Elise Peters.
Hace dos días, después de que Vincent saliera del elevador y me dejara, no sólo confundida, sino que también con miedo y enojo, hablé con Blake sobre como debería dividir las oficinas y sobre el tiempo que estaré ahí, no me atreví a decirle sobre mi pasado con Vincent, pues creo que no vale la pena arruinar nuestra relación.
Durante el día de ayer y el de hoy habían ido a poner la madera entre ambas oficinas y a hacerle una puerta a cada una, por lo que Blake no iría a trabajar.
—¿Qué haremos hoy? —pregunté aún sentada en la cama.
—¿Qué quieres que hagamos? —preguntó Blake mientras salía de la ducha con una toalla envuelta en su cintura.
—Podemos ir al parque o a comer algo.
—Me agrada la idea —sonreí y me puse de pie.
—Iré a preparar el desayuno —avisé y salí del cuarto.
Preparé fruta con yogur, pan tostado para untarle crema de cacahuete y café.
—Amor —volteé cuando escuché a Blake—. Vincent quiere cenar hoy con nosotros, dijo que era para que le explique unos puntos del plan de negocios que no entendió —suspiré.
—¿Dijo que con ambos? —movió la cabeza, negando.
—Pero quiero llevarte conmigo —lo pensé un poco.
—Bien.
—Lo siento, otra vez estarás cerca de él y sé que te molesta, pero me agrada que me hagas compañía —sonreí.
—No te preocupes —sonrió y volvió a entrar al cuarto.
Con lo que pasó hace dos días, no quiero estar cerca de Vincent, pues sé que no le importa decir lo que quiere decir aunque dañe a las demás personas. Tengo miedo de que le diga a Blake del matrimonio y llegue a arruinar todo lo que he construido con él.
—El olor del café me encanta —dijo Blake, sacándome de mis pensamientos.
—Lo sé —sonreí y volteé a verlo—. Sientate. Después de desayunar quiero ver una película, ¿te parece? —asintió.
—Me parece perfecto —sonrió.
Nos sentamos a desayunar, mientras hablábamos sobre la nuevas productividad de la empresa, la posibilidad de expandirla y cosas por el estilo.
Después de desayunar, guardó las cosas y lavó los platos mientras yo los secaba. Siempre intenta ayudarme cuando tiene tiempo libre, siempre ha dicho que el trabajo en equipo es mejor.
—¿Vemos Home? —pregunté y sonrió.
—¿Tienes diez años? —rió y me encogí de hombros—. Está bien, veamos Home.
Puso la película y nos sentamos en el sillón a verla junto a un tazón de palomitas y bebidas.
A las cinco de la tarde, Blake se cambió por algo más formal mientras yo me bañaba. Al terminar de bañarme, me vestí con unos jeans negros, una blusa negra y unos zapatos de tacón rojos, el cabello recogido de un lado y me maquille un poco.
Salí del cuarto y vi a Blake tomando un trago. —Ya estoy lista —volteó a verme y dejó el vaso del trago en la mesa.
—Hermosa —susurró.
—Gracias. Tú te ves muy guapo —sonrió y se acercó a mí.
—Gracias —besó castamente mis labios.
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Mi único amor. [Sin editar]
Romance-¿Y por qué crees que no me casaré con él? -Porque no lo amas -mantuve mi sonrisa desafiante aunque me hubiera afectado lo que dijo. Porque tiene razón. -Tú nunca fuiste como Blake -dije firme. -En eso estoy de acuerdo; yo sólo tenía ojos para ti...