Sobrevivir.

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El accidente nuclear de Fukushima en 2011 fue una noticia global, muy fuerte e importante. Sin embargo, unos años después la gente ya lo había olvidado… casi. Dejó de ser noticia hasta el 2014, cuando en las costas del pacífico la radioactividad comenzaba a encontrarse. Gracias a los ciclos del agua, esto comenzó a esparcirse por el mundo. Las cosas en el mar comenzaron a cambiar, pero no todos lo sabían. Para cuando llegó el 2015, millones de personas habían consumido productos marítimos infectados. <Qué suerte que nunca me gustó el pescado.> El 2018 llegó, y las cosas habían cambiado. Después de otro gran accidente nuclear en 2017,  la gente seguía muriendo de cáncer, provocado por la radiación que ahora estaba en todo el mundo. Para el 2020 el mundo estaba destruido, bosques y lagos de colores extraños, animales mutantes estaban en todos lados, gente con mutaciones en el cuerpo y más gente aún con comportamientos rarísimos. Y además de los desastres del ser humano, el planeta hacía lo suyo también. Desastres por volcanes, varios terremotos a lo largo de los años, hundimientos en la tierra, y ¿calentamiento global? Oh, no. El planeta ahora era más frío. O tal vez era porque las ciudades apenas tenían gente. El gobierno había tratado de detenerlo, claro que sí.  Pero eran unos inútiles, como siempre. Trataron de evacuar a todos, pero ¿a dónde? el desastre estaba en todos lados. Dejaron unas máscaras, algo de comida y se marcharon. Así, decidieron dejarnos atrás y se escondieron en sus bases de máxima seguridad e hicieron mini-ciudades, las únicas en el mundo que, se supone, estaban a salvo de todo. Ya no se podían comer frutas o verduras… o cualquier tipo de carne, incluso de temía al agua. La gente normal trataba de sobrevivir, en un mundo destruido y lleno de mutantes. Yo también lo hacía.

Aún era pequeña cuando todo comenzó. 

Ahora tenía 19. Y estaba sola. ¿Dónde estaba mi familia? No lo sabía. 

Cuando las anomalías comenzaban a hacerse presentes en el cuerpo de las personas <sin contar los perturbadores cambios psicológicos>, los militares y agentes del gobierno comenzaron a hacer encuestas. 

"¿Ha comido usted algún tipo de pescado o marisco durante las últimas semanas? ¿Ha notado algún cambio físico en su cuerpo? ¿Es usted consiente de sus acciones todo el tiempo? ¿Se ha bañado últimamente en las aguas de aquella playa?"

Cuando alguna de las respuestas no eran las... ideales, ellos sólo se llevaban a la persona. La tomaban y se la llevaban lejos. A quién-sabe-dónde para hacerles quién-sabe-qué.

Unos de esos fueron mis padres, unos años atrás.

Ni siquiera les importó dejar a aquella preadolescente sola. Sólo se llevaron a su familia y listo, trabajo hecho.

Ahora sabía que era estúpido tener la esperanza de que si quiera siguieran vivos. ¿Importaba?

¿Por qué seguía adelante? No lo sabía. Simplemente no quería que esto me ganara. No quería morir o terminar como ellos

Lamentablemente yo no era tan fuerte y sabía que algún día alguno de ellos ganaría. Cuando ese día llegó, me sorprendí de tener mi muerte casi aceptada. Aún no quería morir, claro, pero no había nada que yo pudiera hacer. No había comido en días y apenas había tomado agua; estaba débil y había tres de ellos. <¿O eran cuatro? Maldita vista nublada.>

Estos eran de los "locos", aquellos que habían cambiado mentalmente, esos que querían asesinar. No mordisquearme hasta la muerte, no comer mi cerebro, no beber mi sangre; sólo matarme. Por el simple placer de verme sufrir hasta la muerte. Ah, qué hermoso suena si lo pones así. 

Qué lastima que eso no cambiaba el hecho de que iba a morir.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2014 ⏰

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