-Ahora que lo pienso, debimos haber comido algo antes de salir -Dijo Isabella-
-Sí, la prostituta tiene razón -Dijo Melissa, riendo al final-
-Bueno, en realidad sí hay hambre, pero chicos por favor, estamos solos en este pueblo, al menos por ahora, pero lo que sí es seguro es que ya no hay leyes ni normas, es decir, podemos comer en la tienda que queramos sin pagar lo más mínimo, o si se sienten con exceso de confianza podemos ir a la cocina de un restaurant chino a ver qué hemos comido por lumpias todo éste tiempo -Habló Robert- *Todos ríen*
-El imbécil tiene razón -Señala Francesca- Por vez primera, podemos hacer lo que queramos.
-Sí, pero, no hay que desviarnos del objetivo; recuerden que estamos en estas horas tan largas de la noche buscando sobrevivientes, los caprichos pueden esperar, los cumpliremos porque no les niego que también tengo muchas ganas de comer sin pagar -Comentó Paul, asombrando a todos con lo tan encauzado que aparentemente, es-
-¿Y tú, cuándo te volviste tan serio? -Le pregunta Isabella con cara de asombro-
-"Anoche" (¿Cómo estás, Robert Downey Jr?.) -Respondió sonriendo sarcásticamente-
-A mí no me engañas baboso, estás con esa actitud para que Melissa piense que has madurado -Comentó Isabella, mientras reía- Melissa no le creas oíste, ese es un perro desgraciado, no ha cambiado nada *Riendo*
-La concha de tu madre Isa, deja la disensión carajo -Respondió Paul-
-Hay gente que sólo quiere ver el mundo arder -Comentó riendo, Robert-
Y todo era jolgorio, hilaridad, casi se podía vislumbrar que ellos no estaban conscientes de lo que estaba pasando; tal vez la amistad tiene éstas cosas. Pero, poco les duró el falso regocijo que acababan de levantar: Sin querer, inconscientemente, Robert los condujo hacia donde estaban los cadáveres de los niños. Y no es que entran en sus cabales, sino hasta que ven los chafarrinones de sangre, diseminados en las paredes de cada casa que veían pasar. Ya la sonrisa se les había borrado a todos. Robert se da cuenta que no le estaba prestando mucha atención al trayecto previo que los condujo hasta ahí, pero ahora era inevitable. Todos, a excepción de Robert, estaban turbados ante la escena, y eso que Robert no les había mostrado los cadáveres. Éste último les dice:
-Quiero hacer algo, y necesitaré de su ayuda.
No obtuvo respuesta de ninguno, evidentemente, por la conmoción en que se encontraban los demás. Pero prosiguió:
-Debemos darle sepultura a cada uno de ellos; es lo menos que podemos hacer.
-¿Ellos? ¿De quiénes hablas? -Pregunta Francesca-
-(Los conduce hacia una casa y les muestra los cadáveres, cubiertos por sábanas blancas) De ellos, y hay en todas éstas casas de por aquí, así que será una noche larga
-¡¿Qué?! ¡¿Esperas que toquemos gente muerta?! ¡Estás loco, muchacho! -Exclamó vociferante, Isabella-
-Yo no haré eso, lo siento pero no. Esto es una pesadilla -Dijo Isabella-
-Chicas, necesito que estén preparadas para lo que pueda ocurrir en un futuro; necesito que empiecen a ser muy fuertes, y éste es un comienzo. Además, todo hijo de Dios merece sepultura, tal como está escrito. Por favor, se los suplico -Respondió Robert-
-Vamos, lo haremos -Afirmó Paul- Debemos hacerlo, es lo menos
-Sí pues, está bien; lo haremos -Respondió Isabella-
-Excelente. Paul y yo buscaremos picos, palas y todo eso para empezar a cavar. Ustedes pueden ir llevándolos hacia el patio trasero -Dijo Robert-
-Dios mío bendito -Comentó Katrina al ver a los occisos-
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¿Es lo correcto?
AcciónLa vida es de muchos sobresaltos. Nunca se sabe de lo que se es capaz hasta que verdaderamente es puesto a prueba. La vida de un grupo de adolescentes toma un giro más que brusco: De celebrar su baile de promoción, fiestas y reuniones recreacionales...