Naruto observaba con cierta cautela a ese chico que apartaba la mirada con desdén. Tardó años en darse cuenta de que realmente... Sasuke nunca fue su mejor amigo, nunca fue su hermano... simplemente tenía sentimientos mucho más allá de todo aquello, le amaba, le amaba más que como su mejor amigo, más que como a un hermano, lo era todo para él. Seguramente Sasuke nunca se había planteado algo como aquello puesto que en su corazón sólo corría la ira, el odio y la venganza. No conocía el amor.
- Creo que debería explicarte algunas cosas de la navidad si de verdad quieres continuar con esta locura – susurró Sasuke alejándose de Naruto.
- Sólo... pide lo que quieras y lo tendrás – le dijo Naruto con una gran sonrisa viendo cómo Sasuke empezaba a abrirse un poco.
- Necesitas cambiar esta decoración tan ordinaria y aburrida. Quizá un árbol de navidad, decorarlo, algo de muérdago... necesitas muchas cosas.
- Las conseguiré. Tú sólo dime lo que necesites. La decoraremos juntos.
- No... yo paso de decorar – dijo Sasuke moviéndose aún más lejos de Naruto mientras arrastraba el futón.
- ¿Por qué?
- Porque no tengo buenos recuerdos de la navidad. En mi casa no era precisamente algo que celebrásemos. Mi padre era estricto siempre, incluso en esas fechas.
Naruto entendió por la expresión en el rostro de Sasuke, que pese a haber disfrutado de una familia, seguramente nunca fue una época memorable para él. Al fin y al cabo... eran los Uchiha, sus expectativas eran más altas que las del resto de clanes, era posible que se pasasen todo el tiempo entrenando en lugar de parar a disfrutar las fiestas.
- Lo lamento – susurró Naruto – no sabía que tampoco era una buena etapa de tu vida.
- Da igual.
- Nunca habría imaginado que podrías no tener agradables recuerdos de ella.
- La navidad en mi casa no era precisamente nada especial – dijo Sasuke – pero... que no pudiera ser una fecha especial entonces, no quiere decir que no pueda serlo ahora. Quizá... podríamos descubrirla juntos, a nuestra manera, no hace falta hacer las típicas cosas, sólo... improvisar.
- ¿En serio? – sonrió Naruto al escucharle.
- Sí – sonrió Sasuke esta vez – improvisemos.
Realmente, la improvisación era algo que le iba como anillo al dedo a Naruto. Él siempre había sido el número uno en sorprender a la gente. Le gustaba improvisar y el ser tan impulsivo le venía perfecto para mejorar la improvisación, en cambio, Sasuke parecía tener que planificar cada detalle de las peleas, cada detalle en su vida, quizá era de esa "perfección planificadora" de lo que Naruto se había enamorado. Ambos eran tan opuestos y, al mismo tiempo, compartían el mismo dolor y la misma soledad.
- Iré a comprar ahora mismo – sonrió Naruto mientras se levantaba a gran velocidad y buscaba una chaqueta que ponerse.
Sasuke trató de detenerle al verle tan eufórico, pero en cuanto vio cómo corría por toda la casa poniéndose ropa de abrigo y realizaba sellos con las manos para poder salir de su propio sellado, se dio cuenta de que sería imposible detenerle. Estaba dispuesto a pasar aquellas navidades con él y haría lo que fuera con tal de convertir su casa en algo acorde con aquellas fechas.
Tan sólo el ruido de la puerta cerrándose hizo que Sasuke se diera cuenta de que volvía a estar solo. La leña seguía consumiéndose frente a él en aquella chimenea. El calor le inundaba y sin embargo... por dentro se sentía igual de frío que siempre. Se golpeó la frente con la palma de la mano y se maldijo una y un millón de veces por no ser capaz de bajar aquella coraza ni siquiera con Naruto.
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El secuestro (Naruto, Naruto-Sasuke)
FanfictionNaruto, cansado de perseguir a Sasuke y no conseguir que regrese a la Villa, decide en plenas Navidades realizar una drástica medida... secuestrarle. Sabiendo que Konoha le odia, Naruto retendrá a ese orgulloso chico en su casa durante todas las nav...