Revelaciones

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Después de la marcha de Regina, me paseo por las estancias de la casa. Angustiada y feliz. Atormentada y relajada. Impaciente por encontrarla. Su perfume sopla como un cierzo arremolinado. Lo aspiro como si fuera una bocanada de vida. Yo le pertenezco. Cada poro de mi piel respira gracias a ella. Sonrío afectuosamente. Observo meticulosamente cada rincón de la mansión. Cada objeto, cada detalle, cada decoración. El reflejo de su personalidad se erige ante mis ojos: una mezcla de oscuridad y blancura, ordenada y suntuosa. Le pertenezco con un amor inconmensurable. ¿Desde cuándo? No lo sé. Curiosamente, cada vez más tengo la impresión de haber sido siempre de ella. Estoy turbada. Tengo que admitirlo. Pero, ¿hasta cuándo? Después de haberme impregnado de su olor y de haberme envuelto en su presencia invisible, me dirijo a casa de Archie. Cuando abre la puerta, su rostro se alarga con una sonrisa inmensa.

«Emma, ¡tiene buena cara!»

Yo sonrío bobaliconamente. Bajo esa expresión ingenua, el grillo está lejos de ser tonto. Él sabe. Al darme cuenta de eso, me juro interiormente no volver a tomarlo por un descerebrado y débil. Entro y me siento en el diván, sin decir nada. Me sirve un vaso de vino y se sienta.

«Fui a ver a Regina»

Sus ojos brillan. Un rictus de satisfacción se dibuja en sus labios, transformándose en una sonrisa feliz.

«Le dije la verdad»

Él todavía no dice nada. Me alienta silenciosamente a continuar. Pero yo dudo.

«No dejo de pensar en...Tengo un raro presentimiento desde...De hecho...Cómo decir...yo...yo...Creo que estoy unida a ella... de cierto modo...»

«¿De verdad?»

«Sí. Ayúdeme. Sé que puede. No comprende nada, pero hay algo de lo que estoy segura: la amo más que a nada. Archie...por favor...»

Él suspira y se pierde en sus pensamientos. Pero no hace nada. Yo insisto. La magia, los sentimientos, el amor, muchas cosas me han a menudo sobrepasado. Pero esta vez, deseo destruir todas mis impotencias de antaño. Porque mi corazón nunca ha latido con tanto vigor, porque mi cuerpo nunca ha reclamado con tanta pasión, porque mis ojos nunca han llorado con tanta fuerza.

«Tengo esta cólera que me sobrepasa, que no desaparece sino cuando estoy con ella»

El grillo se levanta. Pasa por detrás de mí y camina tranquilamente hacia la ventana. Observa atentamente cada detalle de la calle.

«Es extraño cómo Regina y su madre se odiaban...Y ver la manera en que usted y Regina interactúan...»

Yo me remuevo en el diván, incómoda ante la evocación de mi madre. Por muy adorable que sea, será sin duda la última persona sobre la Tierra en aceptar mi relación con su peor enemiga.

«No veo qué tiene que ver Mary Margaret en...»

«Todo está conectado Emma...todo está conectado»

Yo no digo nada. Espero a que siga. El zumbido de los coches, la luz que se irradia desde la calle, el chisporroteo del fuego en la chimenea, todo no eran sino ruidos lejanos. Yo estoy suspendida de las palabras de Archie. Lo observo. Tiene los ojos perdidos y las facciones en calma. Como si estuviera en posesión de la clave de un misterio que nos salvaría a todos de un repentino apocalipsis.

«¿Se ha dado cuenta? Ellas se odian, pero nunca han sido capaces de matarse...Sorprendente, ¿no? Siempre han tenido una relación compleja. Ya sea odio o amor, siempre hay algo que acaba por unirlas...Como si no pudieran vivir la una sin la otra. Regina siempre ha estado "obsesionada" por su madre. Snow, por su parte, siempre ha hecho gala de una indulgencia extrema y dudosa hacia esa Reina que destruyó su vida...»

¿Hasta cuándo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora