La noche se estaba acercando con velocidad mientras Alec Lightwood miraba atentamente y con cuidado el alto edifico frente a él. Su corazón resonaba muy fuerte contra su pecho y un nudo se formaba dentro de su estómago con solo pensar la razón por la cual él aparecía ahí. Acorralado contra la pared, prácticamente engañado por su propio impulso.
Aun meditando si era una buena idea enfrentarse a Magnus a pesar de tantas cosas; su familia, Clary y su Parabatai medio novios medio hermanos, la boda. Su corazón continuaba negándose a no verlo una vez más. Alec sentía una presión con pensar que quizás, si no fuera tan estúpido, él con gusto dejaría que el brujo lo quisiera. No. Él pondría adelante sus sentimientos. Solo que el Lightwood no podía sacrificar su honor ni a su familia por ello.
Magnus Bane probablemente no mostraba más de lo que debería. Una fina capa transparente de indiferencia y su poder de transformar con gracia hasta el más mínimo rayo de oscuridad a una lluvia de luces brillantes. Podía arremeter contra el mundo si quisiera, pero no lo haría, porque no estaba dentro de su naturaleza ser tentando por un solo lado del camino. Cómo Alec, elegía basado en un beneficio.
Entonces el Nefilim camino como quien quiere la cosa. Paso a paso hasta que ya en la puerta del departamento se detuvo, el miedo consumiendo su cabeza antes de que llamara. El cazador de sombras considero un tal vez. Tal vez Magnus no quisiera oír aquello de sus labios, que no estaba dispuesto a sacrificarse por amor, al menos no por amor romántico. Pero se lo debía y también se lo debía a sí mismo.
Alec soltó un gemido frustrado llevándose las manos a la cara porque no estaba mentalmente capacitado para entrar y observar como un hombre extremadamente diferente, que le gustaba, se desmoronaba con una simple noticia.
Dispuesto a dar media vuelta e irse, la madera pintada de púrpura sin número grabado en ella solo se abrió, no había nadie detrás de la puerta, por su puesto. Magnus se encontraba parado en la sala de estar con una copa de vino entre sus dedos, admirando las extensas calles de Brooklyn y los gigantes rascacielos con terminaciones en punta. La pequeña mesa en el centro estaba llena de licores costosos y Presidente Miau dormía de espaldas plácidamente en el suelo a un lado del sofá.
—Alexander, ¿A qué se debe esta inesperada visita? —. El Subterráneo ni siquiera le había lanzado una mirada, aunque sabía que era él.
Alec dio una leve inspección al ostentoso departamento completamente fuera de sí. No esperaba que lo descubrieran, menos si estaba dentro de su plan que Magnus estuviera tan sumido en la nada. Estaba dubitativo y de seguro en su rostro se notaba lo indeciso de su decisión, por lo tanto acarició su cuchillo Serafín para calmarse.
—¿Cómo es que...?
—Te vi llegar por la avenida.
Una respuesta rápida y directa.
—¿Quieres algo para beber? Sírvete lo que quieras. El vino está exquisito.
El Lightwood miro nuevamente y con recelo las botellas de Whisky y vino tinto sobre la mesa —. No gracias.
—Insisto — No lo hacía.
Alec negó con la cabeza y continúo. —Supongo que sabes que vengo a hablar contigo —dijo resignándose —. Bueno, realmente quería decirte una cosa y solo necesito que lo aceptes.
Bane asintió una vez colocado su copa en el mueble, sin ánimos, «Quizás está cansado» pensó el azabache.
—Me voy a casar.
Lo soltó de golpe, sin filtro, sin emoción en su tono de voz.
—Me casaré la próxima semana, con Lydia.
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I Don't Wanna Live Forever - Malec OneShot.
FanfictionOne Shot Malec. Donde Alec no puede pelear por Magnus, pero la pasión es mucho más fuerte. Tanto, que los termina consumiendo a los dos.