Y hoy tuve otro viaje, otro viaje a la realidad, donde aprendí que debía seguir soñando, donde se encendió una chispa que me da esperanza, la esperanza de soñar en un mañana lleno de alegría, del que no quiero perder la tristeza, porque es una sensación hermosa, desconocida, odiada por muchos, pero para mi es simplemente fantástica.
Soy algo frágil, destructible, algo que no se puede detener, me siento vacía. Destruirte, arrodillarte al no poder el peso de tus piernas, perder la noción del tiempo y del espacio, estar tú, un ser indefenso que quiere dañarse y las cosas, lo material, que te ayudará en tu gran labor, es hermoso sentir esa punta, que te salvará, te hará volar, sientes como se hunde en tu piel y es como si todo lo malo saliera de ti, arrastras centímetro a centímetro y entre mas se abre, mas alegría hay dentro tuyo, lloras de dolor, te liberas del sufrimiento causado por los otros y ahora tu lo dominas, y al salír, cada cosa que te hizo sentir mal vuelve de a una atacándote, sin retorno, no puedes salir, estás atrapado, y ahí está de nuevo esa punta milagrosa, refugiándome en ardor, cuando creía todo perdido apareció, me salvó y me dio esperanzas para al fin combatir mis miedos, fui la poseedora de mi dolor, y se siente bien.
Pero el dolor superficial ya no calma mis males, ¿qué tengo? pues no lo sé, no se ya en quien confiar, odio el dolor pero es algo de lo que me aferro indiscutíblemente. No quiero ser alguien mas ni fingir serlo, quiero que alguien a quien yo quiero me quiera, quiero tenerlo a el protegiéndome de nuevo, quiero volver a sentir sus labios protectores sobre los míos, quiero superar mil y un barreras antes de morir, no se cuanto mas resistiré ni cuantas personas hagan falta para terminar de llenar este vaso, quiero volver a sentir la felicidad que sentí esa vez, fue un momento en donde no podía reaccionar, era estar viviendo en lo subreal donde nada es correcto, donde nada es perfecto como tú.
