaba la forma en que Jimin se convertía en un pequeño gatito gruñón cuando se enfadaba.
— ¿Cuanto le falta a la comida? — Murmuró el pelinegro en uno de los oídos del rubio, acurrucándose luego en el hueco entre su cuello y uno de sus hombros, ahí, donde una marca de color violeta demostraba lo que en la noche pasada se habían divertido.
— Está lista, ayúdame a servir mientras me quito esto. — Jimin se separó del agarre del menor y señaló el delantal rosa con una sonrisa divertida antes de empujar un par de platos contra el pecho de Jungkook para luego proceder a deshacerse del nudo que mantenía la tela apegada contra su cuerpo.
Jungkook, sin rechistar, dejó un corto beso sobre la frente de Jimin, sorprendiendo al menor y logrando que sus mejillas se tornaran de un muy adorable tono rosa, casi como el delantal y se dirigió con los platos a donde descansaba toda la comida lista. Sirvió hasta arriba ambos platos y caminó en dirección a la mesa, donde el mantel y los cubiertos lo esperaban.
Jimin siempre se adelanta, pensó. Le encantaba sentirse así de feliz siempre junto a su chico.
Acomodó ambos platos y esperó la llegada del mayor, el cual pronto traspasó la puerta de la cocina ya sin el adorable (en su opinión) delantal puesto. El rubio siempre insistía acerca de lo ridículo que se sentía cuando se lo colocaba, Jungkook sólo podía intentar disimular cuando sus ojos se ponían en forma de corazón al verlo como una pequeña ama de casa.
Era adorable, Jimin siempre era adorable.
Y así comieron, entre risas, anécdotas, preguntas y por sobre todo, amplias sonrisas y ojos brillantes. El amor flotaba en el aire y su relación no podía ir mejor. De vez en cuando ambos hacían bromas acerca de lo mucho que su vida parecía una película americana de los 50, pero a Jungkook no le importaba, realmente no lo importaba mientras su vida fuera con Jimin.
Y cuando llegó la hora de levantar todo, Jimin volvió a la cocina a lavar los platos y Jungkook lo siguió, obediente como un perro, como siendo llamado por el rubio. Lo primero que hizo cuando tuvo a Jimin finalmente a su merced fue tomar sus manos, y lo obligó a recargarse contra el lavaplatos, dedicándole una de sus tranquilizadoras sonrisas que sólo Jimin había tenido el placer de conocer. Y entonces, se arrodilló, y deslizó sus manos por los brazos heridos de Jimin, y besó cada cicatriz, y acarició su bonita piel.
Porque a pesar de cada herida que el pasado dejó en su chico, la piel de Jimin seguía siendo la más preciosa de todas para él.
— Estoy tan orgulloso de ti, mi ángel.— Murmuró el pelinegro, y ese, fue el detonante de una bomba que había estado guardada en el rubio.
Las lágrimas de Jimin no tardaron en llegar, y los sollozos pronto inundaron la cocina, porque sólo ellos sabían lo difícil que había sido la vida del mayor, rodeado de violencia, con una madre alcohólica y un padre infiel, con la poca aprobación de su homosexualidad, con el poco amor que recibía en casa. Pero Jungkook llegó a tiempo para salvar al rubio, lo sacó del sufrimiento y le dio una nueva forma de ver la vida, ambos construyeron nuevos y mejores recuerdos.
Jimin aprendió a amarse a si mismo y a Jungkook.
El pelinegro se levantó del piso y llevó sus manos a las mejillas del contrario, acunando estas y borrando todo rastro de lágrimas con sus pulgares.
— Te amo, eternamente, Park Jimin. — Murmuró Jungkook, atrapando los esponjados labios del mayor en un beso antes de rodearlo con sus brazos, abrazándolo con fuerza y dejándolo llorar en su pecho.
— Y-yo también te amo, m-muchisimo. Eres mi salvador. — El corazón del menor se agitó con fuerza en su pecho al escucharlo y se separó de él, dedicándole una pequeña sonrisa antes de señalar que iría al baño.
Y sus pasos se sintieron pesados y lentos cuando abrió la puerta del baño y el olor a putrefacción le golpeó con fuerza, pero de todas formas entró y apoyó sus manos en el lavamanos, mirando su demacrado reflejo en el espejo y sintiendo, nuevamente, sus ojos llenarse de lágrimas.
Él no era realmente un salvador.
Volteó en dirección a la ducha y la vista se le nubló por las lágrimas, pero lo vio perfectamente, a Jimin, recostado en la bañera, con la vista fija en la nada.
Lo vio muerto.
El agua ya fría se encontraba teñida de rojo y ambos brazos se encontraban con profundos cortes, por donde toda la sangre se había drenado.
Las imágenes golpearon su memoria y cayó de rodillas en el frío piso, devolviendo toda la comida sobre las baldosas.
El silencio reinaba en la casa cuando cerró la puerta tras su espalda y se sorprendió cuando en vez de escuchar la angelical voz de Jimin, se encontró con una carta colocada sobre la mesa donde ambos solían comer juntos.
Sin esperar más tiempo caminó hacia esta y la desdobló, logrando admirar la inconfundible caligrafía de Jimin impresa en el papel."Mamá está muerta, me han dicho. Ellos me llamaron, realmente me buscaron a mi. Y cuando pregunté por papá... él se ha cambiado el nombre y ha formado otra familia, Jungkook. Él realmente nos abandonó. Y yo... yo no creí que dolería tanto, pero lo hizo, sentí mi pecho comprimirse y...
Perdón, ¿si? Perdón por no permitir que salvaras, Jungkookie. Soy un desastre, pero te amo, te amo, eternamente, a pedazos y por completo, te amo en cuerpo y alma, te amo más de lo que una madre ama a su hijo y creo que te amaré después de muerto. Gracias por todo, Jeon Jungkook, gracias por otorgarme un hogar y por enseñarme el significado de la palabra felicidad, pero yo... yo realmente soy muy malo aprendiendo, ¿sabes?
— Tuyo por siempre, Park Jimin. "
Lanzó el papel al suelo y corrió, buscó por todo la casa hasta que llegó al baño, y un nudo se le instaló en la garganta cuando entró y lo vio. Muerto, sin vida, sin el brillo en sus ojos, sin la sonrisa impresa en los labios, esos labios que él amaba besar.
Porque el amor de su vida se había suicidado y él realmente no era un salvador.
• • •
He rescatado esto de un viejo cuaderno y decidí reescribirlo con otra pareja, y cuando lo hice pensé en una persona que admiro (Verygoodcastle), esto va dedicado para ti con mucho amors. ♥
Lamento muchas faltas en esto, entre ellas, el que realmente no sabía describir la parte del comer, tengo que aprender más de cultura coreana ㅠㅠFuera de eso, espero que les haya gustado muchísimo, como se habrán dado cuenta, Jungkook pasa sus días imaginando a Jimin mientras este se encuentra muerto y pudriéndose en la bañera de la casa que ambos compartían.
¡Muchas gracias por leer!
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・゚✧ savior ; k.m ✧゚・
Short StoryA Jungkook le encanta que Jimin le repita una y otra vez que es su salvador. 。kookmin oneshot. 。fluff, angst¿?, muerte de un personaje aka nosécomoclasificaresto. 。dedicado a una chica que admiro en (no tanto) silencio, carlaflin 💘 。por favor no...