Deshabitados

Capítulo 31

El agua caliente golpeaba suavemente mi piel deslizándose por cada curva de mi cuerpo, pasando por varias de las heridas que tenía abiertas. En mi cintura una marca en forma de estrella decoraba la zona, tenía esa forma debido a la espada con la que había sido atravesado Cameron, una de las favoritas de Patrick, la hacia llamar "Kinjulee", una espada que a medida iba llegando al mango se abría en cinco caminos dando un aspecto de estrella. Era unas de esas heridas que no terminan de cicatrizar por completo.

Mi brazo tenía un largo tajo cerca del hombro paralelo a mi muñeca. Esto era gracias a la flecha de Cameron, un lindo detalle. Ardía con la misma intensidad que la de mi cintura, por lo que mi cuerpo no tenía ni un descanso de dolor.

Habían varias zonas de mi cuerpo adoloridas, pero estas ya eran producto a moretones que nacían en mis piernas o brazos. Gracias al cielo que solo dolían si las tocaba y no como el constante dolor de mi cintura o brazo.

- Gracias -dije después de terminar de ducharme y haberle pedido ayuda a Sam con las heridas.

- Tienes que hablarlo con alguien -dijo mientras bajaba mi polera de tirantes blanca para cubrir mi cintura, la que estaba vendada de nuevo en su totalidad-. No me hagas esto por favor Alexa.

- Sabes que no puedo decirle a nadie Sam.

Agarré un pedazo de gasa para cubrir mi herida del brazo después de haberle puesto la crema que Sam había conseguido. Terminada mi tarea salí del baño sin mirarlo, no era capaz de creer que yo fuera tan egoísta, sabía que no le podía hacer esto a Sam, pero si Patrick o simplemente Caden se enteraba de que había unido mi vida a la de Cameron las cosas se complicarían más de lo que ya estaba lidiando. Aún tenía que pensar en cómo mataría a Cameron sin matarme a mi.

Me senté en la orilla de mi cama en la casa de Amelia y me puse las botas negras de cuero con un leve taco antes de estar dispuesta a salir en busca de Caden.

- Alexa -Sam me sostenía del antebrazo no herido-. Por favor.

- No ahora Sam -dije tirando de mi brazo para darle la espalda.

Caminé sin darme la vuelta para evitar la cara de dolor que Sam debía de estar dedicándome. Le debía mucho, incluso mi vida, había evitado que muriera o en realidad que Cameron muriera, pero por ahora nadie debía saber que había hecho.

La pieza de Caden estaba solo a unas puertas de la mía. En realidad era absurdo este viaje de pieza a pieza cada mañana, ya que dormíamos juntos en su pieza, pero mis cosas seguían en la mía, por lo que cada mañana debía ir a cambiarme allá, debido a que Amelia se rehusaba a que trasladara mis pocas cosas.

Habían pasado ya cuatro días desde que traje a Amy y Caden a la vida. Las primeras veinticuatro horas fueron difíciles para todos. Amy había entrado en crisis durante algunos minutos, los cuales solo vimos en negro, se veía difícil salvarla, pero entre Zoella y Amelia la situación mejoró. Con Caden no tuvimos mayor problema, sentía varias molestias que disminuyeron con medicamentos. Por mi parte solo había presentado dolor en mis heridas, bada nuevo. El resto de nuestros acompañantes habían sido heridos en menor grado, un par de rasguños y moretones.

- Buenos días Alexa.

- Emma -dije algo sobresaltada.

Ella no había estado totalmente de acuerdo de nuestra misión suicida, ademas era reacia a que hubiera traído a Caden y Amy a la vida a pesar de haber sido poseedores del don.

- Tenemos que hablar sobre la estadía de Amy y ... -Emma quizo terminar pero frenó de golpe.

Unos brazos rodearon delicadamente mi cintura para voltearme hacia la persona que me aprisionaba. Sus manos viajaron rápidamente hacia mis mejillas para acercarme completamente a sus labios. Llevé mis manos a su pecho intentando separarlo, aunque no hice demasiada fuerza ya que deseaba besarlo, pero Emma estaba a un solo metro nuestro.