—¿Cual es el plan?
—Primero, debemos de encontrar una manera para hablar con ella.—Volteó los ojos, dejando escapar un suspiro.
—Eso es imposible.— Jamás llegariamos a entablar una conversación, no esta permitido.
—Claro que es posible. ¿Te olvidas que fui para ella?— Su tono era de un completo egocéntrico.
—Probablemente en este preciso momento esta agradecida que estés encerrado, y que te espera una sentencia. Te debe estar odiando como no te lo imaginas.
—No fue culpa mía.— señaló su pecho — Ella quiso enredarse conmigo.
—¿Quien quiso enredarse contigo?
Fue como una cubeta de agua helada la que cayó sobre nosotros al escucharla, me estremecí al verla.
—¿Qué pasa? ¿No se atreveran a responder?— Sus ojos viajaban de los mios a los de Keylang, impaciente esperando una respuesta observó a su izquierda.—Bueno, tengo cosas hacer, y claro, no les hablaré todos los días, así que no me esperen. Que tal vez no regresaré.— Se movió de su lugar, para caminar sobre su izquierda, dejandonos muy atrás.
—¡HENNA! ¡HENNA, REGRESA! ¡HENNA ES CON VOS!
—¡Callate hijo de puta!— Keylang golpeo la pared que daba con el tipo bocon.
—¡Ve a callar a tu madre!—gritó.
—No resolverás algo discutiendo como niño.— le sugerí. Sus ojos me examinaron con desprecio.— No me mires asi, yo no tuve la culpa. El que debia responder eras vos, no yo. Olvidate.— Se alejó de mi para sentarse en el rincón con las rodillas pegadas a su pecho.
Caminé hacia la pared que estaba Keylang y me deslice por la misma.
Se nos había escapado la primer parte del plan y no dudo que ella está metida en las otras ideas de Keylang, eso quiere decir que se acabó. No habrá plan, ni salida, ni reencuentro, ni nada. No la volveré a ver, y jamás le explicaré porque me fui. Me odiará hasta que su memoria fallé, y eso es lo que menos quiero. Supongo que ahora está mejor, solo lo supongo, no es que lo supiera, pero creo que su vida es normal ahora después de todo. No tiene que lidiar con personas extrañas, y con las únicas que llegará a lidiar ahora, será con los de la universidad.
No se cuantos dias o meses nos piensan dar, aun estamos esperando la sentencia. Dicen tu veredicto y al dia siguente dejas de ser parte de este mundo para siempre, no volverás, ni reencarnando en un bicho.
Hubiese deseado ser humano de verdad, no estaría metido en esto, y cada vez que me contaron algo paranormal me partiría en carcajadas y comentaría que es la historia de terror mas absurda, como lo suelen hacer los humanos.
Siento que las fuerzas se me están agotando sin haber hecho el menor es fuerzo. No es agotamiento, me estoy dando por vencido.
—¿Qué pasa pequeño saltamontes?— Levante mi cabeza para observar detrás de las rejas.
—¿Henna? ¿Estas aquí?— lentamente me impulse para levantarme.
—¿No me ves aquí?— preguntó entre confundida y divertida.
—Dijiste que no regresarías.— Tomé en cada mano un barrote, quedando exactamente frente a ella.
—Tenemos el don de no cumplir lo que prometemos.— Movio su cabeza levemente a un lado para observar a Keylang.— ¿Qué le pasa?
—Creo que esta descansado, ya era su turno. El cuerpo se lo pedía.
—Bien.— Sonrió satisfecha.— ¿Tu me diras la verdad, no?
—No se que verdad.— Y en realidad no sabia que verdad, porque no sabia absolutamente el siguiente paso del plan. Levantó una ceja incrédula.—Henna, no tengo idea del plan en sí de Keylang.
—Vamos.— rodó los ojos— Eres su mejor amigo, no me vangas con eso.
—Si lo supiera, no estaría perdiendo el tiempo diciendote esto.— Cansada suspiró.
—Sólo que no confió en él, es todo. Sé que eres bueno Nathan, y haré el intento de ayudarte, pero no cuentes conmigo si quieres meter a Keylang en tu plan.— Me dedicó una sonrisa de lado.— Piensalo bien.
Murmurllos vinieron de mi espalda, gire mi torzo y observé que Keylang se movia lentamente, aun estando en el suelo.
—Creo que se va a despertar ya.— Comento en vos baja.— Es mejor que me vaya, además que nadie me puede ver hablando con ustedes.
—De acuerdo Henna.
—¿Henna?— la voz de Keylang nos sorprendió a ambos. Ella tomó camino nuevamente, alejándose de nosotros por segunda vez.— ¿Qué hacías con Henna?— Preguntó una vez que estaba a mi lado.
—¿Cual es la segunda parte del plan?
—No, no. ¿Que hablabas con Henna? ¡Dimelo!— Mis ojos solo lo observaron.— Vaya,—dijo sarcástico — mi mejor amigo me quiere apuñalar por la espalda. ¿Quieres un par de aplausos querido?
—Henna no confía en ti.— dije sin miedo.— Ella no quiere que seas parte del plan.— su rostro expresaba sorpresa.
—¿Solo te quiere ayudar a vos?
—Eso fue lo que transmitió.— Tomó su cabeza entre las manos y se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el suelo.
—He sido un completo imbécil con ella. Ahora me voy a podrir acá, porque es lo que merezco.
—¿No hay segunda parte del plan?— Negó rápidamente. Tomé un suspiro al mismo tiempo que subia el rostro con los ojos cerrados.—Hmmm, creo...— trague un poco de saliva— La segunda parte será recuperar su confianza, y eso te corresponde a vos.— dije señalándolo.
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DIAMOND EYES
МистикаATENCIÓN: Esta novela la escribí cuando tenía quince años, por lo tanto, puede contener faltas ortográficas que aun no han sido corregidas, algunas contradicciones y poco desarrollo de los personajes. La revisión continúa en espera. No fui capaz de...