Phoebe Lane

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Llevo dos días de vacaciones sola en casa.
Sí, sola, solita, sola, eso es todo lo que me quieren mis padres, que se piensan que no soy responsable y no es eso, es solo que no me gustan las obligaciones...bueno, puede que si sea un poco irresponsable, pero tampoco es taan malo ¿Verdad?

Me tumbé en mi cama, contemplando el techo blanco y pensando en que hacer.
Eran las cinco de la tarde, vale, ¿Llamo a Bethany? No, está de viaje ¿Leo? Perfecto.

Agarré el primer libro que vi en mi estantería de madera.

Me leí hasta la mitad del libro y me quedé dormida.
Desperté a las cuatro de la madrugada sin ganas de volverme a dormir.

Encendí la luz y me quedé mirando al caballete de color marrón clarito con manchas de pintura, hacía mucho que no pintaba.
Me puse el caballete debajo del hombro, cogí el maletín con pinturas y el lienzo en el que iba a pintar con las dos manos y no sé como lo hice pero subí a la terraza superior por la cual se podía acceder al tejado.

Lo coloqué todo, cogí un pincel y me lo puse en la boca mientras me hacía un moño.

-Algo de música me vendría bien- Me dije a mi misma. Saqué mi móvil del bolsillo de mi pantalón corto negro y puse una canción de Carpenters y empecé a llenar aquel cuadro con pinceladas de colores bajo la luz de la luna.

-Está chulo-Una voz masculina que procedía del balcón de mi vecino me dio un susto de la ostia - El cuadro, ¿Es abstracto? ¿Verdad?, me gusta.

-Gracias, sí, pinto abstracto -Dios, este chico es...no sé, bajo la luz de la luna sus rasgos resaltan, sus ojos ¿grises? y marrones son preciosos y su pelo...¿Negro? Era guapo, pero no guapo como los modelos, era simplemente una mónada de chico.

-Soy Connor Hickman, el sobrino de tu vecino, me quedo el verano entero a cuidarle la casa-Explicó mientras saltaba el mini muro que nos separaba.

-Guay, pero nadie te ha preguntado nada, ahí sobra información - Contesté sinceramente, sonando más borde de lo que quería.

-Wow, que...-Buscó las palabras correctas.

- ¿Borde? ¿Antipática? ¿Desagradable?- Le ayudé a escogerlas.

-Iba a decir, sincera y valiente, pero me valen-Se sentó en el borde del minimuro.

-Gracias-Seguí a lo mío, dibujando bajo la atenta mirada de aquel individuo que se hacía llamar Connor.

-¿Eres siempre así de sincera? ¿No te da miedo que la gente se aleje de ti por ser así? -Preguntó Connor.

-No, soy como soy, prefiero decir la verdad y no callarme nada, y no pienso cambiar porque a los demás no les guste.

-Vamos a ser grandes amigos-Me dedicó una sonrisa.

Second ChancesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora