Azúcar Prohibido • Yoonmin • (POV Jimin)

Capítulo 5

Taehyung me cogió el teléfono al cuarto tono.
Le pregunté donde estaba, para no interrumpir nada importante. Me contestó que estaba yendo hacia la biblioteca para leer un poco y relajarse, así que le dije que le llamaría más tarde, no quería molestar. Pero él se empeñó en que le dijese por qué le necesitaba. Me resistí pero finalmente, no me quedó otra. Le conté por encima mi situación con Yoongi, y que por eso estaba allí, en el río, dando una vuelta para despejarme.

Tae realmente es muy comprensivo y paciente con mis sentimientos, el hecho de que fuese mi compañero de habitación hacía que tanto con él como con Jungkook existiese una confianza muy amplia.
Tae insistió en venir, al principio le intenté detener, pero, acabé cediendo.
Faltaban unos 10 minutos para que llegase desde la biblioteca, así que me mentalicé sobre lo que venía. Sabía que V no se iba a conformar con cualquier excusa que le contase para evitar hablar de la cuestión, y que tendría que contarle la versión real de lo ocurrido. ¿Cómo explicarlo de manera razonable?

Le ví venir desde lejos, y, para cuando llegó, ya era tarde. No pude mirarle a los ojos, él se percató de ello, avanzó rápido, se situó en frente mío y me levantó la barbilla, a tiempo de ver cómo caía la primera lágrima, seguida de unas cuantas más.

Ninguno dijo nada, nos sentamos en un banco, y Tae sacó una bolsa de pipas. Pelarlas me relajaba, así que estuvimos unos 20 minutos en silencio, mirando los últimos rayos del sol del atardecer reflejarse en el agua del río.

Finalmente, Tae abrió la boca para decir:

-Venga, Jhope me ha puesto al tanto de todo, pero sigo sin comprender una cosa, ¿qué es lo que realmente te preocupa? si lo que ha ocurrido es una pelea, deberías sentirte cabreado. Si lo que ha ocurrido es una muestra de amor, deberías sentirte feliz, ¿a qué viene esta tristeza y culpabilidad?

Yo también me había hecho esa pregunta mil veces, pero la respuesta que mi propia cabeza me daba no era nunca la adecuada.

-Siento que no soy suficiente para él, no me entiendo ni yo, y odio la frustración que me produce transmitirle esta indecisión a él también. Tiene que estar demasiado confundido por mis tonterías. Mi problema son los impulsos que- Tae me interrumpió en medio de la frase para estrecharme fuertemente entre sus brazos, y así nos quedamos unos minutos, noté que por fín tenía las ideas claras sobre mis sentimientos, y me sentí escuchado y comprendido por Taehyung, quien ,al separarse, me dijo en voz baja:

-Te he cortado porque no hace falta que sigas. Tú también lo has comprendido. Sientes algo, ese algo sigue evolucionando con el tiempo, así que no puedes poner un nombre a ese sentimiento, pero sabes que a medida que crece, necesitas demostrárselo más, aunque sientes que, para él, no mereces la pena. Deberías subir un poco esa autoestima, Jimin. Me duele todo esto. Soy consciente de lo mucho que vales, y deberías estar orgulloso tú también de ello, y usarlo a tu favor en vez de lamentarte de tí mismo.

Me sentí muy agradecido porque alguien estuviera empleando su tiempo en ayudarme, por fin me sentía comprendido, tenía todo mucho más claro. Tae era de verdad un buen amigo. No quise entretenerle mucho más ahora que mis sentimientos estaban en equilibrio, pensé que sería tarde, pero al sacar el móvil para comprobar la hora, éste me recordó que tenía un mensaje sin leer, lo había olvidado por completo, este decía lo siguiente:

" Hey Jimin, ¿dónde estás? Gracias por todo, por la comida y por la manta. No esperaba dormirme en el pasillo. La comida estaba realmente buena. Gracias otra vez. Espero que vuelvas pronto a casa "

De nuevo se me borró la vista, y las lágrimas humedecieron mis labios, le mostré el mensaje a Tae, quien sonrío, de nuevo, no hizo falta hablar. Todo se había solucionado en muy poco tiempo.
Me sentí tan agradecido a ambos por su comprensión, que tras despedirme de Tae, fui a una pequeña tienda en la ciudad, donde compré un enorme oso de peluche, para Yoongi, y un libro que sabía que le gustaría, para Tae.
Llegué a casa de noche, y aproveché que todos dormían para colocar sus recién comprados regalos al lado de sus camas, junto con una nota que escribí, la cual esperé que leyesen con ansiedad a la mañana siguiente.