I Won't Trust You

I Won't Trust You, Mabel

Dipper.

Decepción. Ese sentimiento me ha acompañado desde que tengo memoria.

Siempre perdí lo que era importante para mí y nunca obtuve lo que deseé. Siempre preferí ver la felicidad de Mabel antes que la mía, pero ahora me pregunto ¿realmente valió la pena haber sacrificado todo por alguien como ella?.

No. Es la única respuesta que encuentro siempre que me lo pregunto.

Mabel siempre fue increíblemente egoísta, siempre pensaba en ella y no se preocupaba por ver cómo sucedían las cosas a su alrededor.

Ella no era la chica buena y dulce que todos creían que era; al contrario, ella es y siempre será un ser terrible que es tan egoísta que nunca se detendrá a pensar en si sus acciones son correctas o si perjudican a alguien.
Es de lo peor.

Aún recuerdo la última vez que nos vimos. Yo ya era aliado de Bill y ella por alguna razón ya había aceptado que me había perdido; me sorprendió el escucharla decir que el mundo era una basura, me sorprendió el hecho de que haya madurado.

Recuerdo su mirada, era tan profunda y llena de rencor que me pregunté por un momento si esa era realmente mi hermana.

Recuerdo haber tratado de detenerla junto con todo ese estúpido grupo de rebeldes cuando salvaron a Ford. También recuerdo que ella se quedó ahí parada, mirándome, analizándome, despreciándome.

Oh, Mabel, ¿esa eras realmente tú?, ¿esa mirada tan morbosa era realmente tuya?, ¿realmente has madurado?.

Recuerdo aún lo que dijiste antes de desaparecer. Recuerdo a la perfección lo que respondí; recuerdo todas esas emociones que me invadieron al golpearte.

Sí, te golpeé y no me arrepiento; es decir tú te lo buscaste, decías tantas incoherencias que no pude seguir escuchando.

Recuerdo tu expresión al recibir el primer puñetazo, mierda ¡no tuvo precio!. Tus ojos abiertos por la impresión que se cerraron rápidamente debido al dolor producido, tu mejilla roja, tus labios fruncidos, el pequeño hilo de sangre que salió de tu boca. Maldición, lo repetiría con tanta dicha.

Luego de golpearte recuerdo ese puñetazo que me diste justo en la nariz, vaya que dolió. Recuerdo sentir la sangre caliente correr por mis labios hasta gotear al suelo. Recuerdo cuando comenzaste a llorar luego de verme caer. Recuerdo haberme reído en tu cara al verte llorar. Recuero tu expresión de disgusto, diablos, me hubiese gustado tener una cámara en ese momento.

Recuerdo todo ese día a detalle. Recuerdo la pelea que casi termina con la vida de ambos, recuerdo que Bill y Ford tuvieron que interponerse entre nosotros para evitar que nos matáramos entre nosotros.

Al día de hoy sigo sin comprender por qué Bill evitó que acabara con tu vida y por qué Ford parecía estar preocupado por mí. ¿Acaso se han vuelto débiles?.

No. Si Bill se hubiera vuelto débil alguno de sus secuaces o, tal vez, yo mismo lo habría destruido.

Ford no puede caer tan fácilmente, es decir, él peleó contra un demonio y es algo más fuerte que los demás.

La pregunta que invade siempre mi mente es, ¿tú te habrás vuelto fuerte?.

He de admitir que me sorprendió que me confrontaras y que tomaras cartas en el asunto, parece ser que te convertiste en alguien formidable, Mabel.

Es una pena que ahora ya no me importes.

Ahora estamos aquí, mirándonos mutuamente, esperando a que el otro ataque. Tú pareces ir enserio y yo, me divierto como nunca.

Tú sostienes una espada y tu siempre confiable garfio volador; yo por mi parte tengo una parte de los poderes de Bill y un cuchillo por si llegara a hacer falta.

Uno a uno, gemelo contra gemelo, es el final de todo.

Quien pierda morirá junto con su mando, quien gane obtendrá la absoluta victoria.

Nada podría ser mejor que esto.

Ahora, querida hermana, terminemos con esto.

Dejemos de confiar en que haremos o no algo que es más que evidente.

Dejemos los juegos de lado, dejemos de ser hipócritas. Hoy, en este lugar, ante los ojos de mis compañeros y tus compañeros, puedo decir con seguridad algo.

No confiaré en ti.