La chica de los labios rojos carmín

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Labios rojo carmín
Siento la adrenalina recorrer todo mi cuerpo, cada vez que me besa con esa pasión qué sólo a él lo caracteriza, sentir sus manos recorriendo lentamente mi cuerpo.
Cada centímetro de mi piel que es tocada por él es cómo una descarga eléctrica para mí, me doy la vuelta para terminar sobre él y besarlo desenfrenadamente, esta vez me ha dejado ser yo la que lo someta, yo tengo el poder en este breve instante.
Nos empezamos a deshacer de nuestra ropa lentamente para saborear el momento, en esta ocasión traigo un conjunto de lencería negro con rojo que sé que le fascina porque resaltan las hermosas curvas de mi cuerpo, no soy como las flacuchas desabridas que se le intentan meter por todos lados ni soy gorda que da vergüenza, yo soy una mujer verdadera con  la cual todos los hombres desearían pasar una sola noche.
Yo no soy una santa, él lo sabe y le fascina, pero tampoco soy una cualquiera, sólo sé disfrutar el momento y sacarle el jugo a cada instante para mi beneficio.
Lo único que nos preocupa en estos momentos es pasarnos la muy bien los dos juntos y nada más, cada vez que nos reencontramos es así, podría decir que somos como almas gemelas pero no de la forma cursi como la mayoría de las  mujeres lo ve, si no de mi propia perspectiva. Patrick y yo nos complementamos, somos el equipo perfecto, logramos entendernos con solo una mirada, es como si estuviéramos conectados telepáticamente.
Después del encuentro sexual siempre nos quedamos dormidos sin decir ninguna de las cursilerías que usualmente las parejas se dicen, eso es lo más agradable de estar con él, no debo preocuparme por cosas tan estúpidas como esas, simplemente terminamos y descansamos hasta el amanecer.
—Terminamos… — digo llena de satisfacción dejando me caer suavemente sobre su torso desnudo, Patrick me abraza y asiente, respiro un poco agitada y poco a poco mi respiración recupera su ritmo normal, siento que me estoy quedando dormida y  me dejo caer en brazos de Morfeo.

Ha amanecido y estamos justamente como nos quedamos dormidos, a pesar de que sé que hay muchas personas persiguiendo nos para asesinar nos en este momento me siento simplemente relajada, en paz, cómo si no hubiera nada que nos pudiera perturbar.
Me levanto con un poco de desgana, sé que cuando salgamos es probable que pase bastante tiempo antes de que nos volvamos a ver, aun así no puedo retrasar más este momento ya que nos pueden encontrar los sicarios de Valentine, me meto al baño para ducharme, abro la llave para que el agua casi hirviendo caiga sobre mi piel relajando aún más todos mis músculos, puedo sentir como cada una de las gotas del agua  recorre cada milímetro de mi piel hasta el suelo, paso lentamente  mis manos entre mi cabello húmedo tratando de imaginar una vida un poco más normal, donde no deba huir y  resguardar mis sentimientos, abro de golpe los ojos con una pequeña risita,<< es estúpido pensar eso ya que me divierto muchísimo haciendo lo que hago>>, cierro la llave del agua al terminar de ducharme, me cubro con una toalla y dejo que Patrick entre a ducharse en lo que yo me cambio en la habitación.
He cogido uno pantalón negro entallado, unos botines negros de tacón un poco alto, una blusa blanca y una chaqueta en la cual puedo guardar perfectamente una pistola relativamente pequeña y algunas otras armas que podrían serme de ayuda en cualquier caso. Mi aspecto físico es bastante llamativo a decir verdad, no es que sea creída pero realmente soy hermosa, y no porque lo digan los demás si no porque me amo a mi misma y yo lo creo. Soy relativamente delgada con las curvas en los lugares adecuados, cabello lacio, largo tanto que casi me llega a codo, de color castaño obscuro, ojos cafés y un poco grandes, labios con forma perfecta cómo decía mi madre, no muy gruesos ni muy delgados, simplemente perfectos, siempre de un rojo carmín porque me fascina ese color, mido más o menos 1.61m.
Con todas  esas especificaciones puedo decir que hago pareja perfecta con el adonis de Patrick, un hombre alto, cabello negro, corto, un poco musculoso, con abdominales bien marcados, sofisticado, de buena familia al igual que yo.
—Estoy lista— le aviso para que el empiece a tomar sus cosas para irnos.
Vamos directo a la recepción, Patrick paga en efectivo y nos despedimos con uno de los besos más apasionados que he dado. Camino con dirección al aeropuerto sin mirar atrás, hemos concluido otro trabajo, por algo somos los mejores y los que cobramos más en nuestra rama.

CAPITULO 1
MEMORIAS
Sostengo el arma frente a mi amante, mejor amigo y colega. El tiempo parece pasar demasiado lento, he asesinado a muchas personas y en ninguna ocasión había necesitado respirar tan hondo para disparar.
—lo siento Patrick, pero sabes tan bien como yo que esto es trabajo y en esto no hay amigos ni mucho menos.
—lo sé perfectamente , Violeta.
Lo miro fijamente a los ojos, en un par de segundos se oyen dos  disparos  y todo queda en silencio de nuevo, siento un líquido caliente brotando de mi costado mientras comienzo a marearme un poco aunque no suelto la pistola para nada, caigo sobre mis rodillas de golpe mientras no puedo dejar de ver a Patrick tendido en piso.
“¿Cómo es que llegamos a esto…?” me pregunto mientras recuerdo como era antes mi mundo, hace 83 años.
Anteriormente si tuviera esta edad me vería como una anciana pero hoy en día la tecnología ha tenido muchos avances.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2017 ⏰

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