Te lo di todo, Jimin.
Abrí mi frío corazón solo por ti, porque creí que lo merecías, creí que me amabas.Fui tan tonto.
Derretiste el hielo de mi interior con tu cálida sonrisa, y yo lo agradecí.
Te compensé, te di mi mano, te di mi sonrisa, solo a ti, te di mi alma.Y tú le elegiste a él.
A él, quien no te había dado nada.
A él, a quien no le importabas.
A él, quien se reía de verte sufrir.
A él, quien no te amaba.Dijiste "Conseguiré que me ame", ignorando el hecho de que yo lo hacía y estaba ante ti, con el corazón abierto, sangrando cada vez que te veía sufrir por él.
"Jimin yo te amo"
"Pero no me haces feliz, lo siento"Decidiste luchar por alguien a quien le era indiferente que murieses en batalla.
Decidiste despreciar al médico que te sanaba cada puñalada que él te clavaba sin piedad.
Pero aún así tú le querías, no te importaba seguir golpeándote contra el muro de hormigón.
Pasó tanto tiempo, Jimin.
Mi corazón dolía de ver al tuyo roto, pero créeme que no se comparaba con el mío.
Porque Jimin, cuando coges un corazón de piedra y lo estrujas, la piedra se rompe, y cuando esos pedazos pasan tiempo a la intemperie, se erosionan y se convierten en arena, esa arena fina que se te escapa entre los dedos, que no puedes retener.
Eso era mi corazón ahora, arena.
Y fue solo cuando le viste con otro siendo feliz, que te diste cuenta de que ir contra la marea era inútil, giraste tu barco y remaste hacia la playa, hacia la arena, hacia mi.
Pero yo ya no podía amarte, tú ya no podías sostenerme más.
Dijiste que habías sido estúpido, que lo sentías, y que, oh, me amabas.
Y realmente fuiste estúpido, y sentiste serlo, pero, oh, no me amabas.
Tan solo querías agarrarte a algo, pero cariño, te hundes sobre arena.
Asi que, llora ahora, Jimin, llora.
Llora, porque te perdiste en altamar y quisiste ignorar el faro que te advertía de las afiladas rocas que te esperaban.
Llora, ahora que puedes, porque nadie está luchando por ti ya.
Llora ahora, Jimin, llora.