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Capítulo uno:
–¡Joder, Camilo! ¡Bájale a la música, ya! – grité eufórica.
–Muñeca, baja ahora, ¡ya! –respondió en el mismo tono.
–¿Qué pasó, mi vida? –pregunté.
–¡Vecino nuevo! –contestó emocionado.
–A ver, -caminé hacia la puerta y la abrí.
Al abrirla, vi una cabellera castaña, sobre un cuerpo tonificado. Mi boca se abrió automáticamente.
–¡Ay, Dios! –exclamé.
El chico dio la vuelta sobre su sitio, se movió al umbral de la puerta de su nueva casa, me quedó mirando con sus ojos verdes y dijo:
–Lindos brasieres, el azul es mi color favorito. –
Maldije internamente, olvidaba que estaba sólo en ropa interior.
–¡Gracias! –titubeé.
–Soy Ian Smith. –
–Bárbara Klein. Ese es mi nombre. –
–Supongo que ése debe ser –rió.
–Barbie, cariño. ¿Puedes dejar de hacer el tonto y besarle? O, entrar de una vez. –dijo Camilo detrás de mí, lo suficientemente alto para que el nuevo vecino lo oyera.
–¿Son novios? –rascó su nuca.
–Sí, sé que estoy muy bueno, pero soy gay –respondió –. Tranquilo, no me mires raro, no eres mi tipo. –cerró la puerta después de ingresar.
–Bueno, vecino. Tengo cosas que hacer, adiós.
El chico cogió mi brazo y dijo: –y, ¿mi beso?
Me acerqué lentamente hacia sus labios y rápidamente desvié mis labios hacia su mejilla, donde deposité un beso.
–Buena tarde, vecino. –
Al entrar al departamento, me tiré en el sillón y prendí la televisión. Vi las noticias, me preocupé al verlas:
–"La familia Klein Méndez llora por tercer año consecutivo tras la desaparición de su primera hija: Bárbara Klein, quién abandonó su casa hace tres años, la madre habló al respecto..." –apagué el televisor y tiré el control.
Recuerdo
Me encontraba en mi habitación, intoxicada por las drogas. No veía nada, todo era borroso, vi una luz y me arrastré hacia ella, desperté al escuchar a mis padres discutir en la saliste del hospital.
–Ámbar, ¿cómo puedes ser tan egoísta con tu hija? –cuestionaba mi padre.
–¡No es mi hija! Dejó de serlo hace mucho. –contestó fríamente.
Me dolió en el alma escuchar eso, se trataba de mi madre. En la noche me desconecté, me vestí y le di un beso en la frente a mi padre, y susurré: –Te amo, papi.
Fin del recuerdo
Estallé en llanto, y Camilo vino corriendo a abrazarme fuerte.
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Uff Espero, les guste
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La Sombra De Barbara Klein
Teen Fiction"Mi pasado oscuro no deja de perseguirme, escucho su respiracion en mi oido y sus manos queriendome envolver en su manto lúgubre y sorbido"