Parte 1: Caprichos y juegos sucios

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Esta historia tiene contenido para adultos, drogas, violencia. Leer a su propio riesgo, han sido advertidas. 


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Un ardor latente aún sacude mis piernas cuando salgo del gimnasio. Tomé una clase de spinning, luego asistí a yoga esperando como resultado relajarme, encontrar alguna paz mental y salir como una persona renovada pero mi mente no se desconecta de los borrosos pero calientes recuerdos de mi inapropiado encuentro de pasión.

Maldigo en voz baja mientras mis piernas gelatinas me llevan por las calles sin un rumbo específico. Mi mente en este momento es caos con ideas contradictorias. A pesar de todo he tratado de buscar soluciones. Reconsidero la opción más drástica: Renunciar. Pero no puedo hacerlo porque soy pobre y necesito esta pasantía. ¡La deseaba tanto! Ganármela fue uno de mis mayores logros hasta ahora en mi vida y siento que lo he arruinado todo... ¡Mis malditas hormonas lo han arruinado!

Me detengo en un pequeño local para comprar una botella de agua. Diviso una pequeña zona en el local repleto de revistas. Algo para leer me podría distraer. ¡Ja como si con la lectura pudieras olvidarte de ese bomboncito!

Escaneo las portadas en busca de algo bueno y agarro una revista que me pareció interesante. Mi búsqueda se detiene de golpe. Se me seca la boca instantáneamente. De portada en la revista Stones está un hombre alto y con un rostro creado por los mismísimos dioses. Contengo la respiración admirando desde sus preciosos ojos jade hasta sus labios carnosos. Este hombre que ahora me resulta más familiar de lo que desearía...y que es ¡mi puto jefe, presidente y dueño de  la empresa donde estoy haciendo mi pasantía!

Esa noche empezó cuando acepté cantar en el karaoke y me asignaron a mi jefe como pareja. Desde el exterior era una inocente decisión pero internamente la tensión entre ambos crecía como la marea en la noche. Él me dijo que no podía cantar, minutos después estaba boquiabierta admirándolo cantar en jubilo al mismísimos estilo de Troy la primera vez que cantó con Gabriella en High School Musical. No sé por qué hago esa referencia pero lo que sí sé es que mis conciertos sólo sirven en la ducha.

El idiota no despegó sus ojos de mí durante toda la noche, por unos segundos fue incómodo pero... saber que estaba pendiente de mí generaba una sensación inexplicablemente placentera. Suelto un gruñido escondiendo el rostro entre las manos. 

¡¿De todos los hombres del mundo tenía que, accidentalmente, tirar con Harry Styles el presidente de la empresa?! ¡¿En qué diablos me he metido?!


De amor y otras barreras (hs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora