La partida

367 5 0
                                    

Se quedaron de ver el viernes, a las diez de la noche, frente a la escuela.
Temprano, desde las nueve y media, habían llegado Mónica y el chofer con la camioneta en que los llevarían; era una suburban nueva propiedad de una de las empresas que dirigía su papá.
Poco después y todavía unos minutos antes de la hora señalada, llegó Anabell acompañada de su madre, quien platicó un momento con Mónica y el chofer y luego se despidió saz de su hija con una exagerada apresión que hizo avergonzar a Anabell.
      
      A las diez en punto llegaron Leonardo, Humberto, José Luis, Adolfo, Jorge y Juan. Venían en el auto del papá de Jorge. El único hombre que faltaba era Daniel, porque en su casa le retiraron el permiso en el último momento. Llamó llorando a casa de Jorge, dijo que cuando regresaran de viaje no lo buscaran ahí porque ya no aguantaba a sus padres y se iba a ir a vivir con un hermano.

         -Un rival menos -dijo.
Los hombres llegaron todos juntos porque decidieron verse en casa de Jorge mucho antes de la hora de partir, para ultimar detalles tan importantes como quién se iba a sentar junto a Anabell durante el trayecto.
Tras casi una hora de bromas y discusiones, fue Humberto quien de nuevo puso claridad en la polémica.
          -Que sea Anabell quien elija compañero de asiento.
A las diez y cinco llegó Rebeca, corriendo, con el pelo suelto, húmedo y la cara pecosa y sorprendida.
         -Temían qué me fueran a dejar -dijo.
         -Estaremos locos -comentó Leonardo, con una galantería innecesaria tratándose de Rebeca.
      La última en llegar fue Arminda, se bajo de un auto viejo, negro, enorme y bien cuidado, se depidió afectuosa de sus padres y mientras acomodaba su maleta en la cajuela, dio las buenas noches sin ninguna explicación por su tardanza.
      Finalmente, acordaron que la distribución de los asientos se iba a decidir en una rifa. Solo los dos de los lugares de adelante estaban reservados; el del chofer y el de Mónica. Los muchachos temieron que en el sorteo Anabell fuera a terminar sentándose adelante, entre el chofer y Mónica. Pero no fue así, Anabell quedó en el asiento de atrás, en la ventana izquierda, junto a ella el afortunado resultó ser José Luis y ambos compartirían el asiento con Rebeca y Leonardo. En los lugares de en medio irían Humberto, Juan, Adolfo y Jorge; y adelante Arminda acompañaría a Mónica y al chofer.
       -Casi -dijo José Luis a Leonardo, dándole un pequeño codazo a manera de festejo por su suerte.
       -El viaje apenas comienza -replicó Leonardo con su sonrisa de niño malo-, todavía me queda una semana.
      -Eh, los de atrás, no vayan a empañar los vidrios -gritó Juan con un tono indeciso entre la broma y la envidia.
       Las primeras dos horas del viaje todos se esforzaron por hacer del trayecto el inicio de la diversión; cantaron canciones, contaron chistes y recordaron anécdotas de sus viajes anteriores, pero a pesa del esfuerzo por prolongar esa inicial alegría, la monótona amplitud de la autopista terminó haciéndolos sucumbir pronto ante el sueño. Solo los cuatro del asiento de atrás estuvieron despiertos casi toda la noche.

--------_-_-_-_-----------_--_-_-_-_--------_-_-
Imagen de los chicos viajando.

Hola espero que disfrutando el trayecto de la historia jjj Gracias por leer y por favor voten y comenten me alegrarían saber su opinión acerca de la historia Gracias Sayonara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola espero que disfrutando el trayecto de la historia jjj Gracias por leer y por favor voten y comenten me alegrarían saber su opinión acerca de la historia
Gracias Sayonara.....
El video es algo nuevo de youtube y me gusto mucho y por eso lo puse aunque ya se que no tiene nada que ver con la historia pero que se puede hacer jjj


Iba a ser solo una broma - David JorajuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora