...De Verdad Lo Intento

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Ultimamente no me alcanzan las palabras para decirte lo que estoy descubriendo dentro de mi alma.

Un día te conocí y con el pasar de éstos, entre miles de rincones oscuros que hay en el cuerpo que tengo, en uno comenzó iluminar un pequeño destello de luz, desconocido y molesto para mis ojos, pero agresivamente atrayente para mi corazón. Éste destello dibujó sueños en donde tú y yo por siempre nos miramos antes de dormir; cada mañana despertabamos con las manos entrelazadas y tú desplegabas tus alas para volar a las nubes, en donde juntos tomar una tasa de café contemplando toda la hermosa creación, se volvía uno de los mejores pasatiempos que habíamos podido crear... Lo hizo con una gran porción de esperanza en la tinta y muy sutilmente lo fue tatuando en mi pecho. Lo sé porque cada que respiro los recuerdo y me llenan de fuerza para luchar por hacerlos realidad. Ojala me alcance el tiempo. Pero... ¿Por qué cada día te siento más lejos? No lo entiendo...

No podía dejar pasar el decirte lo mucho que he aprendido desde que sembraste ese destello. Mi deprimente ser, se fragmentaba cada ciertos segundos sobre la capa de hielo que había en mi nada agradable futuro, y se perdía por los rechazos que recibía anteriormente, parecía que pronto iba a morir de resequedad. Estuve en ese estado durante varios años... Para el consuelo del destino escrito en la historia de mi vida, tú llegaste, y secaste suavemente mis lágrimas, limpiaste el polvo y la tela de araña que durante muchos meses se acumuló por la frialdad del presente. Lo raro fue que cuando lo hiciste, solo te fuiste y no me diste el privilegio de darte las gracias.

No sé si soy el hombre que llena todas tus espectativas, pero desde entonces, me esfuerzo al máximo por verte llegar a casa segura, subirte el ánimo cuando algún invecil con su torpeza te baje el autoestima, acomodar una a una tus salidas pendientes para que te vaya bien en cada una de ellas y, dejar en la entrada de tu casa aquella carta que siempre te saca una sonrisa; y así sucesivamente...

Tengo muchos errores como bien te habrás dado cuenta; tú me los enseñaste sin darte cuenta, lo hiciste para separarlos del camino largo que me espera y así tropezar menos en el transcurso de éste. Te agradezco.

A veces me pongo bonito para ti, porque quiero captar tu atención y mostrarte la sonrisa enorme que me inspira tu hermosura. Pero luego está el que no soy lo suficientemente grande para hacerme ver entre la multitud demandada por tu belleza, la cual se entrona como jurado y luego cuando sales a relucirla, todos corren enloquecidos tras ella y me lleban por delante hasta arrojarme al piso. Tristemente no puedo hacer mas nada que soportar sus pisadas, y llorando, aguantar el dolor del fracaso. Aunque me cueste aceptarlo, solo soy yo y nadie mas. Entonces es cuando pienso si estoy haciendo lo correcto por ti y para ti. ¿Lo estoy haciendo? responde por favor...

No sé de donde saco las palabras, no se de donde saco versos, no sé de donde saco rimas, no sé si existo, no sé a que sabe la felicidad a tu lado, no sé por qué no paro de caminar, no sé, no sé, no sé... Mata esta confunsión, arráncala de mi amanecer y mis sueños, pues aunque he logrado despedir al insomnio, ella no ha querido irse diciendo que me va a hacer compañía el día en que ya no me permitas admirarte con el canela de mis ojos...

¿Es eso cierto? Ya tengo miedo...

100 Poemas Para Alguien InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora