Los días pasan, se parecen. El espejo que me devuelve mi imagen se fisura día a día. Mi rostro se contrae. Cuento las horas, los minutos, los segundos lejos de ella. Nada pasa. Intento olvidar. Pero cada acto me recuerda su olor, su presencia. Cada ruido de tacones me hace temblar. Estoy en cólera, cabreada con el mundo entero. Salvadora...¡No me digas! Solo soy un ser perdido que no sabe situarse entre el bien y el mal, entre el candor y el vicio. Todo se derrumba a mi alrededor. Y todo me enfada. Desde el despertarme hasta el trabajo, desde la sonrisa de mi madre hasta las maneras de Neal. Sin ella, toda la oscuridad de mi ser se despierta. El colmo...Ya no soy sino frustración y rencor. Porque ella me ha abandonado.
«¿Emma?»
Perdida, levanto la cabeza de mi chocolate caliente. Me doy cuenta de que todas las miradas están posadas en mí: mi compañero, mis padres, mi hijo, todos me miran fijamente. Y eso me irrita, porque siento que me están juzgando.
«¿Qué?»
«¿Todo va bien?»
«Super...»
Mis padres se miran. Veo a mi madre morderse el labio inferior con expresión insegura. Mi padre suspira. Yo bajo los ojos.
«Emma...Presentimos que algo no va bien...No hablas desde hace días, te encierras, tú...»
«¿Y en qué os incumbe?»
Atónito ante mi reacción brusca, mi padre se queda parado. Se gira hacia Neal, como pidiendo auxilio.
«Emma, corazón...»
«¡No me llames así, sabes que lo odio!»
«Pero, ¿qué te pasa? Ya no eres la misma, ya no te reconozco, tú...»
«Ya no sabes nada de mí, Neal, tú...tú...¿Sabes qué? Ya no tengo 18 años, y ya no soy tu noviecita, ¡estoy harta!»
«Pero, ¿no estás bien?»
«No, ¡quizás no! En efecto, quizás no esté bien, pero, ¿acaso es de vuestra incumbencia?»
«Emma...Dinos qué...»
«¿Que os diga qué? ¿Que ya no me siento en mi lugar en ningún lado?»
«¿De qué estás hablando? Sabemos que...»
«¡NO SABÉIS NADA! ESTÁIS BIEN INSTALADOS EN VUESTRA BURBUJA DE AMOR, CON MARIPOSAS, UNICORNIOS Y TODO ESE LALALA...ES MUY BONITO, ¿VERDAD? ¡NO ENTENDÉIS NADA, NO ME COMPRENDÉIS, NUNCA! ¡NO SOY UNA SALVADORA, NI UNA PRINCESA, NI NADIE!
Golpeo la mesa, furiosa. Nada más me retiene. Estoy frustrada. Conmocionada. Llena de rabia. En un arrebato de profunda furia, golpeo mi taza de café contra la barra. Explota con un ruido ensordecedor. Cuando me doy cuenta de mi gesto, es demasiado tarde. El vacío, el silencio. Nada más. La respiración asfixiada, observo la porcelana desperdigada por el suelo. Trozos blancos, desechos que recuerdan extrañamente los escombros de mis deseos íntimos. Regina...Levanto la cabeza. Todos me miran fijamente. Asombrados. En sus rostros lívidos se refleja la realidad: se me han saltado los plomos, literalmente. Deseo llorar. Deseo vomitar. Una náusea amarga se me agarra a las tripas. Sin una palabra, dejo el apartamento familiar. Me derrumbo en la calle, débil, agotada por mi violencia interna. Me hundo. Pero las lágrimas no bastan para aliviar mi dolor. Ya estoy vacía. Vacía por esa falta física y psíquica. Necesito sus ojos. Necesito su desprecio. Necesito la oscuridad. Regina. Estoy obsesionada. Estoy fuera de control. Necesita estar sola.
Tambaleante, acabo por llegar a Granny's. No volveré esta noche, no tengo ninguna gana. No quiero compartir mi cama con ese hombre que ha terminado por asquearme. No quiero compartir mi intimidad con esos padres a quienes ya no entiendo. Solo la presencia de Henry podría calmarme. Quizás porque, de un tiempo a esta parte, él me recuerda cada vez más a su madre adoptiva. Él es brillante. Podría llegar a comprender. Por esta noche, necesito aislarme. Porque siento que estoy llegando a un punto de no retorno. Días enteros pensando, pensando en ella, haciéndome daño por un sí, por un no. Ya no me reconozco. Nunca he sido una persona tierna. Pero la violencia nunca ha sido una de mis características. No, eso es cosa de Regina. ¿Acaso está influyendo ella en mí? Expiro ruidosamente. Tantas preguntas sin respuesta. Al llegar al motel, pido una habitación. Asombrada, Ruby, sin embargo, no hace ninguna pregunta y me tiende una llave. Quizás se ha dado cuenta de mi expresión cansada. No me preocupo. Estoy segura de que va a avisar a mi madre. Poco importa. Me precipito febrilmente hacia la habitación. Me hundo en la vieja cama. Y pienso en ella...
La veo. La siento. Sus manos dulces sobre mi cuerpo. Su lengua sobre mis senos. Sus cabellos cosquilleando mi pecho. Ella desciende hacia mi vientre y se detiene entre mis muslos. La siento. Sus dedos me acarician. Yo no puedo más. Basta un toque para hacerme girar. Yo me veo. La agarro por la cintura, la acuesto en el sofá. Sus costillas, sus brazos, sus caderas. Ninguna de sus formas guarda secretos para mí. La beso con furia. Su lengua enredada en la mía. La más pura de las delicias. Apoyo mi cuerpo desnudo sobre el suyo. El dulce calor de los preliminares se transforma en un ardor sofocante. Cuanto más me ofrece, más quiero. No hay límite. Como si el placer engendrara el placer y nada pudiera liberarnos. Me enrosco contra ella. Ella empuja su pelvis hacia la mía. Separo violentamente sus piernas y comienzo un fuerte movimiento de balanceo. Su rostro se transforma, se relaja y se crispa. Me mira. Sus ojos no son sino deseo y placer. Clava sus uñas en mi piel. No me importan las marcas...yo le pertenezco. Cuando alcanza el éxtasis, solo deseo una cosa: recomenzar. Más apasionadamente, más violentamente, más intensamente...
Abro los ojos. Mierda...No puede ser, debo hacer algo. Porque ella me falta terriblemente. Porque ella me inunda. Porque su perfume se ha convertido en la única razón por la que continúo respirando. Cojo mi teléfono.
«¿Archie? Soy Emma...¿Puedo ir mañana a su consulta? Es extremadamente necesario que me ayude...»
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¿Hasta cuándo?
ФанфикTRADUCCIÓN del fic francés Jusqu'où? de OnceuponDreamer. No puedo impedirlo. La quiero, a ella. No lo comprendo. Pero me abandono...¿Hasta cuándo? Estas son las palabras del fic original, no quiero poner nada más, para no romper la sorpresa del fic...