♦️ Capítulo 07 🃏

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Aviso: Este capítulo es el más largo hasta ahora ojalá lo disfruten.
Sin más que decir que comience la lectura.

Frente a aquella multitud, yacían ambos hombres esperando el momento perfecto, esperando la hora del caos, tan concentrados que no se percataron de que alguien los observaba con la misma intensidad que ellos a la multitud.
Una joven en un vestido verde miraba todo desde un lugar algo alejado de la barra. El cabello rojizo caía como cascadas sobre sus hombros, sostenía un martini en su mano izquierda.
-¿Necesita... otra cosa... señorita?- preguntó el barman, su voz estaba algo rara al igual que sus movimientos y su mirada estaba perdida
-Por el momento no, cariño- contestó ella antes de sonreír maliciosamente y darle un trago a la bebida.
Tras un par de minutos el humo fue soltado, lo cual causó un gran grito de éxtasis por parte de la gran multitud. Era el momento perfecto para nuestros tres individuos, pero antes de que lograran avanzar, antes de que pudieran ejecutar la movida se escucho un grito.
-¡REDADA!-
Esta única palabra desató el caos.
Todos comenzaron a correr como ratas que abandonan el barco.
Lo que antes fue una multitud disfrutando paso a ser una estampida que pasaría por encima de quién cayera para salvar su pellejo.
-Carajo- Exclamó Jake al ver todo el alboroto.
El peliverde estaba en una especie de shock, debatiéndose con sus voces. Cuando logró recuperar el control de sí mismo rápidamente dirigió la mirada a dónde estaba su compañera.

Harley estaba pegada a la pared de aquel escenario sin saber qué hacer y sin poder ver a su Puddin, la confusión se estaba apoderando de ella.
-Te a dejado- esa frase atormentaba su cabeza hasta un punto que se agarro la misma con ambas manos y fue dejándose caer poco a poco.
-Rubia tonta- gruño el Payaso
-Ve por ella- Intervino Jake -Si la policía la atrapa todo se irá al demonio- explicó mientras sacaba su arma -Controlare el asunto hasta donde pueda- fue lo último que dijo antes de salir a paso veloz en dirección a dónde vino el grito que desató el caos
-Me lleva- escupió el Rey de Gótica antes de cargar su arma y salir para dónde estaba la arlequín.
-Me dejo... me dejo...- repetía ella mientras se mecía, su mirada estaba perdida y las lagrimas estaban a punto de salir de sus ojos.
-¡Harley!- aquel llamado se escuchó antes de que "J" la jalara para que un montón de gente no la aplastara -¡¿Estás tonta o que te sucede?!- gruñó un muy molesto Joker mientras la examinaba rápidamente con la mirada.
-¿P-pudin?...- ella levantó la mirada hacia su amado
-Nooo... soy Cepillín- carraspeo y sin soltarla comenzó a caminar lejos del escenario.

Los casquillos caían en el suelo con tanta rapidez y las balas se estrellaban contra la pared.
Jake se asomada y regresaba dichas balas.
-Carajo, carajo, carajo- repitió al ver que se estaba quedando sin municiones.
Pero algo extraño paso, los disparos de sus atacantes cesaron. Se asomó un poco y vio a un montón de cadáveres en el suelo.
-¿Magia negra?- dijo pensativo
-No es magia querido, es la Madre Tierra- una voz femenina se escuchó a espaldas de el.
Se giró con lentitud y se encontró con aquella mujer de vestido verde y cabello rojizo.
-¿De cuando acá las plantas tienen patas?- dijo sin pensar por lo cual recibió una enorme espina que salió con la velocidad de una bala hacia su cabeza.
El la esquivo a una velocidad increíble y levanto la ceja mientras la miraba.
-¿Tienes novio?- preguntó burlón antes de recordar a sus cómplices -Mierda- salió corriendo hacia donde había dejado al Payaso.
-¿No te enseñaron modales tus padres?- gruño la joven mientras lo seguía.
-Están muertos- dijo sin poner atención mientras buscaba a su amigo.
Una vez que logro detectarlo se dirigió hasta el.
-¿Donde estabas? No tenemos tiempo- gruñó el peliverde mientras miraba a su amigo
-Fui atacado por la Madre Tierra- contestó pensativo
-¿Que dices?- volvió a cuestionar levantando una ceja -¿Y quién es la que parece tubérculo?-
-Cuidadito Payaso barato- contestó con furia la joven
-Oh ella es...- se detuvo pensativo -¿Quien eres tú?- se giró hacia Ivy.
-Poison Ivy- contestó ella con superioridad
-Oh tú eres la hierba esa- se burlo "J"
Antes de que Ivy le hiciera algo la muy aturdida rubia intervino
-No creo que sea tiempo para presentaciones- dijo desconcertada
-Tienes toda la...-
Fue interrumpido por unos policías que entraron con la intención de atraparlos.
"J" les disparo en la cabeza pero esto no sirvió de mucho ya que entraron otros detrás de él.
-Es inútil- carraspeo Jake -Son demasiados-
Dijo al ver a un montón más que entraba.
-Váyanse- ordenó "J"
-Oh no. Yo caeré con mi club.- refutó Jake disparando hacia los policías.
El peliverde miro a la rubia que estaba aferrada a su brazo.
-Vete ya Harley- ordenó con voz firme.
-¿Q-qué?- preguntó desconcertada y triste
-Te dije que te vayas- gruñó más fuerte y se medio agacho ya que varios disparos salieron hacia ellos -Si nos atrapan a todos jamás saldremos- continuó el.
Ella solo lo miraba suplicante, no quería apartarse de su lado.
-N-no...- contestó ella en voz baja
-¡Que te vayas ya!- gritó ya sin paciencia y levantó la mano dispuesto a golpearla pero Ivy intervino.
-Yo me la llevaré- dijo con rapidez evitando que el le propinara el golpe.
El solo se dedicó a asentir y ver cómo la pelirroja se llevaba básicamente a rastras a su arlequín.
Jake por otro lado tiro una mesa para cubriese de los disparos.
-De está no salimos- anunció cuando se quedo sin balas.
"J" no dijo nada, estaba perdido en el limbo de su locura, a un grado que no lograba escuchar los llamados de su amigo cuando la gran multitud de policías entro.

Los agentes entraron.
Pasaron a travez del humo a paso decidido sin dejar de apuntar a dónde estaban ambos hombres.
-¡Manos sobre la cabeza!- gritaron ellos.
Con lentitud y mucha rabia Jake levantó lentamente las manos.
-¡Avancen, avancen!- ordenó Gordon quién estaba al frente de los agentes.
Los azotaron contra el suelo no sin antes a verlos despojado de sus armas. Las esposas rodearon sus muñecas.
-Esto no acaba aquí- gruñó Jake pero fue callado por una patada que provino de un agente.
-Cállate escoria- escupió un policía.
No tuvo respuesta solo un gruñido y el intento sin éxito de soltarse.
La música seguía retumbando, el DJ seguía en lo suyo. Pero ya no había nadie, nadie más que aquellos agentes y ambos criminales que yacían en el suelo, sin poder hacer nada, encadenados, en pocas palabras: derrotados.

The Beginning Of The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora