Unwanted Pain ||Azusa Mukami||©

[04;00]

Solo bastaron unos 10 minutos para que la castaña se tomará una taza de capuchino de forma rápida y se pusiera ropa nueva para partir rumbo a su trabajo ignorando la sugerencia de su amigo.

Se colocó los auriculares y algo apurada caminó hacia aquel local, una cálida cafetería donde hacía de camarera.

Entró y directamente fue a los vestidores acercándose a su casillero y sacando de este el uniforme obligatorio del lugar, entró al baño y se colocó aquel traje que a su parecer era una copia de los de Maid solo que con algunas modificaciones y en color café.

Al acabar fue frente al espejo, le quedaba hermoso, pero al terminar por arriba de las rodillas y ser manga corta dejaban ver varios de los moretones que no había podido curar en sus brazos y piernas.

-Catty~ -Exclamó una pelirroja entrando y saludándola con un cálido abrazo. -Porque llegaste tard- --Se detuvo al mirarla de cuerpo completo. -Que te sucedió..? -Preguntó ahora en un tono preocupado tomando sus brazos y pasando sus dedos con cuidado por aquellas marcas moradas y verdes.

-Nina.. -Dijo con una sonrisa bajando la mirada y ocultando sus brazos, se sentía mal al hacer preocupar a la gente. -Solo me tropecé en casa, sabes que suelo ser muy torpe..

Mintió, sabía que si le contaba lo que en verdad pasaba como a Kino solo aumentaría su preocupación y iría al instituto a detener todo esto, no quería que eso pasara, sabía que la rubia no se detendría por un simple "Llamado de atención" del director. Solo le traería mas problemas.

La pelirroja la miró de reojo y asintió desconfiada, entendía que su amiga no quería hablar de eso en este momento, pero no significaba que en el primer turno libre no la interrogaría. Le entregó unas muñequeras blancas y negras para disimular los golpes de sus antebrazos al menos hasta que se hicieran mas leves. 
No era agradable ver a una chica tan hermosa como ella tomara ordenes con los brazos así de manchados, las marcas violetas y verdes resaltaban mucho en su blanca piel.

Luego de aquella secuencia y por una leve regañada del jefe salieron a atender.

Era una mañana en la que el lugar estaba algo lleno, mesas adentro y en la vereda y las pobres chicas corriendo de un lado a otro con los pedidos.

-Catt, mesa 8, ve a tomar su orden rápido.

Pidió la cajera y la castaña asintió guardando la libreta y lapicera en su bolsillo. Suspiró profundamente y se acercó a aquella mesa donde se encontraban dos jóvenes.

Tomó la lapicera y libreta, sonrió y carraspeo un poco su garganta llamando la atención de ambos chicos.

-Buenos días, puedo tomar su orden? -Dijo amable mirando el blanco papel esperando oír sus respuestas.

-Catty..? -Preguntó uno de los chicos, mirando a la chica con algo de sorpresa.

La nombrada alzó la vista confundida hacia ambos jóvenes mirándolos con detalle dándose cuenta recién ahora de quienes eran.

-A-azu-chan, Ruki-kun! Lo siento, ando distraída.. -Se disculpó apenada saludándolos como correspondía.

Charlaron unos minutos y la chica tomó finalmente su orden, fue a la cocina a entregarla y la esperó para luego tomar las dos bandejas y llevárselas a ambos hermanos sirviendo ambos platos: Un capuchino con un tostado y un cortado con dos medialunas. 

-Que.. Te sucedió..? -Preguntó Azusa mirando con detalle sus brazos.

La castaña los miró notando que en un descuido de ella una de las muñequeras se había bajado dejando  la vista un enorme moretón morado, enseguida lo tapó con su mano libre y bajó la mirada.

-Catty, dime quién te hizo eso.. -Dijo casi en una orden el mayor de mirada azul.

Tomó la bandeja y sin responder se fue directo a los vestidores, no quería tener que mentirle a ellos ni tener que hablar luego con Nina. La diría al jefe que se sentía mal y volvería a encerrarse a casa.

Debió haber escuchado  a su amigo, tendría que haberse quedado en su apartamento. No había sido buena idea ir a trabajar.