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Emily Johnson.
Me sobresalté al escuchar los leves toques en la puerta de la habitación de Samantha. Habíamos estado encerradas allí desde hace una hora.
Decidimos ver alguna película, pero para Samantha fue muy difícil mantenerse concentrada, al igual que para mí. Mi rubia amiga quien estaba sentada en el borde de la cama frente al televisor había estado alejada de mí, puesto que yo permanecía con la espalda pegada al respaldo de la cama con las piernas cruzadas.
Ambas miramos a la puerta que lentamente se abrió y dejó ver a María allí indicándonos que el desayuno estaba servido.
—No tengo hambre. —Informé. Samantha se volteó a mirarme y asintió. Al ver que Mary cerró la puerta retirándose suspiró tristemente.
—Lamento que haya pasado es-
Interrumpiéndola hablé:— No repitas lo mismo que tu padre por favor. —Suspiré pesadamente— No me complica tener que verlo, pero sí el tener que verla a ella. Es un peligro público. Es cosa de mirar nada más. —Indiqué con la cabeza mis piernas y algunos rasguños que anteriormente Justin me había curado, pero que ella misma me había brindado allí.
—Vamos, —Suplicó subiéndose a la cama con ambas manos juntas en mi dirección.— ¿No quieres ayudarme a pelear un rato más?
—La verdad no, no tengo ganas y lo sabes, —Hablé sin animos, pero negando con la cabeza, sonreí a medias.— pero por ti haría cualquier cosa.
Levantándonos con una sonrisa abrimos la puerta y, colocando su brazo sobre mis hombros, caminamos en dirección al comedor.
Una vez allí, Justin quien estaba sentado junto a la rubia, al vernos aparecer simplemente mantuvo la mirada por unos segundos con Samantha y luego conmigo. Al no ver reacción de parte de él le indiqué a Sam que tomara asiento mientras yo hacía lo mismo. María dejó el desayuno frente a nosotras y fue allí cuando comenzó la tensión.
La rubia nos miraba con cara de odio, mientras nosotras no nos quedábamos atrás.
Literalmente, solo faltaban los cuchillos volando por sobre la mesa.
La incomodidad abundó cuando la rubia acarició lentamente el brazo de Justin de arriba a abajo, lo que hizo que me atorará con el vaso de jugo.— Sé que por culpa mía esta- —Comienza las tetas falsas, pero enojada porque sigue tocando a Justin, la apunto con el cuchillo.
—Te callas o te exploto los implantes de tus tetas falsas. —Sam ríe a viva voz, ganándose una mirada fulminante de Bieber la cual se la paso por el culo, aunque cuando me miró, desvié de inmediato la mirada de la suya.
—No permitiré que ninguna de las dos le falten el respeto. —Justin alza la voz.
Rodeó los ojos ante lo inmaduro que sonó su comentario, que no solo me molestó, sino también me dolió.
