Hace unos días me encontraba un poco enferma, no era de esperarse; siempre me mojaba en la lluvia y no me cubría contra el frío.
Al entrar a clases me dolía la cabeza, pues, todavía no me recuperaba del todo; en fin, al entrar al salón me encontré con mis amigos, los cuales siempre me hacen sentir mejor.- ¿Que tienes?, me pregunto mi mejor amigo, siempre se preocupaba por mi y no era extraño que preguntará.
- Sólo estoy un poco enferma, respondí para no asustarlo.
- Que bueno, pensé que algo peor te había pasado, mencionó preocupado
-No te preocupes, ya estoy mucho mejor. Le dije para calmarlo.
Sonó el timbre y salimos a receso; cuando de repente vi a un chico que me dejo sorprendida; era muy lindo, alto, de cabello corto y obscuro, amable, guapo e inteligente.
Sin pensarlo decidí hablarle, me dijo hola como toda persona normal; yo me sonroje poco y nos despedimos.
Sentía que el corazón se me salía del pecho, recordaba con ternura aquel momento; la mejor experiencia del mundo.