Luna De Lobos

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¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico.

LUNA DE LOBOS

El 28vo día ella comenzó a sangrar. Además de aliviar su dolor, la virgen de carne debía ser protegida de los demonios del bosque. El mejor refugio para la santa joven se transformo de repente en una trampa mortal para cada uno de los presentes en aquella pequeña cabaña. Las estrategias de defensa tenían que ser pensadas a la brevedad y sin errores. No había lugar para el fracaso, ya que el precio seria demasiado alto. No solo para ellos, sino para toda la humanidad. Agua bendita, balas de plata y una ultima bendición a la sangre de la preciosa joven. La adicción sanguínea de las criaturas de la noche la hacían una tentación divina, mas aun con su virginidad.

En su momento lunar, la oxidada esencia flotaba en el aire. El aroma del hierro, cobre e inocencia extasiaba a las bestias que poco a poco se acercaban al pequeño refugio de dios. Los clérigos se preparaban para enfrentarse al mal en su más terrible expresión, ellos sabían que la luna de lobos pronto se asomaría y sus corazones temblarían frente a los demonios de la noche. Pero su virgen estaba allí, y ella los inspiraba y empapaba de fe color carmesí.

El bosque les hablaba, los invitaba a sus entrañas. La oscuridad se transformaba en canto y murmullo de sombras. Las pisadas de las bestias se escuchaban más y más cerca. Mas allá la virgen en trance vociferaba una y otra vez la frase - Cuidado, los lobos de la noche...cuidado, la luz de la luna..."

El 28vo día la esencia pura comenzó a surgir, cada clérigo se marcaba en su frente y con la cruz en su carne se preparaban para el juicio final.

Las bestias comenzaron a llegar como un aluvión de fuerza y sonido aturdidor. Los aullidos inundaban la pequeña casa sumergiéndola en un clima aterrador. La virgen con sus gritos y oraciones enloquecía más y más a las criaturas del averno. De pronto las balas de plata comenzaron a llover. Los hombres de dios surgieron con sus cruces de sangre santa y sus armas de fuego. Firmes sin ceder ante los demonios.

La batalla duro horas, los clérigos valientemente se enfrentaron a los monstruos pero los ejércitos de estos no mermaban ni un ápice. Solo era cuestión de tiempo para que la derrota llegara, y el amanecer estaba aun lejos de nacer. Uno a uno fueron dando su vida a cambio de un minuto mas de posibilidad, su virgen aun en trance los bendecía para que el cielo se les hiciera presente.

Finalmente solo uno quedo en pie, solo una hora faltaba para que el sol tornara las cosas a su favor. Rápidamente el hombre santo llevo a la virgen a la única habitación de la casa y bloqueo las entradas lo mejor que pudo. De pronto una extraña sensación lo invadió, lentamente se dio vuelta hacia la joven y lo entendió. La esencia era para él, no había mas explicación. Toda la situación se había amoldado para que él fuera el elegido. Solo él había quedado en pie de todos los hombres santos congregados aquella noche allí, y a pocos metros la virgen santa esperaba en trance el inicio de su momento lunar. El Mesías debía ser engendrado, era el momento justo. El momento glorioso había llegado y solo para él. Con manos nerviosas pero firmes se despojo de sus hábitos y como una bestia mas copulo violentamente a la joven deleitándose de su espontánea divinidad y de su increíble suerte. Y en el instante celestial del clímax los aullidos atronadores y la destrucción del afuera súbitamente cesaron. Cansado, pero con un enorme placer contrajo su cuerpo y se detuvo un momento a disfrutar. Aun sin dar crédito a su increíble milagro, esbozo una sonrisa de gozo y plenitud gloriosa, dirigió una mirada a la joven que se encontraba aun unida a el y lo que vio hizo que su alma se hundiera en la desesperación. La hermosa virgen observaba con sus ojos inyectados y desorbitados el techo de la habitación. Ya no había vida en ellos. Una blanca y espesa espuma se deslizaba lentamente a través de las comisuras de su boca ahora morada por la constricción. Bajó su vista y vio como sus manos se enroscaban fuertemente en el débil cuello de la santa joven.

La carne lo había tentado y el no se había podido resistir a la mezcla de divinidad e instinto que lo había invadido en un fugaz instante. Al ver la situación su mente se quedo en blanco, su alma se vacío y se torno distante. Su cuerpo sacudido abrió automáticamente la puerta de la habitación e ignorando la destrucción y muerte que rodeaba a la pequeña casa se lanzo a las tinieblas que sumergían el bosque.

El 28vo día la esencia de hierro, cobre e inocencia se mezclo con la esencia de vida surgida del instinto carnal y religioso del clérigo. Pero esta mezcla repelió a las bestias. Ellas no soportaron la maldad de los llamados hombres de dios, su misión había fallado esta vez. Aun así ellas seguirán buscando el aroma de la virginidad para sumergirla en la divinidad y alejarla del salvajismo y el instinto sexual de la peor bestia de todas, peor que los demonios, peor que la mas horrible de las criaturas. El ser incontenible que se expande con absoluta maldad y el único que no tiene limite para estas....Este ser es el hombre.

FIN

Milton Eloy Govaert.

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