Hoy me he levantado tarde y todo por culpa de Stephen, estuve toda la noche pensando en lo sucedido y la verdad no sé cómo alguien que no conozco me puede crear tanta inquietud.
-Brooke ¿me estás escuchando?- el escuchar mi nombre me obligo a dejar atrás mis absurdos pensamientos.
-¿eh? Dime lo siento, estaba distraída-
-Te estaba comentando que Jason y yo quedamos este viernes para ir a 23 wretches?
-¿23 wretches?- dije para después morder mi sándwich, estábamos en la hora del recreo.
-Si, ya sabes, el club al que solía ir cuando era un desgraciado y nunca mejor dicho-
Hace años Ty, junto a Jason, pertenecía a una banda que se dedicaba a hacer cosas no muy legales, ya saben a lo que me refiero, vendían drogas, blanqueo de dinero y cosas por el estilo, pero después de recibir una amenaza contra su familia decidió salir. Pudo hacerlo sin inconvenientes pues en esos tiempos la banda no era muy grande ni tan importante como lo es ahora, o eso me ha contado él.
Respecto a su familia, nunca llegó a pasarles nada pero de algún modo llegaron a enterarse de lo que Ty hacía y no pudieron hacer nada peor que echarle a la calle. Sus padres son unas personas muy estrictas y a eso hay que sumarle que son muy religiosos también, así que os podéis imaginar la situación. Aún así, creo que unos padres tienen que dejarte aprender de tus errores y ayudarte a superarlos, no darte la espalda cuando más lo necesitas.
-No sé Ty- y antes de que pudiera agregar nada más, apareció Jason.
-Hola, ¿que tal?-
-Nada hermano, aquí intentando convencer a B de que venga con nosotros el viernes-
-¿Por qué no quieres venir con nosotros? ¿Ya no nos quieres?- dijo haciendo un puchero que lo hacía ver adorable-
-No es eso chicos, saben que eso no depende de mí, si mi padre está de viaje, que no me extrañaría, iré sin ningún problema pero sabes que durante su presencia tendría que volver temprano, y no voy a arreglarme solo para estar fuera dos horas-
-En ese caso rezaré un padre nuestro, a ver si tenemos suerte- contestó Jason. Yo solo me limité a reír y a negar con la cabeza.
[...]
Estábamos a jueves por la tarde y hoy había quedado con los chicos para acompañarme a buscar un vestido para esta noche. Según ellos, no es bueno llamar la atención en un lugar como ese y lo más apropiado sería intentar imitar a las chicas que van a ese lugar. Eso sí, respetando unos límites.
Sobrentenderéis que mi padre al final si que se ha ido de viaje. Creo que comenzaré a rezar yo también.
Miré el reloj y este marcaba las cuatro y media y quedé con los chicos a las cinco, solo tengo media hora para prepararme. Increíble, desde que salí de la universidad he estado haciendo el trabajo de historia del derecho, pero que puedo decir, se me fue el santo al cielo.
Una vez bañada, decidí no peinarme, y justo cuando me estaba aplicando rímel, que es lo único que uso a veces, tocaron el timbre.
Bajé las escaleras con cuidado y fui a abrir la puerta encontrándome a los chicos y a un individuo para nada agradable.
-¿Qué haces aquí?- dije nada más abrir la puerta.