❤ Diecisiete ❤

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La canción sigue sonando,
siento que la melodía se vuelve lenta y aunque me haya sentido cansada es como si hubiera recobrado las fuerzas repentinamente.

Miro admirada a mi persona en el reflejo de los ojos azabaches de Law cual carbón y quedo totalmente impresionada. Nos alejamos de los demás dando círculos tan lentos en la oscuridad de la noche. Mientras pensaba en cómo estaba cambiando todo en un sólo día, como si mis plegarias fueran escuchadas.

Todo se sentía tan mágico, perfecto, tan real como en el final de un cuento de hadas.

En ese momento sólo pensaba estar con él, le dedico una gran sonrisa y se ruboriza porque fue algo inoportuno. Aparta su mirada de mí y me parece algo demasiado tierno. Seguimos alejándonos de la multitud que nos rodea y pasamos a recibir los tenues rayos a la luz de la luna.

Eso hizo sentirme muy feliz, como un niño bajo el árbol de una navidad asombrosa.

Entonces apoyo mi cabeza sobre su pecho, a lo que él se sobresalta pero no llega a apartarse de mi lado. Era cálido y acogedor poder estar tan cerca de su cuerpo. Su corazón retumba como una bella melodía Dum Dum Dum como una linda nana que arrulla a una niña que se encuentra abrumada por el miedo. El miedo a ser rechazada.

Pero ahora él estaba ahí conmigo, a mi lado, bailando como si fuera un No príncipe azul. Porque los príncipes en realidad no existen, son sólo inventos crueles para las pequeñas que al final terminan creyendo que alguien vendrá a salvarlas. No importa el tiempo, no importa el lugar.

Pero en ese momento sólo veía a Torao como si fuese mi enorme oso de peluche al quien recurría cuando los relámpagos devoradores de cielos y de noches, me aterraban desde que era sólo una pequeñaja.

Pero a su lado era como estar en un campo lleno de rosas, en el que la luz del sol nunca se extinguía, la oscuridad no me carcomía y era feliz. Con Law me sentía fortalecida y esos miedos se convertían en bromas sin importar que se volvieran realidad.

Porque aunque Torao se vaya hoy, tuve el honor de conocerlo, bailar en la misma pista que él. Y contradecir de que no es un mal muchacho ni alguien que causaba temor en las personas.

Sólo tenías que conocerlo y darte cuenta que realmente las apariencias engañan. De que el espadachín puede resultar muy agradable, cuando compartes el mismo gusto que hervía fervientemente la sangre al igual que a él. Cuando te das cuenta que hasta la persona más fría que hayas podido ver jamás, no es un monstruo que viene del polo norte.

Si no, una persona común a la que sólo tenías que comprender.

Entonces observo de nuevo maravillada hacia arriba y veo a las estrellas tintineantes en aquel intenso mar negro. Era como si nos sonriesen y cantaran una canción de cuna desde lo alto del firmamento. Con sus luces chisporroteantes y su fuego abrasador.

Las estrellas más hermosas que haya visto jamás.

"London bridge is falling down. London bridge is falling down. My fair... lady".

*
Aún no entiendo como terminé acabando en una situación como ésta.

Kaede, la pelinegra loca, se encontraba aferrada a mí como si fuese su oso de felpa. Sólo había bailado con ella, pero ahora su cabeza estaba apoyada en mi pecho. Como queriendo quizás escuchar los latidos de mi corazón, que por cierto estaban acelerados. A de ser porque hace un momento había bailado con todas mis fuerzas y me encontraba totalmente agitado. Aunque aquel sentimiento que experimenté, nunca había ocurrido algo parecido a lo largo de mi existencia. Además ya hacía rato que habíamos bailado tal canción... No, ha de ser porque estoy cansado.

¿Pero por qué aún no me había separado de ella? ¿Por qué aún la mantenía a mi lado?

Eché un vistazo a mi alrededor y vi que todos estaban completamente borrachos, delirando disparates muy alegremente. A excepción de Luffy, quien se encontraba dormido en un rincón. Sin haber reparado que los dos estábamos pegados como un par de... amantes. No, eso no lo podía permitir.

Tenía que alejar a Kaede absolutamente de mi vista. Sin embargo, ella me abrazó aún con más fuerza y sentí que mis latidos se habían acelerado. Mi tez comenzó a arder adoptando mi piel una coloración rojiza.

Jamás había experimentado algo como esto en mi vida. Jamás.

Sin embargo, eso me hizo dar cuenta que estaba sola y que me necesitaba. ¿Pero qué esperaría de alguien que recién conoce? ¿Acaso fui lo completamente transparente respecto a mi felicidad en la pista de baile? ¿Acaso ella creía que...

Era una buena persona?

No iba a negar que la mugiwara era una chica enérgica, sonriente y enamorada del baile y de la música... Quizás por eso veía que resplandecía tanto. Pero sólo era eso, no íbamos a traspasar los límites aquella noche. Yo no era la persona quien ella creía, no había manera de que hubiera encontrado una luz radiante dentro de mí.

Ella estaba totalmente equivocada.

Y la seguiría hiriendo si ella continuaba malentendiendo las cosas.
Terminaría herida si seguía apoyada a un cuerpo lleno de espinas, si la permanecía junto a mí.

Aunque me fuera muy difícil admitirlo, Minami Kaede era la persona más hermosa e increíble que había conocido.

Por eso no iba permitir que se lastimara con un dragón frío y cortante con todo lo referido a éste complicado sentimiento que llaman...

Amor.

❤¡Love and dance! ❤ [One piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora