una voz que llama

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No puedo regresar.
La puerta aún está cerrada...
Tranquilízate, no temas...


-¡¡NO!!- se escucho un gritó que retumbó en todo el palacio.-¡el rey!  ¡el rey!

Por los pasillos iba gritando un pato blanco, ojos azules al igual que su traje que consistía en un saco cerrado y un sombrero de hechicero, tenía un pergamino en la mano y con la otra hacía movimientos desesperados como si así lograra ir más rápido.

-¡¡GOOFY!!- grito a todo pulmón, al llegar en el jardín del lugar seguido de un humo provocado por la carrera, el jardín estaba lleno con flores de todo tipo, junto a unos de color rosa se hallaba un ser parecido a un humano tomando la siesta del dia; tenía playera verde limón con mangas largas, un chaleco de cierre marrón y pantalones aglomerados café claro.

-Zzz ahyuk.... -al ver al antes mencionado que lo ignoro olímpicamente tomo su bastón y al son que recitaba unas palabras un rayo fue lanzado.

-¡¡DESPIERTA!!..- dijo al tiempo de lanzar su ataque directo al joven dormido.

-¡ahh!..- y Goofy quedó casi rostizado.-ay...

-el rey ha...- con desespero trataba de decir miéntras se posiciona en el regazo del más alto y jalaba del cuello de tortuga de la playera ajena.

-¿el rey?- dijo algo confuso pero tranquilo.

-¡¡goofy tranquilízate y escucha!!-Grito en medio de la histeria el pequeño pato.- no podemos dejar que nadie más lo sepa ¿entiendes? Cómo alguien más lo sepa... ¡¡NO!! ¡¡no podemos montar un escándalo!!

-Ahyuk.- dijo Goofy con una cara sonolienta, sus ojos casi a abrir, y eso solo enfadaba más al que estaba encima de él, con sus ojos abiertos a más no poder casi para matarlo.

-¿que nadie sepa el que, Donald?- comento una voz femenina detrás de ellos, el mencionado tembló un poco.
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-¿¡ el rey ha desaparecido!?- dijo una patita igual de blanca que Donald, llevaba un vestido violeta sin mangas y algunos encajes en el pecho.

-¡¡Dios mío!!-Esta vez hablo una ratoncita, se llevó sus manos para cubrir la boca por la sorpresa; llevaba una tiara más grande que la primera, vestido rosa fuerte, guantes y con encajes color blanco.

-Cuando fui a su habitación
El ya se...- las palabras de Donald quedaron en el aire. Mientras aún sostenía aquel pergamino que resultó ser una hoja mal doblada.- esta carta me la dió Pluto.

Junto a él estaba un perro color amarillo de tonalidad fuerte con las orejas caídas color negro y una correa verde con la placa donde estaba grabado "Pluto" miraba todo con tristeza y su cabeza totalmente agachada al suelo.

Donald le pasó la carta a la reina.-arregle las partes que se habían cubierto por las lágrimas.

-Eso no se dice.- reprimió Daysi con una mirada perpleja.

-Dios..- la reina estaba angustiada y con fervor comenzó a leer la carta.

A mi amigo Donald
Perdóname, pero tenía que irme
Parece que habrá una guerra
Y tengo que marcharme.

Un Destino Conectado #premiosoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora