El día que hablamos.

138 4 2
                                    

Si pudiera ser parte de su mundo, aunque sea un poco,

...para mi, eso ya sería mucho.

Realmente amo el otoño, las hojas de los árboles tornándose de diferentes colores, tanto amarillos como rojos, la temperatura ni tan alta ni tan baja, una frescura que roza sobre mis mejillas y las hace teñirse de rojo.

Pero el otoño en este lugar es insoportable, tan frío, tan molesto, el frío cala mis huesos y hace mis labios secarse...

Realmente odio este lugar

Sucesos de telenovela pasaron en mi vida y terminé viviendo al otro lado del mundo, específicamente Seúl. Mi padre es viudo, o lo era hace mas o menos tres años hasta que se casó de nuevo con una coreana, y yo, bueno, no tengo una buena relación con él, o más bien nunca tuvimos una relación de padre e hija en primer lugar.
Cuando mi madre murio cuando tenia cuatro años, mi padre no vio otra salida más que dejarme a cargo de mi abuela; al principio era por solo tres meses, pero esos tres meses se convirtieron en nada más y nada menos que doce años.

Mi padre no tuvo de otra más que cuidar de mi después de que mi abuela falleciera, y sin nadie con quien dejarme a cargo, el decidió que era hora de que fuera a vivir con él y su nueva esposa, aún cuando dije que estaba bien viviendo sola.

Es incomodo estar en esa nueva casa de recién casados con una bebe de casi 3 años, me sofoca y me irrita. Pero solo tengo que aguantarlo por 2 años, y entonces, me iré de este lugar, por ahora, solo tendré que aguantarlo.

Me apresuro a la parada del autobús para ir al instituto, y aprovechar para que la calefacción ayude a calentar mis congeladas articulaciones.

Pero cuando entro y empiezo a buscar por un asiento libre, estos ya estaban casi todos ocupados, y el único que estaba disponible era el que estaba a lado de Lee Jong-suk, iba en mi clase y por lo que había oído, era alguien bastante popular, creo que era de los más aplicados y más guapos del instituto, la verdad era que yo apenas había empezado a diferenciarlos, hasta hace poco para mí todos los coreanos eran iguales.

Me siento a lado de Lee Jong-suk mientras él escucha música con sus audífonos mientras tiene los ojos cerrados, la verdad nunca he hablado con él por su imagen de chico cool, pero la verdad es que eso no tiene nada que ver conmigo.

Un desconocido olor dulce y el movimiento del autobús me hizo sentirme arrullada, sintiendo mis ojos pesados y cerrándose poco a poco.

-...let-

Oigo a alguien pronunciar mi nombre dos veces más haciendo que finalmente me despierte, abro lentamente mis ojos, me doy cuenta que aún sigo en el autobús, y mi cabeza está felizmente acomodada en el hombro de alguien.

-Violet, ya es hora de levantarse, nos bajamos en la siguiente parada- Me dice Lee Jong-suk fijando su mirada hacia al frente sin mirarme, siento mis mejillas arder y sólo reacciono apartándome rápidamente de su hombro.

-Lo... lo siento!- Me disculpo inmediatamente mirando al piso por lo apenada que estoy, 

-Tranquila, no pasa nada- Me responde de lo más tranquilo sin mirarme aún, y la verdad que le agradecia por eso ya que me sentiría más avergonzada si el me mirara.

¿Pensará que soy una acosadora o algo asi? ¿Por qué me quedé dormida en su hombro? ¡Es una media hora de viaje!

Trato de poner mi distancia alejándome un poco más hasta el fondo de mi asiento cubriendo mi cara de la vergüenza.

Siento la mirada de Lee Jong-suk encima mio y me hace sentir nerviosa.

-Últimamente...está haciendo un poco de frío, el aire es tan fresco, es agradable- Fijo mi mirada sobre él y lo único que puedo pensar es que ¿Aire fresco y agradable? Ese aire no era para nada fresco, era tan helado que sentía como entraba por mis pulmones y los congelaba cada que respiraba y de agradable no tenía nada...

O simplemente estoy siendo demasiado pesimista últimamente...

-Por eso, al entrar al autobús donde hace mas calor te entran muchas ganas de dormir- continuó Lee Jong-suk dándome una sonrisa, una sonrisa que hizo teñir mis mejillas, pero no por el frío, o por la vergüenza, si no por un nerviosismo que me hacía sentir un nudo en el pecho, sólo pude responderle con un media sonrisa; supongo que solo estaba tratando de cambiar el tema para que no me sintiera avergonzada.

Hablamos de cosas demasiado triviales hasta que nuestra parada llegó, en cuanto bajamos Lee Jong-suk fue llamado por un grupo de chicos y entonces se dirige a ellos no sin antes volverse hacia mí y decirme.

-Bueno, nos vemos despues- Solo sonreí y le hice una señal de despedida con las manos, quizás esta sea la primera y última vez que hablaría con el.

Que tan equivocada estaba...

Passport LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora