Capitulo 8: Casi, a punto...

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Esa noche después de la cena, la castaña se fue a la sala común, tomó su mochila llena de libros y se dispuso para hacer sus deberes, Ginny estaba sentada enfrente de la chimenea con unas amigas.

Cuando Ron llegó a la sala común vio a Hermione sentada en la mesa, disimuladamente se fue acercando a ella y le dijo:

—¿A qué hora nos vemos?-Murmuró Ron.

La chica sin mirarlo contestó:

—A las doce en punto.

El pelirrojo partió a su cuarto, fue por ropa, quería darse un baño y arreglarse para ella. En la habitación circular, su amigo Harry estaba sentado sobre la cama leyendo un libro, al verlo entrar se tapó el rostro con él, para evitar la mirada del pelirrojo, Ron se sintió muy mal, a esta altura del día y después de todo lo que le había pasado con Hermione en el armario de las escobas, ya no tenía sentido seguir enojado con su amigo.

El chico se sentó al borde la cama de Harry y habló:

—Lo siento, debes perdonarme. Entiende que Ginny es mi hermana y no es fácil para mí, pero ahora te entiendo.-Comentó Ron.

El ojiverde siguió leyendo, en realidad estaba simulando que leía, Ron se dio cuenta.

—Harry, tienes el libro al revés, sé que no estás leyendo.-Continuó el pelirrojo.

—¿Qué quieres?-Dijo Harry bajando el libro.

—Que me disculpes estaría bien. Sé que estuve mal, lo que pasa es que de pronto me di cuenta que tú sientes por mi hermana lo que siento por Hermione y eso me enloqueció, de pronto pensé en las cosas que harías con ella y…

—Está bien, olvídalo. ¿Y qué sientes por Hermione?

—Ya te lo he dicho, pero ahora es más fuerte, nos hemos besado.

—¿Qué?, ¿cuándo?

Ron le contó a su amigo todo lo que ocurrió en el viejo vestuario, luego lo que había pasado ese mismo día en el armario de escobas de la planta baja.

—Estoy aterrado...-Confesó el pelirrojo.—Si hoy sucede algo, yo...No sabría que hacer, no tengo experiencia. Creo que lo mejor será que me enferme y no vaya a la cita.

—¿Estás loco? ¿Hace cuánto esperas este momento? Además no tiene que pasar nada, solo pueden charlar y… No sé, decirse lo que sienten.

—Es que no entiendes, cuando estoy con ella eso es imposible, en cuanto la beso…Pierdo el control. Ayúdame Harry.

—¿Y cómo puedo ayudarte?

—Pues, bueno, tú ya…Has tenido alguna experiencia, por qué no me dices lo que debo hacer.

—Pues, yo no lo sé, es que…Bueno, si pasa algo tú sabrás que hacer.

—¡Vamos, Harry! ¡ayúdame!-Le suplicó el pelirrojo.

—Bueno, cuando estés con ella, debes ser dulce, las chicas no son como nosotros...

—¿Qué quieres decir?

Harry se acercó a él y bajó mucho la voz.

—Veras, les duele bastante…

—¿Qué les duele? ¿Cómo que les duele?

En ese momento el pelirrojo lamentó no haber tenido esta charla con su padre, solo Bill y Charlie le habían dicho algunas cosas pero ninguno mencionó que las chicas sufrían.

—Es solo al comienzo, luego el dolor se va y todo es mejor.

Ron estaba aterrado, no podía causarle daño a su castaña, no creía ser capaz de lastimarla.

El placer del amor.| Romione.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora