A penas eran las 8 de la mañana, no había dormido más de cuatro horas, pero estaba muy nervioso, de nuevo, volví a mi infancia, a aquel sentimiento previo a la mañana de Navidad, en la cual sentía mariposas en el estómago, y mis fantasías sobre lo que me encontraría bajo el árbol no me dejaban conciliar el sueño. Me pasaba algo igual al imaginarme la reacción de Yoongi al despertar y encontrarse con el amoroso osazo de peluche que con tanto cariño había elegido para él, gastando casi todo mi sueldo, esperando encontrar gratitud y una vuelta a la normalidad tras todo este desastre que se había originado por mi culpa.
Una vez me había despertado, sabía que no podría hacer como si nada y volver a dormir, la curiosidad me carcomía, y ésta se hacía más y más grande con cada segundo que transcurría, mientras yo miraba al techo, indeciso. ¿Sucumbiría a ese sentimiento? Me conocía, sabía que era incapaz de aguantar mucho más tiempo. La curiosidad mató al gato. No pasaría nada por entrar un momento a su cuarto. Quizá hasta hubiese visto el regalo ya, lo único malo que se me ocurría es que siguiese dormido, pero, ni siquiera eso era malo, sería capaz de estar horas mirando cómo duerme.
Fui al baño para despertarme un poco antes de irrumpir en mi siguiente ya decidido destino: el cuarto de Suga y Jhope.
Dentro del baño, me lavé la cara, me cambié de ropa y me aplasté un poco el pelo con agua, siempre me despertaba despeinado, pero no quería correr el riesgo de que mi compañero estuviese despierto y me viese recién amanecido, me gustaba estar guapo.Salí del cuarto de baño con una sonrisa dibujandose en mi rostro, no podía ni quería evitarla, surgía sola, me sentía feliz sabiendo que todo estaba arreglado, y estaría aún mejor después de que Yoongi y Taehyung viesen el regalo que les había preparado.
Entré a hurtadillas en el cuarto donde Suga y Jhope descansaban, dejando entrar algo de luz, que me permitiese ver algo de lo que había en su interior.
¡Vaya! Suga se había caído de la cama-pensé-, qué adorable que- paré de pensar, mi vista se tornó totalmente a un blanco y negro cuando vi trozos de mi postal totalmente desparramados por debajo de su inmóvil cuerpo, no la había roto; la había destrozado... y el oso, ni rastro del oso... Tapé mi boca con mis manos para ahogar un grito de desesperación, y salí de allí, mis pies me llevaban. Mi cabeza no reproducía ningún tipo de pensamiento.De forma mecánica, mis pies caminaban, llevándome lo más lejos del piso posible. Nunca había ido tan rápido, no era una persona de prisas, pero aquello no era prisa, era necesidad, tan prioritario era huír como respirar. Jadear no me servía para aliviarme del dolor, las pocas personas que transitaban la calle a esas horas, me observaban, con gesto preocupado. Supe que no estaba bien cuando los tendones de mis piernas fallaban sus respuestas, y tuve que parar para apoyarme en un muro, cayendo al suelo sentado.
Mi espalda notaba cada fisura de los ladrillos en los que estaba apoyada. Me sentía lo más inútil del mundo. Tan insignificante, tan diminuto en un mundo lleno de personas, tan solo. Cuando por una vez creí que todo iba bien, la vida me volvía a dar un golpe, pero esta vez parecía que no tenía muchas intenciones de que me levantase, sino más bien lo contrario. ¿Cómo era posible que me sintiese tan solo en un mundo lleno de tantas personas?
Agité con fuerza mi cabeza hacia atrás, chocándola contra el ladrillo. Necesitaba más dolor, merecía más dolor. Choqué la cabeza de nuevo, aumentando la fuerza. Otra vez más, y otra. Perdí la cuenta de las veces que lo hice, la fuerza que podía hacer y el dolor que podía soportar me sorprendió a mi mismo.Me toqué la cabeza cuando noté que era suficiente. Me asustó la profunda herida que me había hecho yo solo. Me levanté, de el muro discurría un estrecho reguero de sangre.
Entré en pánico, y andé, no quería encontrarme a nadie, me llevarían al hospital, pero quería sufrir solo, completamente solo.
Yoongi, en un banco, aumenté mi ritmo aunque de verdad sentía mis tendones a punto de romperse, era mi prioridad evitar que viese mi herida, nadie más sufriría por mi. Nadie.
Andé y me siguió. No aguanté mucho antes de caerme, mis músculos estaban al límite. Caí de espaldas. Yoongi no puede ver mi herida, es lo único que pasaba por mi cabeza.
Me encontró y corrió. Soltaba palabras que no oía, aproveché para limpiar mi nuca con un pañuelo al incorporarme, él me agarraba.
-Jimin, de verdad, no era mi intención romper la tarj-
-¡Cállate!- grité antes de que pudiese acabar la frase, le empujé, dispuesto a huír. -¿¡De qué te crees que vas!? ¡Todo esto es por tu culpa! ¡Yo solo intentaba ser amable! ¿¡Así me lo agradeces!? ¿¡Hmm!? ¡Contesta ya de una vez!Estaba muy cabreado, lo único que amaba había rechazado constantemente mis muestras de afecto, y, si encontraba lo que acababa de hacerme en la cabeza, la cosa empeoraría para todo el grupo, quizá hasta se disolviera por problemas, y arruinaría todos los sueños de los 6 miembros... ¡ni hablar!
-¡Eh, tú! ¿Piensas hacer algo pronto?- le grité, enfurecido, pues me cabreaba que no se fuese, no podía descubrirme, no lo permitiría.
Me empujó a un árbol, mierda.
-Eh... ¡Eh! ¿¡Qué te crees que haces!?
-¿De verdad quieres saberlo?- me susurró clavando en mí su mirada.
-¿Qué... Qué quieres de mí? -dije, empezaba a darme miedo la situación.Suga se acercó más de la cuenta, nuestros labios nunca habían estado así de cerca, ni siquiera la última vez. Yo no estaba más para jueguecitos, no después de todo esto.
-Dímelo anda... ¿Qué ponía en la nota, hm? Todos sabemos que no era mi intención romperla, no sabes todo lo que he pasado por tu culpa, anda, dímelo rápido, me has hecho perseguirte por toda la ciudad.-Dijó él, sentí el impulso de olvidar todo y besarle, pero estaba demasiado afectado, y el enfado me sucumbía.
Esto fue la gota que colmó mi vaso, no solo reprochaba mis actos, sino que negaba haber querido romper la nota. Mi paciencia se desplomó. ¿Cómo no iba a haber querido romperla? Él sabía todo mi esfuerzo, y aún así, decidió destrozarlo, no sé ni la razón, dejándome completamente solo, y ahora restregándose encima mío, recordándome todo el dolor...
Le pedí que se alejase de buenas maneras, y, como no hacía caso, se lo grité, empujándole a la vez, para abrirme paso.
Nadie más se iba a volver a reír de mí. Nunca.-¡Déjame vivir, no me importas nada! ¡Búscate otro al que vacilar, ¿quieres?!- grité, antes de desaparecer de allí.
No sentía para nada lo que acababa de hacer, pero supongo que había llevado todo al extremo. Lo había hecho demasiado, para cuando me di cuenta, no llevaba ni seis pasos, para cuando caí desmayado al frío suelo del parque.
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Azúcar Prohibido • Yoonmin • (POV Jimin)
FanfictionPark Jimin y Min Yoongi, más conocidos como Jimin y Suga, son dos de los siete miembros que componen la famosa y reconocida banda coreana de kpop, BTS. Desde su debut en 2013, ninguno de ellos ha parado de trabajar, la fama requiere un gran esfuerzo...