Por sobre todas las cosas

La única pieza de nuestro vals

Si alguna vez has sido pequeño, y disfrutaste tanto como yo serlo, seguramente alguna vez aprendiste a columpiarte. Quizás hayas notado el suave suspiro del viento en tus oídos cada vez que subías, y el chirriar de las cadenas que te sostenían al volver. Seguramente hayas sonreído sin querer al imaginar que por un momento, sólo por un momento, el suelo bajo tus pies no existe y lo único que queda es el agarre de tus manos y el vaivén del columpio.

Y alguna vez habrás observado el cielo oscurecerse, por la noche incipiente o una tormenta proveniente del horizonte.

Así terminó Louis, suspendido ante la tormenta, sin poder escuchar otra cosa que el viento soplando sobre su corazón.

...

—¿Cuánto sacaste en Astronomía, Louis?

—Extraordinario, ¿por qué?

—Porque yo saqué Desastroso. ¿Me ayudas a estudiar?

Louis sonreía ante ese recuerdo cada jueves por la noche, justo como ese día. La profesora Sinistra, de Astronomía, luego de darles una hora de teoría, les daba las indicaciones para que la clase compartida por Gryffindor y Ravenclaw saliera a los balcones de la Torre a hacer observaciones con sus telescopios.

Esa hora restante, donde se suponía que cada alumno debía ir haciendo anotaciones en sus mapas, era la espina en el pie de Alice Longbottom. La mayoría de las veces se limitaba a mirar durante minutos enteros a través de su telescopio, sin ver nada realmente, y soltar exclamaciones al estilo... Alice.

—¿Habrá tantas estrellas en el cielo como gotas en el mar? —dijo aquella vez. Louis rió entre dientes.

—Se supone que tienes que dibujar, no escribir poesía —susurró él. Sin embargo, tomó su mapa y lo acomodó a la izquierda de la pequeña mesita, de modo que Alice pudiera intentar copiarlo, exactamente como cada jueves.

—Y se supone que mi tutor debería de haberme enseñado a entender algo de esto ya, pero se limita a darme puros datos y pasarme sus mapas. Eso me da a entender que me cree una rubia tonta y me tiene lástima, o...

—...O a que soy tu amigo y deberías confiar en mí. Te dije que aprenderías, ¿o no? Subiste a Aceptable tu promedio —completó, observándola copiar con una precisión casi exacta, a pesar de no entender absolutamente nada. Ojo de águila.

—Pero no me alcanzará para superar mi Desastroso.

—Y seguirás siendo mi Ravenclaw reprobada por siempre.

Alice levantó la vista, simulando estar molesta.

—Planeo graduarme, ¿sabes? Voy a pasar esta bendita materia y tú aún tendrás que aprobar Adivinación y Herbología para recibir tu diploma —dijo, alzando una ceja. A continuación siguió copiando el mapa de Louis, sonriendo para sí.

Louis vio su sonrisa, y se quedó muy quieto en el lugar, sólo para observarla con detalle, antes de que ella lo descubriera.

...

—No, Alice, ni siquiera cerca. La constelación más grande es Hydra, aunque no es la más antigua. Según los muggles, las más antiguas son Leo, Taurus y Escorpio, pero esas en realidad son...

Lou se detuvo, cuando vio a Alice mirándolo con una extraña sonrisa en la cara.

—¿Me está creciendo un Géminis en la cara? —preguntó, intentando romper la quietud del ambiente.

—¿...Qué? —ella soltó una risa fugaz—. No. Intento que se me pegue algo de tu pasión por la Astronomía. Logras que te preste atención aunque piense que la materia es horrible. Aunque no sé si debería seguir escuchándote después de ese horrible intento de chiste —dijo, con una mueca rara entre una sonrisa y la risa que luchaba por escapársele.