Argentina y la vieja escuela- Fanfic AU hetalia rusarg

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Lamento no haber actualizado de esta beia historia hace tiempo pero a darle...

Lo que pasa es que últimamente estuve muy inactiva y hago bastantes cosas así que a ver que pasó.

POV MARTINA

Manejar un auto se ve algo complicado, complicado es aprender a hacerlo, una vez que te acostumbras es bastante simple.

Recuerdo que cuando todavía vivía en Argentina pasaban en las noticias imágenes de diferentes accidentes de tránsito, en Estados Unidos también pasa pero...no tantas.

Y ahora yo aprendiendo a conducir...es un dolor de cabeza, sobre todo el instructor.

-No, no, no, se supone que para hacer el cambio debes apretar el embriague.

-Pero si estoy corriendo por mi vida no tengo tiempo para pisar el embriague!

-Claro que sí, solo debes mover el pie a tu izquierda, mira, si tu vida dependiese de ello ya sabrías conducir y el embriague seria lo de menos.

-Agh, suficiente por hoy- dije bajandome del auto, iba a costarme bastante...Iván siempre me espera en la salida cuando es la hora de que me vaya.

-Hola Martina- me saludó y me dio un beso en la mejilla, me pasó el brazo por los hombros y seguimos caminando- como te fue hoy?

-Mmm...no muy bien- dije algo frustrada, me estaba llegando a estresar el tema del auto así que no quise seguir hablando de ello.

-de todos modos...para que quieres aprender?- preguntó mirándome, me quedé pensativa y negué con la cabeza.

-es una sorpresa- dije desviando la mirada, apretó un poco mi hombro y siguió mirando el camino.

-que clase de sorpresa?, vas a irte y dejarme solo?- preguntó divertido y algo triste al mismo tiempo.

-Claro que no!, no vuelvas a decir algo así!- exclamé seria, él me miró ligeramente sorprendido, suspire y seguí- no te dejaría solo...nunca jamás...

-Yo tampoco lo haré- dijo sonriendo, pasamos cerca de la heladería y nos sentamos en el parque a comer.

Me miraba fijamente cosa que me incomodó un poco y lo miré algo enfadada.

-Que te pasa?- pregunté mirándolo a los ojos.

-Es que cada vez que chupas el helado me hace acordar a...- antes de seguir escuchándolo me tapé los oídos avergonzada y muy muy muy colorada, él empezó a reír y le di un golpe en el brazo.

-no digas eso en público!- dije mientras sacaba la cucharita de plástico y seguía comiéndolo así.

-Jajaja, no pasa nada...tampoco lo hiciste mal- dijo con un tono pícaro mientras se acercaba a mi, le di la espalda molesta mientras seguía comiendo- tu cara esta tan roja que podría tirarte agua y sale hirviendo.

-Agh ya me enojé- dije levantándome del banco y empezando a caminar en la dirección opuesta, en verdad no estaba enojada, solo tenía mucha vergüenza por lo que no quería seguir hablando de ello.

El ruso me siguió a una distancia moderada mientras miraba el suelo apenado, lo miré por sobre el hombro y me detuve a esperarlo.

-lo siento- dijo en voz baja mientras arreglaba su bufanda- no debí haberte molestado.