I. Sentimientos encontrados

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¡Hola! Esta es una historia que ya tengo terminada. En realidad son dos partes. La primera ya está completa. Como bien leyeron en la sinopsis, la historia es complicada y diferente a lo que han leído. No la recomiendo para quienes son sensibles.

Espero que quienes la lean, vivan las emociones de la mejor forma posible. Era una idea que siempre me gustó y que por fin me decidí a plasmar en esta historia. De antemano les pido disculpas jajajaja.

DISFRUTEN LA LECTURA...

Alba se aventó por las escaleras ante la mirada atónita de Rebeca, María le habló por un par de veces pero fue inútil y para terminar, los muchachos iban entrando, presenciando el final de dicha escena...

Es: (entrando) ¡tía, ¿qué tienes?! (Preocupada)

H: (entrando detrás de Estrella) tía, ¿qué pasó?

An: tía ¿qué te pasó?

A: ¡María, María me aventó por las escaleras! (Adolorida)

H: (mirando a María con desprecio) ¿se ha vuelto loca?

An: ¿María, María te empujó? (Incrédulo)

A: sí, ¿verdad?, Rebeca lo vio (mirando a Rebeca)

R: sí, sí es cierto, la señora María empujó a la señorita Alba, ¡quiso matarla! (Con fingida preocupación)

M: (angustiada) ¡no, no, no es cierto!, ¡eso no es cierto, yo no fui! Alba se arrojó sola

H: ¡eso es imposible, por favor, señora! (Exaltado)

Es: ¡no mienta!

A: ¡no es cierto!

C: (llegando al vestíbulo) ¿qué pasa?, ¿qué sucede Alba, qué te pasó?

A: María, María, me, me aventó por las escaleras

C: ¡Dios mío! (Sorprendida)

M: no, no, no, Carmela, tú sabes que yo

Es: (interrumpiéndola) ¡escúcheme, escúcheme bien!, estuvo presa por asesina durante 20 años, fácilmente podría haber aventado a mi tía por las escaleras, queremos pedirle un favor, ¡ya déjenos en paz!

H: ¿qué no entiende?, ¿eh?, ¡¿qué no entiende que no la queremos en esta casa?, usted no tiene hijos señora, los perdió cuando entró a la cárcel, no sabe cuánto la desprecio!, ¡¿QUIÉN SE CREE QUE ES USTED, QUIÉN?! (Alzando la voz)

Es: ¿no se da cuenta?, ¿es que no le cabe en la cabeza?, ¡que no la soportamos!

H: ¡la odiamos, la despreciamos!

Es: ¡no la podemos tener aquí!

M: (llorando) ¿en verdad, quieren que me vaya?

Es: ¡oh por Dios, se lo estamos pidiendo con todo el corazón!

M: está bien, me doy cuenta que mis esfuerzos por acercarme a ustedes fueron inútiles, soy sólo su madrastra (con un nudo en la garganta) una mujer despreciable que no merece la oportunidad de demostrar lo mucho que se preocupa por ustedes

An: (interviniendo) ¿y, y qué piensa hacer? (Nervioso)

M: (respiró) irme, irme ahora mismo de esta casa para que Estrella y Héctor puedan ser felices (se dirigió a la puerta, antes de irse volteó hacia los muchachos) Estrella, Héctor, sólo quiero que sepan que mi corazón no les guarda rencor, que le pido a Dios que los cuide y los ayude a ser felices, ¡adiós, adiós para siempre! (Con el corazón desgarrado)

El Último Suspiro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora