-Holly Babydoll

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-Pequeñas cegueras de la infancia al verme al espejo, verme, verte en ese reflejo que sólola luz me deja ver, luz que aunque esté en uno de los castillos de fantasía más hermoso del universo,sin ella no podría verlo.

Ojeras a las 12 pm y aún sigo sin caer en cuenta en esta fantasía, el arcoiris gris conociendo

a un ararcoiris espacial, un arcoiris de estrellas muriendo lentamente en sus errores, pero la luz

belleza en sus ojos nada se lo quita, es duro ver la firmesa de una pequeña ángel caída, tan pura

para este mundo, tan inocente para el infierno.

Buscando la sabiduría, el ángel se aventura en busca de nuevos recuerdos, pasea por el tiempo como

si de segundos se tratase y su cielo se torna de colores más fuertes cada vez que se acerca

a su destino, pero, en este destino se encuentran dos pequeñas manzanas doradas abandonadas, la diosa Eris pondría a prueba al ángel sólo por cinismo, cada manzana más mortal que la otra, pero sólo una sería la que haría que la jóven ángel quedara satisfecha.

Su viaje continua cargando estas manzanas, sólo hay una manzana que la tiene tentada, por ser ésta la más grande y llamativa de las dos, pero como ella no se deja llevar por vanidades muerde sólo una...

La jóven sintió un fuerte golpe en el estómago, esa noche todos los ángeles lloraron en silencio

su nombre fue dicho 10 veces frente a una fuente de sabiduría, pero ella la perdería después de esa mordida,

la cambió por siempre, no buscó más guías, sencillamente siguió su camino con ambas manzanas, una intacta

y la otra con cada vez más mordidas, ella sólo tenía un deseo qué sacear, no merecía esto

pero su orgullo la empujaba a seguir mordiendo, la otra manzana intacta y cada vez más brillante,

exigiendo mordidas, pero ella primero quiere acabar con una, sea como sea, la quiere para ella y no planea empezar la otra sin haberse terminado una.

Su camino seguía, ciervos y centauros la acompañaban en su camino desde la tierra, brindando su apoyo sin medir nada, el centauro siempre fiel a su ángel le brindaba su consejo, este peludo amigo siempre sería su apoyo,

con un pañuelo rojo con el que pretendía mejorar su apariencia, pero ponía en duda su juego, 

el ángel siempre estuvo acompañada.

Un día, la jóven decide terminarse la manzana de una última mordida, ya deshecha y algo llena, bota las sobras, pero antes se asegura

de botarla en el basurero correcto...

 Pero...

 ¿cuál era el basurero correcto para algo que llevó consigo durante tantos ocasos?

Ya sólo le quedaba una manzana, después de haber tomado aquella dura decisión (en la que éste narrador no piensa hacer énfasis jaja)

pero algo sabía de estas historias, las comidas se pudren e incluso las manzanas doradas no merecen ser llevadas, no merecen ser pulidas

porque todas vienen de la diosa del caos, de la corrupción, sólo pocos llegarán a ese entendimiento tan absurdo, tan sencillo, tan simple

tan hermoso.

Vestida de blanco, con lágrimas tatuadas de color dorado como el ocaso que el sol sembraba en las nubes, el ángel decendió, herida, confundida y

benevolente, tomó la desición...

3 Horas pasaron y el dorado se apagó, sus brazos se pusieron pálidos y... cayó, cayó envuelta en su vestido pero no como ángel,

si no en forma de porcelana, era ahora una muñeca sin hilos, con la mirada fija y fríos calculadores eran sus ojos, su pelo era permanente,

su sonrisa maldita estaba porque cuenta la leyenda 

"cuando la mires a los ojos y pronuncies su nombre y ella decida sonreírte...

 Te enamorarás

una

manzana 

más 

aparecerá~"

Holly BabydollWhere stories live. Discover now